¿Burbuja cuántica? Promesas, dudas y el futuro incierto de la computación

Redacción Cuyo News
6 min
Cortito y conciso:

Mientras Google y Microsoft anuncian avances cuánticos sorprendentes, Amazon presenta «Ocelot», un procesador que promete reducir costos en la corrección de errores. Sin embargo, la comunidad científica se muestra escéptica, advirtiendo sobre una posible «burbuja cuántica» y la necesidad de no exagerar las capacidades actuales de esta tecnología emergente. ¿Será este el amanecer de la computación cuántica o solo una promesa inflada?

# ¿Burbuja cuántica a la vista? Amazon, Google y Microsoft desatan la euforia, pero los científicos piden calma

El año arrancó con bombos y platillos en el universo cuántico. Después del «Willow» de Google, capaz de resolver desafíos que a una supercomputadora le tomarían siglos, Microsoft irrumpió con el hallazgo de un nuevo estado de la materia para domar a la escurridiza partícula de Majorana. Ahora, un equipo de científicos de Amazon Web Services (AWS) y Caltech nos muestra en *Nature* a «Ocelot», un procesador cuántico que, según la compañía, podría «reducir los costes de corrección de errores en hasta un 90%». ¿Será que estamos ante el advenimiento de una nueva era de la computación?

La verdad es que, fuera de los cuarteles generales de estas multinacionales, el entusiasmo no es el mismo. Los científicos se muestran cautelosos, incluso fríos ante tanta promesa. ¿Será que estamos ante una nueva burbuja tecnológica, inflada por el marketing y las expectativas desmedidas?

## La voz de la cautela: ¿estamos exagerando?

Monit Sharma, un joven ingeniero de origen indio, reconocido por la Singapore Management University (SMU) por aplicar la computación cuántica a problemáticas del mundo real, no se deja llevar por la corriente. Sharma es escéptico y considera que esta tecnología aún no está lista para abordar escenarios reales a gran escala. «Creo que se necesitarán al menos dos décadas para que el *hardware* [equipos] esté a un buen nivel para que al menos se puedan probar problemas de tamaño decente», afirma. Una declaración que pone paños fríos a la algarabía cuántica.

Pero, ¿qué es lo que hace tan especial a la computación cuántica? La clave radica en la superposición de estados, esa capacidad de las partículas para existir en múltiples estados al mismo tiempo. Esta propiedad da origen al cúbit, la unidad básica cuántica, con un potencial exponencialmente superior a los bits clásicos. Sin embargo, cualquier interferencia, cualquier «ruido» (un cambio mínimo de temperatura, una simple red wifi), puede arruinar esta superposición.

De ahí que el desarrollo de chips robustos, capaces de mantener la coherencia de los cúbits frente al «ruido», y la corrección de errores, sean dos pilares fundamentales de la computación cuántica.

## ¿Cinco años para la revolución cuántica?

Oskar Painter, director de Quantum Hardware de AWS, no comparte el pesimismo de Sharma. Tras la presentación de Ocelot, Painter afirma que «con los recientes avances en la investigación cuántica, los ordenadores cuánticos tolerantes a fallos estarán disponibles para aplicaciones del mundo real». Incluso se anima a dar un plazo: «Ocelot es un paso importante en ese viaje. En el futuro, los chips cuánticos construidos de acuerdo con la arquitectura Ocelot podrían costar tan poco como una quinta parte de los actuales, debido a la cantidad drásticamente reducida de recursos necesarios para la corrección de errores. Concretamente, creemos que esto acelerará la consecución de un ordenador cuántico práctico en cinco años».

Un pronóstico audaz que contrasta con la prudencia de otros expertos. Como Ramón Aguado, del Instituto de Ciencia de Materiales de Madrid (ICMM-CSIC), quien insta a la rigurosidad en este campo: «Realmente hay mucha exageración y desinformación en el campo [de la computación cuántica] y es importante ser precisos y rigurosos si queremos que a los científicos nos tomen en serio». Porque, al final, ¿qué es lo que realmente importa? ¿El avance científico genuino o el titular rimbombante?

## La ambición de Microsoft y el «santo grial cuántico»

Mientras Amazon, Google e IBM apuestan por el desarrollo de chips cada vez más sofisticados, Microsoft ha tomado otro camino: la búsqueda de la partícula de Majorana, ese «santo grial cuántico» capaz de proteger la información cuántica del «ruido» y eliminar la necesidad de corrección de errores.

Pero, como bien señala Aguado, las detecciones anteriores de Majorana «resultaron ser falsos positivos». Y, en un tono ácido, ironiza: «¿Se han detectado Majoranas? Si me perdonan el juego de palabras, se han visto muchas veces en la revista *Nature*, pero tal vez no tantas veces en la verdadera madre naturaleza».

La prudencia de Aguado es compartida por otros científicos. George Booth, profesor de Física Teórica en el King’s College de Londres, recuerda que algunos artículos de Microsoft sobre este tema tuvieron que ser retirados por errores.

En definitiva, la computación cuántica sigue siendo un campo en desarrollo, lleno de promesas y desafíos. Si bien los avances son innegables, es importante mantener la cautela y evitar la tentación de inflar las expectativas. Como dice Monit Sharma, «lograr la ventaja cuántica para tareas prácticas, es un maratón, no una carrera de velocidad».

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