San Juan: ¿Por qué caen los embarazos pero suben los casos de sífils y HIV? Un informe clave de salud sexual

Redacción Cuyo News
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Zappo te lo cuenta

¿Te cuidás? ¿Tenés pareja, buscás una? ¿Pensaste alguna vez si estás expuesto a alguna infección? ¿Sabés dónde conseguir anticonceptivos gratis o hacerte un test rápido? Si alguna de estas preguntas te resonó, quedate. Esta nota es para vos. En San Juan, tenemos logros enormes en salud sexual, como casi haber fulminado el embarazo adolescente. Pero, ojo, hay otra parte de la historia que preocupa, y mucho: las infecciones de transmisión sexual están ganando terreno. Vamos a mirar el mapa completo, con los que saben y con lo que nos pasa a todos.

1. La salud sexual en San Juan: un tablero complejo

La salud sexual y reproductiva no es un tema que debería quedarse guardado en un cajón. Es una parte fundamental de quién sos, de tus decisiones, de tu bienestar. Da igual la edad que tengas, si estás en pareja o no, si pensás en tener hijos o no. Cuidarte, informarte, saber dónde pedir ayuda: eso es clave para vivir más tranquilo y responsablemente.

Acá, en San Juan, vivimos una realidad dual. Por un lado, podemos mostrar con orgullo cómo avanzamos en ciertos aspectos. Por otro, tenemos desafíos que nos pegan de cerca y que exigen que abramos los ojos y, sobre todo, que hablemos del tema sin vueltas.

2. El gran golpe al embarazo adolescente: cuando los programas funcionan

Mirá este dato: entre 2010 y 2023, San Juan logró bajar más del 60% la tasa de embarazo en adolescentes. Es un número que no es casualidad. Refleja el laburo de años y una política pública clara de acceso a métodos anticonceptivos. La tasa de fecundidad adolescente, que mide los nacimientos de madres menores de 20 años por cada mil mujeres de esa edad, pasó del 1,7% de todos los nacidos vivos en 2010 a apenas el 0,7% en 2023.

La Dra. Lenka Dumanzik, que está al frente de la Dirección de Materno-Infancia del Ministerio de Salud Pública, lo explica con claridad: «En todos los centros de salud de la provincia, y cuando decimos todos, es todos, hay anticonceptivos gratuitos«. Y la cosa no es que te dan lo que tienen y listo. «Hay que hacer la consulta con el médico de familia, con el ginecólogo o, si sos adolescente, también con el pediatra. Ahí se hace la consejería en salud sexual», detalla.

¿Qué es la consejería? Es un espacio donde se te explica con claridad los distintos métodos, cómo funcionan, sus ventajas y desventajas, para que vos, con esa data en la mano, puedas «elegir el método anticonceptivo que prefieras». La decisión final es tuya.

Un jugador clave en esta cancha, sobre todo para las más jóvenes, fue el implante subdérmico. «Es el chip que se coloca en el brazo, libera hormonas y dura aproximadamente 3 años. Está destinado a mujeres y personas gestantes menores de 19 años«, precisa la doctora. «El Ministerio de Salud provincial lo compró y tenemos stock garantizado», asegura.

Y acá viene un punto importante: para que te lo coloquen, no necesitás tener una enfermedad o patología especial, ni pedir permiso a tus padres si tenés 13 años o más. Es simple: si sos menor de 19 y querés cuidarte de un embarazo, podés acceder a él. Es «para el deseo de tener una salud sexual responsable», dice Dumanzik.

Pero la oferta es amplia y gratuita para todos y todas. Tenés pastillas orales (de distintos tipos, con diferentes dosis hormonales), inyectables (mensuales o trimestrales), el DIU (dispositivo intrauterino, que puede ser de cobre o hormonal, aunque en el sistema público sanjuanino se refieren principalmente al de cobre, que generalmente se recomienda para mujeres que ya tuvieron su primer hijo porque el útero postparto facilita la colocación y reduce riesgos), y si ya tenés decidido no tener más hijos, podés acceder a la ligadura de trompas (en los hospitales de la provincia) o a la vasectomía para los varones (sí, también gratuita en los hospitales, aunque la demanda masculina es baja). «También hay anticoncepción de emergencia, la llamada pastilla del día después; en los centros de salud la tienen y se entrega sin receta», agrega Dumanzik.

Un tema que siempre sale es si los anticonceptivos engordan. La doctora es clara: «Los AC actuales tienen bajas dosis de estrógenos, así que el aumento de peso generalmente no está asociado a ellos. El sobrepeso y la obesidad son otra historia, una pandemia que no está relacionada con los AC«.

Y si sos adolescente, tenés una puerta de entrada especial: «Tenemos en 29 centros de salud los llamados Espacios Amigos del Adolescente«, cuenta Dumanzik. «Ahí los jóvenes pueden ir a informarse sobre anticoncepción, hacerse controles, consultar cualquier duda sobre su salud. Tienen autonomía para consultar desde los 13 años con el pediatra o médico de familia de cualquier centro de salud o en los espacios amigables, sin necesidad de que los padres pidan permiso o estén presentes».

Es un espacio seguro, confidencial y amigable para empezar a cuidarse. La doctora también destaca el seguimiento que se hace a pacientes post-parto y post-Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE): «Se trabaja de manera nominalizada para abordar a las pacientes que tuvieron sus hijos y quieran acceder a un método AC. También a las pacientes que solicitaron interrupción voluntaria de embarazo, para que tomen conciencia del cuidado de la salud sexual; y acceden a AC». La idea es que «cada paciente pueda elegir su método anticonceptivo desde el conocimiento y empoderándose del cuidado de su salud sexual; esto es desde la adolescencia hasta la adultez», remarca.

3. La sombra que crece rápido: las ITS nos pisan los talones

Ahora, la otra cara de la moneda. Mientras festejamos menos embarazos adolescentes, hay un problema que no para de crecer: las Infecciones de Transmisión Sexual (ITS).

Lorena Herrera, que maneja los programas de ITS, VIH y Hepatitis Virales, nos pone los números sobre la mesa. En 2023, San Juan diagnosticó 143 nuevos casos de VIH, con una tasa de 17,7 por cada 100.000 habitantes. Esta cifra está por encima del promedio nacional (14/100.000). Para ponerlo en perspectiva, significa que por cada cien mil sanjuaninos, casi 18 personas recibieron un diagnóstico nuevo de VIH el año pasado. Y lo más alarmante: el 50% de estos diagnósticos en San Juan son tardíos. Esto significa que la persona lleva tiempo con el virus sin saberlo, lo que impacta en su salud (el tratamiento es más complejo si se inicia tarde) y facilita la transmisión a otros sin querer.

Pero la sífilis es, hoy por hoy, la que más nos exige atención.

La tasa provincial llegó a 93 casos por cada 100.000 en 2023, mientras que el país anda por los 69,2. «Los datos deben tomarse con precaución por cambios en las clasificaciones y errores en los registros», aclara Herrera. A veces se registran como casos activos infecciones viejas o «cicatrices» serológicas (un resultado positivo del test que queda como «memoria» del cuerpo después de haber tenido sífilis y haberse curado, pero que no significa que la infección esté activa). «Pero a pesar de estas limitaciones, es evidente que la sífilis está en aumento«, afirma.

Y lo grafica de forma contundente: «La sífilis corre diez veces más rápido que el VIH y nuestros sistemas de carga no la siguen al mismo ritmo».

Es una epidemia «vieja» que volvió con todo y a la que no le estamos prestando la atención que merece, quizás porque «ha sido históricamente relegada en comparación con el VIH, posiblemente debido a la disponibilidad de tratamientos económicos como la penicilina», reflexiona Herrera. Pero que el tratamiento sea barato (la penicilina cuesta centavos) no le quita gravedad si no se detecta y trata a tiempo, dejando secuelas neurológicas graves o, peor aún, transmitiéndose de madre a hijo durante el embarazo.

«Es inaceptable que haya casos de sífilis congénita con un tratamiento tan sencillo disponible», subraya Herrera, recordando que a todas las embarazadas se les hacen controles trimestrales de sífilis, VIH y hepatitis para evitar esto. También se monitorean los casos de gonorrea y otras ITS, aunque el foco principal por impacto en salud pública y transmisión vertical (madre-hijo) está puesto en VIH y sífilis.

4. ¿Por qué pasa esto? Las razones detrás de los números

¿Cómo se explica este contraste? Más acceso a anticonceptivos de embarazo, pero más ITS. Los especialistas identifican varios puntos clave:

  1. El preservativo, el gran olvidado: La Dra. Dumanzik fue clara: «Hay que recordar que también hay que usar profilácticos en todas las relaciones sexuales para prevenir las enfermedades de transmisión sexual». Sí, «profilácticos«, el término técnico, pero que todos entendemos como «preservativos» o «condones«. Sin embargo, como señala Herrera, el éxito del chip tuvo su efecto no deseado: «La implementación del chip anticonceptivo puede influir, ya que los jóvenes se enfocan en evitar el embarazo pero descuidan la prevención de ITS». Se sienten cubiertos de un lado (embarazo) y se olvidan del otro (infecciones). Es como salir a la calle con paraguas para la lluvia pero sin abrigo para el frío. Se percibe que el riesgo de ITS es menor o que «a mí no me va a pasar».
  2. Menos testeos, más ignorancia: Si la mitad de los diagnósticos de VIH son tardíos, es porque la gente no se testea a tiempo. O no sabe dónde, o le da miedo, o cree que no le va a pasar. Herrera estima que un 13% de las personas con VIH en el país no saben que lo tienen. Cada test que no se hace es una oportunidad perdida de cuidar a esa persona y cortar la cadena de transmisión. El estigma sigue siendo un obstáculo, aunque «los jóvenes se animan más a hacerse el test», según Herrera, quien asegura que «se garantiza la confidencialidad en todas las instancias de testeo».
  3. Las adicciones, un factor de riesgo: Herrera menciona que en testeos en comunidades afectadas por el consumo problemático de sustancias, la prevalencia de sífilis triplica la media provincial. Hay una relación directa entre el consumo, las prácticas sexuales de riesgo (a veces transaccionales) y el uso inconsistente del preservativo. Es un tema que no se puede separar y exige un abordaje interministerial que no siempre se da.
  4. La educación sexual, una deuda pendiente: Aunque existe la Ley de Educación Sexual Integral (ESI) desde 2006, su aplicación en las escuelas depende mucho del impulso de cada institución o docente. «El Ministerio de Salud no coordina campañas masivas con Educación«, reconoce Herrera. A veces un centro de salud consigue entrar al aula por gestión de un docente amigo. Resultado: una disparidad abismal en la calidad y alcance de la ESI. Muchos chicos y chicas siguen saliendo de la escuela sin la información necesaria, no solo sobre embarazo, sino sobre ITS, cuidado, diversidad y relaciones saludables. Herrera aclara que las acciones sobre diversidad sexual no pasan por su programa «para evitar asociar estas temáticas con las infecciones», buscando reducir el estigma, pero esto también implica que no hay un abordaje integral y coordinado de la salud sexual en el ámbito educativo desde Salud.

5. La voz de la calle y las redes: lo que se vive y se pregunta

Más allá de las cifras y las declaraciones, ¿Qué dicen quienes viven la salud sexual en primera persona? En espacios donde la gente comparte sus experiencias, como foros online, se reflejan las dificultades y las preguntas que a veces no se hacen en la consulta médica. Sus relatos, aunque sintetizados, nos conectan con la realidad, los miedos y las dudas frecuentes:

El miedo antes del test: «Ya me estoy haciendo a la idea de que lo tengo»

Mucha gente siente un miedo paralizante antes de hacerse una prueba de VIH o sífilis. Como el chico de 18 que decía: «No sé qué sentir. Ya me estoy haciendo a la idea de que lo tengo, es surrealista por mi edad«* Esta «angustia anticipatoria» es muy común. Otros, con más experiencia, intentan tranquilizar: *»la primera prueba es la que da más miedo«*, pero vivir en la ignorancia *»solo impide recibir a tiempo el tratamiento y proteger a otros«*. La falta de información alimenta el temor: como quien se preocupa por una posible infección *»después de un encuentro protegido«* o por *»haber usado un baño público«*, demostrando que el miedo puede ser irracional si no se tiene información clara sobre las vías de transmisión. También aparece el alivio: *»Di negativo. Siento que volví a nacer«*. Estos relatos subrayan la necesidad de facilitar el acceso al testeo y brindar consejería para calmar la ansiedad.

ITS y confianza en pareja: cuando un diagnóstico rompe la confianza

Un diagnóstico de ITS en una relación estable suele ser un golpe doble: la preocupación por la salud y la duda sobre la fidelidad. Una mujer contó que, tras 3 años con su novio, que juraba fidelidad, dio positivo en gonorrea. *»¿Entonces cómo la tengo?«*, se preguntaba, enfrentada a la dura realidad que muchas veces implica una infidelidad, ya que las ITS no «aparecen» de la nada. Otro hombre narró que su esposa dio positivo y él negativo, y ella intentó convencerlo de que lo tenía *»desde antes de conocerse«* y que no se lo había transmitido. Historias difíciles que muestran cómo la salud sexual está intrínsecamente ligada a la confianza y a veces, a la traición. *»Definitivamente te engañó si tú no lo hiciste«*, responden sin vueltas en estos casos, si las pruebas anteriores lo confirman y se descartan otras vías de transmisión (muy raras para gonorrea o VIH). El dolor es palpable: *»Estoy tan confundida y dolida«*, escribía una joven al descubrir la situación. La comunidad ofrece apoyo, pero a menudo el consejo práctico es contundente: *»definitivamente es motivo para terminar«*, priorizando la salud física y emocional.

Experiencias con anticonceptivos: el cuerpo, un laboratorio personal

Encontrar el método anticonceptivo ideal es, para muchas mujeres, un verdadero «via crucis». Los foros están llenos de relatos sobre prueba y error:

  • Pastillas: Muchas celebran sus beneficios más allá de evitar el embarazo: *»yo las tomo y me viene re poquito y sin dolor; también te disminuye el acné«, *mi ciclo es súper regular ahora«. Pero casi todas mencionan algún efecto no deseado: la «pérdida de líbido» es muy frecuente («el único problema es que te mata las ganas; nunca quiero tener relaciones«), también se habla de «aumento de peso» (aunque los médicos digan que no es directo, muchas lo perciben), «hinchazón«, «cambios de humor«, «dolor de cabeza«. Algunas cuentan historias de miedo: *»dejé las pastillas durante la pandemia porque me cansé de esas hormonas pedorras y mis quistes ováricos regresaron, crecieron y terminaron explotando, por lo que debí ser operada de urgencia«*. Luego, la reflexión: «Hubiera preferido seguir con las pastillas si hubiera sabido lo que dolía eso«. Estos testimonios resaltan que hay que estar atenta a los cambios y consultar al médico.
  • Implante subdérmico: Para muchas, es la panacea por su comodidad y larga duración: «uhh, lo mejor que me pasó«, «dejé de menstruar completamente«, «ya no me tengo que preocupar de llevar tampón o toallitas«. Pero otras experimentan efectos secundarios significativos: «aumenté como 20 kilos cuando me lo puse«, «sufrí un desbalance hormonal completo con cambios de humor, hirsutismo (vello facial), aumento de peso, acné…«. Estos relatos de problemas recuerdan que, aunque muy efectivo para el embarazo, el implante no está exento de impactos hormonales que varían mucho según la persona.
  • DIU: Las experiencias con el DIU (especialmente el de cobre) suelen mencionar un periodo inicial de adaptación difícil: «los calambres fueron más dolorosos durante unos 3 meses«, «el sangrado era más abundante«. Pero después de esa etapa, muchas mujeres reportan una buena experiencia a largo plazo, sin los efectos hormonales de otros métodos y con gran tranquilidad anticonceptiva por varios años.

La clave que surge de todos estos relatos es la importancia de «asesorarse con un profesional, no con opiniones de las redes sociales, Google o Chat GPT«, pero también la necesidad de ser escuchada por el médico si aparecen problemas y no conformarse: «andá a otro ginecólogo y le contás lo mismo… y lo que te recetó el primero«*. Cada cuerpo es único y requiere un abordaje personalizado.

Hombres que eligen la vasectomía: una decisión de vida

La vasectomía, esa decisión masculina de «cerrar la fábrica«, también genera conversaciones, a menudo con un toque de humor pero también mucha seriedad. Para hombres jóvenes sin hijos, la *»irreversibilidad«* es un tema central y que se les recalca mucho.

Algunos cuentan que tuvieron que pasar por entrevistas con psicólogos o enfrentar resistencia en el sistema para que se la hicieran por ser jóvenes. Pero quienes están convencidos la califican como «la mejor decisión«. Cuentan que la cirugía es «no tan mala«, ambulatoria y la recuperación rápida («estuve sensible un día«, «el lunes estaba casi normal«).

Algunos la eligen pensando en su pareja, para que ella «no tenga que pasar por los efectos de las pastillas anticonceptivas«. Es una opción que, aunque todavía con cierto tabú, cada vez más varones consideran seriamente como parte de la planificación familiar y un acto de corresponsabilidad. «Si tu opinión está sujeta a cambio, no lo hagas«, resume un consejo recurrente, enfatizando que debe ser una decisión firme y meditada. Y sí, también aparece el comentario ácido y real: «Háztela que la pensión está cara«, aunque genere debate, refleja una de las realidades económicas que influyen en la decisión.

El preservativo: la defensa que no se negocia

Un tema que aparece constantemente en las conversaciones sobre anticoncepción es el preservativo. Muchos usuarios enfatizan que, por más que uses pastillas, chip o DIU, solo el preservativo te protege de las ITS. Algunas mujeres cuentan que, aun con implante o píldora, usan condón con parejas ocasionales o hasta conocer bien a la persona. «También me cuidé con preservativos» es una frase común. En parejas estables, muchos optan por dejarlo una vez que confían en que ambos están libres de ITS, pero la conversación subraya que es una decisión consciente del riesgo que se asume. Un punto de fricción es cuando, como contó una joven, su ginecóloga se negaba a recetarle pastillas y le pedía que siguiera usando solo preservativos, preocupada por los riesgos hormonales. Esto muestra que incluso entre profesionales puede haber visiones distintas, pero la comunidad y los especialistas en ITS coinciden: el preservativo es fundamental.

Buscar ayuda: dudas sobre dónde y cómo

Más allá de los métodos, la gente pregunta mucho en los foros y en la calle: «¿Dónde me hago un test rápido?«, «¿Tengo que pedir turno?«, «¿Es confidencial?«, «¿Qué hago si la guardia no me da la pastilla del día después?«, «¿Me van a juzgar si pregunto esto?«.

Estas preguntas frecuentes muestran que, aunque los servicios existan, la información sobre cómo acceder a ellos no siempre es clara o la gente se siente incómoda preguntando por miedo al estigma o a ser mal atendida. Herrera reconoce que la «sensibilización del personal de salud» es una dificultad importante. El objetivo, insiste, es «acercar el sistema de salud a la comunidad» y garantizar que «la información es clave para que la comunidad se anime a hablar y conocer más sobre las ITS».

6. Dónde encontrar ayuda y recursos en San Juan

Si te quedaron dudas, o si necesitás información, testeo o anticoncepción, es clave saber a dónde ir. El sistema de salud público de San Juan tiene las puertas abiertas y recursos disponibles de forma gratuita. Y es importante recordar que la Ley Nacional de Respuesta al VIH, ITS y Hepatitis Virales garantiza el acceso al diagnóstico, tratamiento y seguimiento a toda persona que lo necesite, sin importar su cobertura de salud.

ServicioQué ofreceCostoUn dato extra que te sirve…
Hospital Rawson – Consultorio de DiversidadTest rápido VIH/sífilis, acceso a PrEP (prevención) y PEP (post-exposición)GratisPodés ir sin turno, la atención es confidencial y empática, pensada para facilitar el acceso. Herrera destaca que es un modelo exitoso.
Centros de Salud Zonales (los 5) y otros CAPSTest rápidos (en algunos, con personal capacitado), anticoncepción (pastillas, inyectables, DIU, implante en algunos), preservativos, consejería integral.GratisSon tu primer contacto en el barrio. Pedí turno con médica/o de familia o ginecólogo/a. La idea es acercar el sistema de salud a la comunidad.
Espacios Amigos del Adolescente (29 en total)Consejería específica para jóvenes, acceso al implante, pastilla del día después, otros métodos.GratisSi tenés entre 13 y 19 años, podés ir solo, sin que tus padres firmen nada. Atención confidencial.
Hospitales de la provinciaRealizan ligadura de trompas y vasectomía.GratisConsultá en el servicio de Ginecología (para ligadura) o Urología (para vasectomía). La Ley 26.130 garantiza el derecho a la anticoncepción quirúrgica.
Laboratorios del sistema públicoDiagnóstico de ITS (VIH, Sífilis, etc.).GratisAlgunos centros de salud tienen laboratorio, otros toman muestras que se derivan. Herrera menciona que el Hospital Rawson es laboratorio de referencia para confirmar VIH.

7. PrEP y PEP: herramientas que debemos usar más

Además de los métodos anticonceptivos «clásicos» y el preservativo, existen dos herramientas potentes para prevenir el VIH que están disponibles gratis en el sistema público:

  • PrEP (Profilaxis Pre-Exposición): Es una pastilla diaria para personas sin VIH pero con un riesgo significativo de contraerlo (por ejemplo, si tu pareja tiene VIH y no está indetectable, si tenés relaciones sin protección frecuentes con distintas personas, si usás drogas inyectables). Es muy efectiva para prevenir el VIH si se toma correctamente.
  • PEP (Profilaxis Post-Exposición): Es un tratamiento de 28 días que se inicia *lo antes posible* (idealmente en las primeras horas, límite 72 horas) después de una posible exposición al VIH (si se rompió el preservativo, si hubo una agresión sexual, si compartiste material de inyección, si falló otro método de prevención). Reduce significativamente el riesgo de infección si se inicia a tiempo y se completa el esquema.

Están disponibles gratis en el sistema público, pero como decía Lorena Herrera, «el acceso existe, la demanda no». Mucha gente no sabe que existen o cómo pedirlas. Muchos servicios de guardia todavía no las ofrecen de rutina ante una situación de riesgo («pierden la primera pastilla entre la sutura y el trámite», lamenta Herrera). Es algo que tenemos que cambiar: que sean tan conocidas y accesibles como la pastilla del día después.

8. Mirando hacia adelante: ¿qué falta y cómo le entramos?

San Juan tiene las leyes (como la Ley Nacional de Respuesta al VIH, ITS y Hepatitis Virales, que garantiza el tratamiento, el diagnóstico y hasta beneficios de seguridad social como pensiones o jubilaciones simplificadas para personas con VIH), tiene los recursos materiales (anticonceptivos, reactivos, preservativos, tratamientos). ¿Dónde está el problema? Principalmente, en las personas que trabajamos en el sistema y en cómo la información llega o no a la gente.

Herrera lo pone simple: «Nos sobran reactivos, nos faltan brazos«. El personal de salud está desbordado, atendiendo de todo (consultas generales, enfermedades crónicas, brotes de dengue, etc.), y a veces falta tiempo o capacitación específica para la consejería sexual de calidad, que exige dedicación y sensibilidad. Las fichas de registro se llenan mal o de forma incompleta, lo que complica tener datos precisos de la sífilis (estadio de la infección, si la pareja se trató) y seguir a los pacientes correctamente. «La falta de personal sensibilizado y disponible es una dificultad importante», dice Herrera. Se está trabajando en capacitar más, pero es un proceso lento.

La educación sexual sigue siendo una materia pendiente real y coordinada a nivel provincial. «El Ministerio de Salud no coordina campañas masivas con Educación«, confirma Herrera. Esto deja un vacío enorme en la formación de los jóvenes. Y el estigma, aunque ha bajado (los jóvenes se animan más al test), todavía existe y frena a la gente a la hora de testearse o hablar abiertamente de sus prácticas o dudas.

Si tuviéramos que ponerle pilas a tres cosas ahora mismo, basadas en el análisis y las necesidades, serían estas:

  1. Testeo automático en puntos clave («modelo opt-out»): Que en todas las guardias y centros de salud, si te sacan sangre por cualquier motivo (un análisis de rutina, un prequirúrgico, una consulta por otra cosa), te ofrezcan el test de VIH y sífilis como algo de rutina, explicando brevemente por qué es importante, a menos que vos digas explícitamente que no querés. Hacerlo fácil, rápido, sin vueltas y confidencial agilizaría el diagnóstico temprano y cortaría cadenas de transmisión.
  2. Llevar la PrEP al barrio: Que la prescripción y el acceso a la PrEP no sea solo en el Hospital Rawson o en consultorios de infectología. Que se pueda conseguir en los centros de salud barriales, más cerca de la gente, con un médico de familia capacitado para indicarla y hacer el seguimiento, como se hace con otros métodos de prevención o tratamientos crónicos. Menos burocracia, más acceso, más adherencia.

Cuidarse es posible y nos toca a todos

San Juan demostró que puede ser pionera en salud sexual cuando se lo propone, como con el embarazo adolescente. Ahora, el desafío es no dejar que las ITS nos ganen la pulseada. Tenemos las herramientas: anticonceptivos para no tener hijos si no los deseamos, testeo rápido y gratuito para saber si tenemos alguna infección, tratamientos efectivos garantizados por ley. Lo que falta es que vos, que yo, que todos, nos apropiemos de esta información, la usemos y hablemos de salud sexual sin miedo ni vergüenza.

Testearte, informarte, elegir cómo cuidarte de embarazos y, fundamentalmente, usar preservativo en cada relación sexual. No es solo cuidarte vos, es cuidar a los demás. La salud sexual es parte de la vida, y vivirla de forma responsable es un derecho y una responsabilidad que nos toca a todos. La conversación está abierta. Depende de nosotros que pase a la acción.

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