El Gobierno está negociando un Estatuto del Artista que busca proteger a actores y actrices del uso no consentido de su trabajo para entrenar inteligencias artificiales. El borrador establece que, salvo acuerdo explícito, no se podrá usar su imagen o voz para estos fines sin una compensación económica. Esto surge en un contexto de debate sobre la regulación de la IA en la cultura, donde los artistas temen ser reemplazados por creaciones sintéticas.
El Gobierno pone un freno a la inteligencia artificial: ¿salvación para los artistas o patada al futuro?
El debate sobre la inteligencia artificial (IA) llegó al corazón de la cultura y el trabajo artístico en Argentina. El Gobierno, o al menos eso parece, quiere blindar a los actores y actrices para que su laburo no termine alimentando a las máquinas sin su permiso. ¿Será esta la jugada maestra para proteger a nuestros artistas o una traba más en el camino de la innovación?
El borrador del Estatuto del Artista, ese documento que lleva años en el horno, ahora incluye un artículo que podría cambiar las reglas del juego. Según el texto, las empresas no podrán usar la imagen o la voz de los artistas para entrenar sistemas de IA, a menos que haya un acuerdo firmado y, ojo al piojo, una compensación económica de por medio.
«Salvo pacto en contrario, formalizado por escrito en el contrato de trabajo, no se deducirá de la naturaleza u objeto de este, ni formará parte de la actividad contratada, la utilización por la empresa o su cesión a terceros, de la propia imagen de la persona artista o de los resultados de su actividad artística con fines de entrenamiento de sistemas de inteligencia artificial, ni para su réplica, imitación o generación de contenido a través de dichos sistemas”. Ahí lo tienen, blanco sobre negro.
## ¿Protección o freno a la innovación?
La movida del Gobierno llega en un momento caliente. Los actores de doblaje, por ejemplo, ya venían metiendo presión para que sus contratos incluyan cláusulas que impidan el uso de su voz para entrenar IA. El miedo es real: ¿quién necesita contratar a un actor de carne y hueso si una máquina puede imitarlo a la perfección?
Pero, ¿es esta la solución? ¿No estamos poniendo un freno a la innovación en un campo que avanza a pasos agigantados? Algunos argumentarán que sí, que es necesario regular para evitar abusos y proteger los derechos de los artistas. Otros dirán que estamos atando de manos a la tecnología y perdiendo oportunidades de crecimiento.
## El eterno debate del estatuto del artista
La historia del Estatuto del Artista es larga y sinuosa. Nació en 2018 con la idea de modernizar las normas que rigen el trabajo artístico, que datan de 1985. Se buscaba reconocer la realidad de un sector con ingresos variables, contratos precarios y periodos de inactividad.
Ya se lograron algunos avances, como la compatibilidad entre la jubilación y los ingresos por actividades artísticas, y una prestación por desempleo con menos requisitos. Pero el camino no fue fácil. Las negociaciones se empantanaron varias veces por temas fiscales, laborales y de cobertura sanitaria. Ahora, la IA se suma a la lista de desafíos.
Yolanda Díaz, la vicepresidenta del Gobierno, se muestra optimista y confía en llegar a un acuerdo pronto. Pero la pregunta sigue en el aire: ¿será este estatuto la tabla de salvación para los artistas o una camisa de fuerza para la creatividad? El tiempo dirá. Lo que sí es seguro es que el debate está abierto y promete generar polémica. Porque, al final, ¿quién define los límites entre el arte, el trabajo y la inteligencia artificial?
