Amazon en Aragón: Opacidad, agua y la huella de los data centers.

Redacción Cuyo News
6 min
Cortito y conciso:

Un análisis revela la opacidad en torno al consumo de agua y energía de los centros de datos de Amazon Web Services (AWS) en Aragón, España. A pesar de las promesas de transparencia y eficiencia, los datos sobre el impacto ambiental real de estas infraestructuras son difíciles de obtener, generando preocupación entre ecologistas y autoridades locales ante la creciente demanda de recursos y la falta de fiscalización efectiva.

El Gigante en la Sombra: ¿Cuánta Agua y Energía se Tragan los Centros de Datos de Amazon en Aragón?

Desde afuera, los centros de datos de Amazon Web Services (AWS) en España parecen fortalezas impenetrables. Vallas, cámaras, la seguridad de un búnker: todo apunta a proteger el corazón de la nube. Pero, ¿qué ocurre puertas adentro? ¿A qué costo están alimentando la inteligencia artificial y el almacenamiento de datos que tanto consumimos?

Hace dos años que Amazon plantó bandera en el sur de Europa con su primer clúster regional en Aragón. Tres colosos informáticos unidos por menos de 80 kilómetros, en Zaragoza y Huesca. Y la cosa no termina ahí: hay planes de expansión con dos centros más, una inversión millonaria que la propia empresa considera «clave para su negocio global».

## El Precio de la Nube: Impacto Ambiental y Opacidad

Pero, como dice el dicho, no todo lo que brilla es oro. La sed insaciable de la IA tiene un precio, y las infraestructuras que la sostienen demandan recursos a niveles nunca vistos. Energía, claro, pero también (y no menos importante) agua, vital en un país como España. Ahí es donde las alarmas empiezan a sonar.

El problema es que ponerle números a este impacto es casi misión imposible. Las grandes tecnológicas, como buenas magas, esconden sus trucos. AWS no informa sobre cuánta energía y agua consume en sus centros de datos aragoneses. Un secreto que alimenta la incertidumbre y la desconfianza.

Huesca Abre la Canilla: ¿Cuánto Consume Amazon?

Si bien los centros de datos intentan pasar desapercibidos ubicándose en polígonos industriales, su tamaño los delata por completo. Al lado las infraestructuras tienen tanques de almacenamiento de agua necesaria para su funcionamiento.

En esa línea, tras meses de insistencia, el consistorio de Huesca reveló que el consumo hídrico industrial en la capital aumentó 62 millones de litros anuales desde que AWS comenzó a operar. Una cifra que supera las propias estimaciones de la empresa, que preveían un uso de 36 millones de litros.

¿Mucho, poco, o simplemente lo suficiente? Ricardo Aliod, investigador en la Fundación Nueva Cultura del Agua, pone los números en perspectiva, comparándolos con otras industrias de la región. «Este aumento supone un uso elevado respecto a los usos urbanos», afirma. Pero aclara que «las cifras palidecen frente al regadío». Eso sí, subraya que en un territorio con estrés hídrico, «cualquier uso de consumo nuevo es un clavo sobre el ataúd».

El Secreto a Voces: Acuerdos de Confidencialidad y Falta de Transparencia

Pero los datos de Huesca son solo la punta del iceberg. No contemplan el agua utilizada para generar la energía que consumen los centros. Y ahí topamos con otro obstáculo: los acuerdos de confidencialidad que AWS exige a las administraciones con las que trabaja. Una práctica común entre las tecnológicas estadounidenses, que dificulta el acceso a información clave y alimenta las sospechas.

La Unión Europea intenta poner orden con un reglamento que exige mayor transparencia a las empresas del sector. Pero, por ahora, ni el Gobierno español ni la propia Comisión Europea parecen tener la información detallada sobre el consumo de los centros de AWS en Aragón. «Intereses comerciales» de por medio, la información se mantiene bajo llave.

¿Qué Pasará Cuando Apriete la Sequía?

En El Burgo de Ebro, otro de los emplazamientos de AWS, la empresa pidió permiso para ampliar la capacidad de sus tanques de agua. ¿La razón? Reconocen que «el cambio climático provocará unas condiciones medioambientales cada vez más variables y extremas». Traducido: hay que prepararse para lo que pueda venir.

La pregunta del millón es qué ocurrirá en caso de sequía prolongada. ¿De dónde saldrá el agua para alimentar estos gigantes informáticos? Desde el Gobierno aragonés se lavan las manos y delegan la responsabilidad en los ayuntamientos. Mientras tanto, los representantes de AWS en España no responden a las preguntas sobre posibles medidas ante un escenario de este tipo.

Aurora Gómez, impulsora del grupo activista «Tu Nube Seca Mi Río», lo resume a la perfección: «Nos están negando el acceso a la información». Para ella, existe una «intencionalidad clara» en el cerrojo informativo que aplican las grandes empresas del sector. «Si no hay una ciudadanía informada no se puede actuar», sentencia. Una verdad como un templo en tiempos de algoritmos y datos a la carta.

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