Ante el creciente interés por la seguridad en línea de los menores, expertos en ciberseguridad ofrecen sus recomendaciones para padres. Desde limitar el tiempo de pantalla hasta fomentar la comunicación abierta sobre los riesgos online, los especialistas coinciden en la importancia de acompañar a los niños en su inmersión digital, equilibrando control y confianza. ¿La clave? Estar al tanto de las últimas tendencias y herramientas, pero sin caer en la paranoia. Después de todo, el objetivo es criar ciudadanos digitales responsables, no paranoicos tecnológicos.
Desde hace dos décadas, las búsquedas en Google sobre “control parental” no han parado de crecer. Internet permite a los menores estar en contacto con amigos, acceder a información y desarrollar habilidades. Sin embargo, el mundo digital también conlleva riesgos, como la pérdida de privacidad, el ciberacoso, la suplantación de identidad, los fraudes y la exposición a contenido inapropiado. Mientras cada vez más padres buscan orientación sobre seguridad digital, los expertos en tecnología tienen una perspectiva privilegiada sobre los peligros y las soluciones en línea. EL PAÍS ha consultado a seis profesionales en ciberseguridad, protección de datos y ciberacoso para conocer qué medidas aplican y sus recomendaciones para las familias.
Crianza Digital: ¿Control Parental o Acompañamiento Responsable?
La pregunta del millón, ¿cómo criamos pibes en esta jungla virtual sin convertirlos en ermitaños digitales o carne de cañón para trolls y estafadores? Los gurúes de la ciberseguridad lo tienen claro: no hay fórmula mágica, pero sí algunas recetas que pueden ayudarnos a navegar este mar picado.
El método «puerta abierta» y otros artilugios
Elena Carrera Murciego, del INCIBE, aún no le dio celulares propios a sus hijos (nueve y doce años). Cuando necesitan usar uno, usan el suyo bajo la atenta mirada de mamá. Los dispositivos son «compartidos» y se usan en espacios comunes. Si tienen que usar la tablet para la escuela, la puerta queda abierta. ¿Exagerado? Puede ser, pero Carrera argumenta que el control parental debe comenzar desde el primer contacto con la tecnología. «Cuando son pequeñitos, de tres a cinco años, hablamos de ‘acompañamiento’, compartiendo contenido de calidad y dando ejemplo con nuestras reacciones y comportamientos en línea», explica.
Francisco Pérez Bes, de la AEPD, no cree en prohibir, sino en concientizar. Les explica a sus hijos por qué hay contenidos inapropiados en internet y los alienta a compartir cualquier cosa rara que encuentren. «El objetivo último no debe ser controlar lo que hacen, sino asegurarnos de que comprenden el impacto y las consecuencias de sus acciones y son capaces de identificar y mitigar las situaciones de riesgo», dice. Claro, suena lindo, pero en la práctica, ¿quién tiene tiempo para eso?
Álvaro Orts, abogado experto en privacidad e inteligencia artificial, está preocupado por la combinación de internet e IA y la «proliferación de contenidos falsos». Usa Google Family Link para controlar el tiempo de uso y los contenidos a los que acceden sus hijos. Pero ojo, no revisa sus cuentas: «No creo que sea lo ideal, ya que no sería un ejemplo muy sano para nuestros hijos». ¿La clave? «Ayudarles a saber discernir e identificar qué les puede hacer daño».
Los peligros de internet: más allá de la pornografía y los «haters»
No todo es cyberbullying y pedofilia online. Sara Antúnez, de Stop Haters, le enseña a su hermano adolescente sobre los riesgos de la pederastia, la pornografía y otros temas «incómodos». «Es importante que conozcan que detrás de muchos chats online puede haber hombres adultos y que tienen que tener cuidado con su intimidad», advierte. ¿Demasiado crudo? Tal vez, pero mejor prevenir que lamentar.
Marc Rivero, de Kaspersky, insiste en educar a los menores sobre los riesgos y cómo protegerse. «Uno de los consejos más importantes que doy es nunca compartir información personal, especialmente en redes sociales o aplicaciones de mensajería», señala. Además, recomienda fijar un «toque de queda digital» y designar momentos libres de pantallas.
Josep Albors, de ESET España, les explica a los padres que los menores pueden acceder a contenido inapropiado de manera voluntaria o involuntaria, por lo que es crucial que sepan cómo reaccionar. ¿Su consejo? «Realizar un acompañamiento activo para que aprendan que está bien y que está mal en internet». Ojo, abusar del control estricto puede ser contraproducente.
En definitiva, no hay una única receta para criar hijos en la era digital. Pero sí hay algunos ingredientes clave: comunicación abierta, límites claros, conocimiento de las últimas tendencias y, sobre todo, mucho sentido común. Después de todo, se trata de formar ciudadanos digitales responsables, no de criar robots obedientes o paranoicos tecnológicos. Y vos, ¿qué opinás?