Bloqueos masivos: ¿LaLiga perjudica la libertad en internet?

Redacción Cuyo News
8 min
Cortito y conciso:

La guerra contra la piratería del fútbol desata una tormenta digital en España. LaLiga, en su afán por proteger sus derechos, implementa bloqueos masivos de IPs que, si bien buscan frenar la transmisión ilegal de partidos, terminan afectando a miles de sitios web legítimos y servicios esenciales de internet. Desde redes sociales hasta plataformas de videojuegos, pasando por pequeños negocios y medios de comunicación, nadie parece estar a salvo de esta controvertida estrategia. La pregunta que flota en el aire: ¿está justificado este daño colateral en la lucha contra el pirateo?

LaLiga contra el mundo: bloqueos masivos de internet en la cruzada anti-piratería

Este fin de semana, mientras los ojos del mundo se posaban sobre el clásico español, una silenciosa batalla digital se libraba en la red. Servicios centrales de internet, desde la omnipresente red social X hasta la pasarela de pago Redsys y la plataforma de videojuegos Steam, sufrieron cortes que dejaron a miles de usuarios con la conexión colgando de un hilo. ¿La causa? No un ciberataque ni un fallo técnico, sino los controvertidos bloqueos semanales que LaLiga ordena para proteger sus derechos de transmisión del fútbol.

Desde febrero, esta medida ha levantado polvareda. Cientos de miles de páginas web, no siempre las mismas, no siempre con la misma frecuencia, se han visto afectadas. Periódicos, aplicaciones, revistas, restaurantes, y un sinfín de ciudadanos ven limitados sus derechos fundamentales durante horas. "¿Afecta a la libertad de información, la libertad de expresión, la libertad de empresa", denuncia Ofelia Tejerina, abogada y presidenta de la Asociación de Internautas, dejando en claro que la cosa no es tan sencilla como "cortar el cable" a los piratas.

¿Daño colateral o estrategia desmedida?

LaLiga, por su parte, se defiende argumentando que no realiza "bloqueos indiscriminados". Pero, ¿es realmente posible controlar el alcance de una medida tan drástica? Jaume Pons, un ingeniero de sistemas que sigue de cerca estos bloqueos, estima que hay 3,5 millones de páginas potencialmente afectadas, incluyendo clubes deportivos, ayuntamientos y hasta marcas que patrocinan equipos. Una verdadera bomba de neutrones digital que parece no discriminar entre piratas y usuarios legítimos.

David Laguillo, director de Cantabria Diario, levanta la voz desde la trinchera: "Puede que nuestros humildes 2.000-4.000 visitantes diarios no supongan nada para LaLiga o para Movistar. Pero desde esta humildad lo principal para nosotros es que durante los bloqueos no podemos atender a nuestros lectores con el compromiso diario con la información de Cantabria". Una realidad que se repite en miles de pequeñas empresas y medios de comunicación que ven su trabajo interrumpido por esta cruzada anti-piratería.

Marcos Sabarís, creador de la app Padelio, pone el dedo en la llaga: "Mi negocio es una plataforma de análisis de pádel, y me afecta, ya que España es el país con más jugadores de pádel. Dependiendo del operador, algunos hacen que mi página web no cargue, lo que da al potencial cliente una imagen poco seria, pero es que hay otros que muestran un aviso diciendo que la web a la que intentan acceder está intervenida por una orden judicial, imagina qué imagen le queda a un potencial cliente". Un golpe a la reputación que, para muchos, es tan grave como la pérdida económica.

La justicia le da la derecha, ¿pero a qué costo?

LaLiga y Telefónica cuentan con el respaldo de una sentencia de un juzgado mercantil de Barcelona que les da la razón. Pero, como señala Tejerina, la legalidad no siempre es sinónimo de justicia: "La idea puede ser buena porque una parte de la legislación permite el bloqueo de webs. El problema es el cómo… Yo tengo por ejemplo permiso para pintar esta fachada. Y tú me dices: ‘Vale, ponemos andamios, seguridad para los obreros, pinceles, brochas’. Y yo respondo: ‘No, no, nos han dicho que pintemos. Vamos a pintar a cañonazos’. Y me da igual que quede todo pintado".

Y es que el corazón del problema parece ser la desproporción de la medida. LaLiga, en su lucha contra la piratería, apunta con un cañón a una mosca, ignorando el daño colateral que provoca a su alrededor. La principal batalla de LaLiga es con una compañía estadounidense enorme llamada Cloudflare. "No hacemos bloqueos indiscriminados. Se mira la IP, la url y la evidencia del contenido ilegal y se comunica y hay una serie de compañías que sí colaboran", dicen fuentes de LaLiga. "¿Cloudflare no hace nada? Son una empresa enorme, cotizada. ¿Cómo puede ser que haya empresas más pequeñas que lo hagan? Es una cuestión de voluntad. TikTok y Telegram retiran contenido en tiempo real, como casi todas las redes. Lo que no puede ser es que haya un territorio sin ley donde unas empresas decidan no hacer nada. Y los piratas lo saben. Son sus proveedores de refugio".

Cada dirección IP bloqueada puede afectar a cientos de miles de páginas web. La solución de LaLiga es cerrar la puerta de entrada, como cerrar una urbanización entera porque en un departamento se vende droga.

¿Un camino sin retorno?

La situación se complica aún más con las denuncias de empresas como Vercel, que tras llegar a un acuerdo con LaLiga para evitar bloqueos, vieron cómo sus IPs eran igualmente afectadas. Guillermo Rauch, CEO de Vercel, no se guardó nada: "Una organización de fútbol no debería tener la capacidad de bloquear de forma generalizada el acceso a la infraestructura de internet para millones de usuarios en España a través de los principales proveedores de servicios de internet".

Y mientras tanto, los usuarios, como Cantabria Diario, buscan alternativas para sortear los bloqueos, exponiéndose a nuevos riesgos, como ataques de denegación de servicios. "Es un ataque salvaje al artículo 20 de la Constitución, y más en casos como el mío, que no me gusta el fútbol y tampoco la piratería", se lamenta Laguillo.

LaLiga, en su afán por defender sus derechos, parece estar librando una guerra que podría terminar perdiendo. Porque, como señala Daniel García Sánchez, ex ingeniero de Tesla, "no es tanto que lo estén haciendo, sino el hecho de que lo puedan hacer". Un poder que, en manos equivocadas, podría convertirse en una herramienta de censura y control. ¿Estamos ante un punto de inflexión en la libertad de internet en España? La pregunta queda flotando en el aire, mientras los bloqueos de LaLiga siguen sembrando el caos en la red.

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