En la antesala de la última audiencia pública para la Revisión Tarifaria Ordinaria que regirá el quinquenio 2026-2031, el debate por la configuración de la «empresa modelo» ha tensado la relación entre la distribuidora Naturgy y el gremio de Luz y Fuerza. Durante la reunión del consejo de acompañamiento, se discutieron los costos de operación, mantenimiento e inversiones que determinarán el cuadro tarifario para los próximos cinco años.
La controversia central radica en la estructura de personal que la distribuidora propone para garantizar la prestación. Según denunciaron desde el sector sindical, la propuesta de Naturgy contempla una reducción en la dotación de personal propio y contratistas respecto a los niveles actuales. Esta medida, advierten, impactará de manera directa y negativa en la capacidad de respuesta y la calidad del servicio que reciben los usuarios sanjuaninos.
Informes técnicos y el rol del EPRE
El sindicato de Luz y Fuerza formalizó una presentación ante las autoridades regulatorias utilizando datos oficiales obtenidos de los informes del Ente Provincial Regulador de la Electricidad (EPRE). Según el gremio, estos números demuestran que es técnicamente imposible sostener un sistema eléctrico eficiente y seguro con una plantilla reducida, especialmente en una provincia con las particularidades climáticas y geográficas de San Juan.
“Es importante que el pueblo sepa que menos trabajadores no significa menos tarifa, sino excesivas ganancias para Naturgy”, señalaron desde la organización sindical. El planteo gremial sostiene que el ahorro en costos laborales que pretende la empresa no se trasladará a una baja en el precio del kilovatio, sino que servirá para engrosar el margen de rentabilidad de la compañía, a expensas de la precarización del mantenimiento de las redes.
Defensa de las fuentes de trabajo
La discusión sobre la «empresa modelo» es un punto crítico en cada revisión tarifaria, ya que es el parámetro que usa el regulador para reconocer los costos eficientes que la sociedad debe pagar a través de la factura. Desde Luz y Fuerza manifestaron que su postura no solo busca la defensa de las fuentes de trabajo y de los puestos de personal calificado, sino que representa una lucha en beneficio de la comunidad para evitar el deterioro de un servicio esencial.
Con este escenario de conflicto de visiones, la audiencia pública final será el escenario donde se definirá si el modelo de gestión para el próximo quinquenio priorizará la reducción de costos operativos o la inversión en capital humano para asegurar la estabilidad del sistema eléctrico provincial.
<p>El sindicato de Luz y Fuerza denunció que la propuesta tarifaria de Naturgy para el periodo 2026-2031 contempla una reducción de personal que afectaría la calidad del servicio eléctrico en San Juan. En el marco de las revisiones ante el EPRE, el gremio presentó informes técnicos que sostienen que una menor dotación no reducirá las tarifas, sino que incrementará los márgenes de ganancia empresarial.</p>
Resumen generado automáticamente por inteligencia artificial
En el fascinante mundo de las distribuidoras de energía, Naturgy parece haber descubierto una nueva ley de la física: la de brindar un servicio «eficiente» operando con la misma cantidad de gente que se necesita para manejar un carrito de panchos. En la última reunión del consejo de acompañamiento para la revisión tarifaria del quinquenio 2026-2031, la empresa presentó su propuesta de «empresa modelo», un concepto que suena muy moderno pero que, traducido al criollo sanjuanino, significa básicamente que si se te corta la luz en plena ola de calor, vas a tener que esperar a que el único técnico disponible termine de dar la vuelta al departamento de Iglesia en bicicleta.
Desde Luz y Fuerza, con el manual de la realidad bajo el brazo y datos del propio EPRE, salieron a explicar lo que cualquier hijo de vecino sospecha: que menos empleados no se traduce en una boleta más flaca para el usuario, sino en una billetera más gorda para los accionistas. La lógica empresarial es impecable: si hay menos personal calificado, hay menos sueldos que pagar, y si el servicio decae, siempre se puede culpar al viento Zonda, al cambio climático o a una alineación planetaria desfavorable. Mientras tanto, el sindicato intenta convencer a las autoridades de que la «eficiencia» no es un cuadro de Excel donde sobran trabajadores, sino que alguien efectivamente atienda el teléfono y arregle el transformador antes de que la heladera pase a ser un mueble decorativo.
Es una pulseada clásica de fin de año, pero con el agravante de que se define cómo vamos a padecer —o disfrutar— la electricidad durante la próxima media década. Naturgy propone una dotación de personal digna de un monasterio de clausura, mientras los trabajadores advierten que la calidad del servicio está directamente relacionada con tener manos suficientes para mantener los cables en su lugar. Al final del día, lo que está en juego es si San Juan tendrá una red eléctrica de vanguardia o si terminaremos comprando velas por mayor porque la «empresa modelo» decidió que tener personal técnico es una costumbre demasiado vintage para los tiempos que corren.
Contenido humorístico generado por inteligencia artificial
En la antesala de la última audiencia pública para la Revisión Tarifaria Ordinaria que regirá el quinquenio 2026-2031, el debate por la configuración de la «empresa modelo» ha tensado la relación entre la distribuidora Naturgy y el gremio de Luz y Fuerza. Durante la reunión del consejo de acompañamiento, se discutieron los costos de operación, mantenimiento e inversiones que determinarán el cuadro tarifario para los próximos cinco años.
La controversia central radica en la estructura de personal que la distribuidora propone para garantizar la prestación. Según denunciaron desde el sector sindical, la propuesta de Naturgy contempla una reducción en la dotación de personal propio y contratistas respecto a los niveles actuales. Esta medida, advierten, impactará de manera directa y negativa en la capacidad de respuesta y la calidad del servicio que reciben los usuarios sanjuaninos.
Informes técnicos y el rol del EPRE
El sindicato de Luz y Fuerza formalizó una presentación ante las autoridades regulatorias utilizando datos oficiales obtenidos de los informes del Ente Provincial Regulador de la Electricidad (EPRE). Según el gremio, estos números demuestran que es técnicamente imposible sostener un sistema eléctrico eficiente y seguro con una plantilla reducida, especialmente en una provincia con las particularidades climáticas y geográficas de San Juan.
“Es importante que el pueblo sepa que menos trabajadores no significa menos tarifa, sino excesivas ganancias para Naturgy”, señalaron desde la organización sindical. El planteo gremial sostiene que el ahorro en costos laborales que pretende la empresa no se trasladará a una baja en el precio del kilovatio, sino que servirá para engrosar el margen de rentabilidad de la compañía, a expensas de la precarización del mantenimiento de las redes.
Defensa de las fuentes de trabajo
La discusión sobre la «empresa modelo» es un punto crítico en cada revisión tarifaria, ya que es el parámetro que usa el regulador para reconocer los costos eficientes que la sociedad debe pagar a través de la factura. Desde Luz y Fuerza manifestaron que su postura no solo busca la defensa de las fuentes de trabajo y de los puestos de personal calificado, sino que representa una lucha en beneficio de la comunidad para evitar el deterioro de un servicio esencial.
Con este escenario de conflicto de visiones, la audiencia pública final será el escenario donde se definirá si el modelo de gestión para el próximo quinquenio priorizará la reducción de costos operativos o la inversión en capital humano para asegurar la estabilidad del sistema eléctrico provincial.
En el fascinante mundo de las distribuidoras de energía, Naturgy parece haber descubierto una nueva ley de la física: la de brindar un servicio «eficiente» operando con la misma cantidad de gente que se necesita para manejar un carrito de panchos. En la última reunión del consejo de acompañamiento para la revisión tarifaria del quinquenio 2026-2031, la empresa presentó su propuesta de «empresa modelo», un concepto que suena muy moderno pero que, traducido al criollo sanjuanino, significa básicamente que si se te corta la luz en plena ola de calor, vas a tener que esperar a que el único técnico disponible termine de dar la vuelta al departamento de Iglesia en bicicleta.
Desde Luz y Fuerza, con el manual de la realidad bajo el brazo y datos del propio EPRE, salieron a explicar lo que cualquier hijo de vecino sospecha: que menos empleados no se traduce en una boleta más flaca para el usuario, sino en una billetera más gorda para los accionistas. La lógica empresarial es impecable: si hay menos personal calificado, hay menos sueldos que pagar, y si el servicio decae, siempre se puede culpar al viento Zonda, al cambio climático o a una alineación planetaria desfavorable. Mientras tanto, el sindicato intenta convencer a las autoridades de que la «eficiencia» no es un cuadro de Excel donde sobran trabajadores, sino que alguien efectivamente atienda el teléfono y arregle el transformador antes de que la heladera pase a ser un mueble decorativo.
Es una pulseada clásica de fin de año, pero con el agravante de que se define cómo vamos a padecer —o disfrutar— la electricidad durante la próxima media década. Naturgy propone una dotación de personal digna de un monasterio de clausura, mientras los trabajadores advierten que la calidad del servicio está directamente relacionada con tener manos suficientes para mantener los cables en su lugar. Al final del día, lo que está en juego es si San Juan tendrá una red eléctrica de vanguardia o si terminaremos comprando velas por mayor porque la «empresa modelo» decidió que tener personal técnico es una costumbre demasiado vintage para los tiempos que corren.