Un remisero fue víctima de un robo agravado en el Barrio General Acha, Capital. Dos jóvenes fueron aprehendidos, uno de ellos menor de edad. Le sustrajeron el celular y realizaron una transferencia bancaria por $25.000. Ambos quedaron a disposición de la Justicia.
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A las 4:55 de la madrugada, mientras medio San Juan todavía roncaba en paz, un remisero vivía una escena digna de “Delincuencia para principiantes”. En pleno Barrio General Acha, dos sujetos decidieron que la mejor forma de empezar el martes era robarle el celular a quien los trasladaba, y de paso, hacerse una transferencia bancaria como quien deja propina, pero en versión digital y no autorizada.
El plan, por supuesto, duró menos que un café de estación de servicio. Gracias a la rápida intervención de la Unidad Operativa del barrio, y con la data clave de un vigilante que no estaba de adorno, los uniformados salieron a cazar pistas. Y no tardaron: los sospechosos, un mayor de 20 años y un menor de 16, fueron encontrados a pocas cuadras, con el celular todavía fresco.
Como si fuera poco, el aparato ya había sido usado para extraer $25.000 de la cuenta del remisero, una movida tan torpe como rastreable. El menor, fiel a la costumbre delator-instantáneo, entregó el teléfono sin necesidad de interrogatorio al estilo CSI.
Ahora, la causa quedó bajo la carátula de “robo agravado por la participación de un menor”, con el mayor a disposición de Flagrancia y el adolescente bajo la órbita del Juzgado Penal de Niñez. Mientras tanto, el remisero probablemente esté pensando en volver a los mensajes de texto y dejar las apps de transferencia para después de las 8 de la mañana.
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Este martes 10 de junio, a las 04:55 horas, personal policial de la Unidad Operativa del Barrio General Acha fue alertado sobre un robo ocurrido en ese sector del Departamento Capital, en perjuicio de un remisero que se encontraba cumpliendo funciones laborales.
La víctima denunció el robo de su teléfono celular Motorola E20, color gris, perpetrado por dos sujetos mientras realizaba un viaje. Gracias a la información aportada por un agente de la casilla de vigilancia del barrio, se activó un operativo de búsqueda en la zona.
Poco después, y gracias a las características brindadas por el damnificado, los efectivos lograron la aprehensión de 2 individuos: Kevin Miguel Narváez, de 20 años, y un menor de 16 años. Durante el procedimiento, el menor entregó voluntariamente el celular sustraído.
Además, se constató que desde el dispositivo se había realizado una transferencia bancaria por $25.000 desde la cuenta del remisero hacia otra cuenta. Ante esta situación, se dio intervención al Juzgado Penal de Niñez y Adolescencia, a cargo de la Dra. María Julia Camus, en lo que respecta al menor. En tanto, el mayor quedó a disposición de la Unidad Fiscal de Flagrancia.
La causa quedó caratulada como “robo agravado por la participación de un menor” y continúa bajo investigación, mientras se realizan las diligencias judiciales correspondientes.