En Santa Lucía, un hombre fue detenido tras intentar robar un anillo de oro a una comerciante con la excusa de necesitarlo para un orzuelo. Un vecino que presenció el hecho lo persiguió y logró detenerlo hasta la llegada de la policía.
Resumen generado por IA
Este contenido es generado automáticamente con IA
La delincuencia en San Juan se ha puesto creativa, señores. Ya no se trata de los clásicos «dame la billetera o la vida», ahora te vienen con un «che, ¿me prestás el anillo para el orzuelo?». Y uno, con la inocencia de un gaucho en Disneylandia, podría hasta caer. Imaginen la escena: el Marinero Carlos, con su facha de «acabo de salir de la siesta y me olvidé las chancletas», pidiendo prestado un anillo de oro macizo para curarse un orzuelo. Un orzuelo, señoras y señores. Ni el Dr. House se hubiera animado a tanto. Obviamente, la dueña del negocio, con más calle que el asfalto de la Avenida Libertador, no se comió el cuento del tío (o del Marinero, en este caso). Y menos mal que un vecino, con reflejos dignos de los Pumas, salió a la caza del malhechor y lo atrapó antes de que pudiera empeñar el anillo para comprarse un kilo de chori. El «procedimiento especial de flagrancia» se activó más rápido que Mirtha Legrand cuando ve un micrófono. Ojalá el Marinero Carlos aprenda la lección: si querés oro, andá a la mina, papito. Y si tenés un orzuelo, andá al médico, que para algo pagamos la obra social (o al menos eso nos dicen). Este caso confirma que la realidad sanjuanina supera cualquier ficción. Próximamente en Netflix: «El orzuelo del destino», una producción local llena de suspenso, humor involuntario y un final más previsible que el resultado de una elección en San Juan.
Zappo - Te contamos las cosas un poco mas divertidas... un poco mas reales.
Este contenido humorístico es generado por IA y puede contener imprecisiones o ser imprudente, se recomienda leer con discreción.