Computación cuántica: ¿Más costosa que un ordenador clásico? La verdad energética

Redacción Cuyo News
5 min
Cortito y conciso:

¿La computación cuántica gasta más energía que la tradicional? Por ahora, sí. Pero no te asustes, que cuando estos bichos estén optimizados, prometen resolver problemas imposibles para las computadoras que conocemos. La clave está en superar los errores y optimizar la refrigeración. ¡Aún falta, pero el futuro pinta cuántico!

Si la computación cuántica consume más energía que la tradicional es una pregunta con truco, porque, como todo en la vida, «depende». Y en este caso, depende mucho de hacia dónde evolucione esta tecnología que todavía está gateando, pero promete correr maratones.

Actualmente, los ordenadores cuánticos son prototipos en pañales, plagados de errores, como un gobierno argentino tratando de hacer cuentas. Aún no existe esa máquina perfecta, esa «computadora cuántica tolerante a fallos» capaz de realizar operaciones confiables al 100% y resolver problemas con eficiencia.

¿Por qué tantos errores? Simple: la naturaleza cuántica es más delicada que un jarrón chino en una mudanza. Los estados cuánticos, esas superposiciones de posibilidades, se desvanecen al interactuar con el ambiente, perdiendo la preciada información. Por eso, estos sistemas deben ser pequeños y mantenerse a temperaturas gélidas, cercanas al cero absoluto (-273ºC), un costo energético importante para mantener la estabilidad cuántica.

## La corrección de errores: el talón de Aquiles cuántico

La fragilidad de los estados cuánticos obliga a la «corrección de errores», un proceso que implica agregar más *cúbits* (el equivalente cuántico de los bits) para verificar y corregir los errores de los que se dedican al cálculo. ¡Un laburo de chinos! Se necesitan muchos *cúbits* físicos para lograr un solo *cúbit* lógico funcional.

Pero he aquí la promesa: cuando se supere este escollo tecnológico, la computación cuántica podrá abordar problemas imposibles para las computadoras clásicas. Entonces, comparar el gasto energético carecerá de sentido. Como dice el dicho, «lo que importa es el resultado».

«Consuma lo que consuma, el cuántico será mucho más eficiente en el sentido de que resolverá problemas imposibles para un ordenador clásico», sentencia María José Calderón Prieto, doctora en Ciencias Físicas e investigadora del CSIC. «Si ahora mismo pones un ordenador cuántico a resolver cualquier problema simple, gasta mucho más que el convencional, pero los cuánticos no se van a utilizar para ese tipo de problemas. Sería como si pretendieras utilizar un foco de un estadio de fútbol para iluminar tu salón».

## ¿Cuánto más gasta? ¿Gasta como un country?

A pesar de todo, echemos números para dimensionar el derroche energético. Un ordenador portátil consume alrededor de 60 vatios, similar a una antigua bombilla de filamento. En cambio, un ordenador cuántico puede alcanzar los 20 kilovatios (20.000 vatios), dependiendo de su diseño.

Esto significa que si un problema tarda una hora en resolverse, una laptop gastaría 60 vatios-hora, mientras que el ordenador cuántico consumiría ¡20.000 vatios-hora! Una barbaridad.

«Pero, además, en las pruebas que se han hecho, el cuántico tarda mucho más en resolver un problema simple que el ordenador clásico porque el cuántico no está optimizado todavía. Ahora mismo no son nada eficientes, pero llegarán a serlo», aclara Calderón Prieto.

## El potencial exponencial y los algoritmos del futuro

Otra ventaja cuántica es su capacidad de cálculo exponencial. A diferencia de las computadoras clásicas, cuyo poder aumenta linealmente con los procesadores, en un ordenador cuántico, la capacidad crece a lo bestia: con cinco cúbits se manejan 25 estados, pero con diez cúbits ¡se alcanzan 210!

Para aprovechar semejante potencial, se necesitan *algoritmos específicos*, la materia prima de la revolución cuántica.

En definitiva, la computación cuántica es como un adolescente con un auto nuevo: gasta mucho y no siempre sabe manejarlo. Pero cuando aprenda a controlar la potencia, ¡agárrense!

Como concluye Calderón Prieto, «cuando tengamos ordenadores cuánticos optimizados, es decir, tolerantes a errores y con sistemas de refrigeración y control más eficientes, su consumo no va a ser limitante». ¡Así que tranquilos! El futuro cuántico no va a fundir la red eléctrica… al menos, no todavía.

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