Bibliotecas de Oxford utilizan escáner 3D de alta resolución, «Selene», para digitalizar colecciones, revelando secretos ocultos en manuscritos antiguos. La tecnología permite el descubrimiento de marcas invisibles a simple vista y facilita la conservación y el acceso remoto a objetos históricos. El Museo Getty también utiliza escaneo 3D para crear soportes seguros para obras de arte en una zona sísmica, mientras que el Museo Reina Sofía implementa la tecnología para la conservación y accesibilidad virtual de su colección.
El escáner «Selene» de Oxford revela secretos ocultos en manuscritos milenarios: ¿Una revolución en la conservación del patrimonio?
Las Bibliotecas Boldeian de la Universidad de Oxford, un gigante de 400 años con «trece millones de objetos», han apostado por la tecnología más puntera para desentrañar los misterios que guardan sus colecciones. En un taller subterráneo, lejos del bullicio de la ciudad, una máquina bautizada como Selene, en honor a la diosa griega de la luna, escanea tridimensionalmente libros y manuscritos raros con un detalle asombroso: 25 micras, la quinta parte del grosor de un cabello humano. ¿Estamos ante un antes y un después en la forma en que se preserva y estudia el patrimonio cultural?
Selene: una diosa tecnológica al servicio de la historia
Selene no es un escáner cualquiera. Diseñado específicamente para superficies de bajo relieve, este prodigio tecnológico captura la textura y el color de páginas antiguas como si fueran objetos 3D. Su resolución de 1.100 puntos por pulgada podría llegar hasta las 12 micras, un nivel de detalle que desafía los límites de la imaginación. «El núcleo del sistema y todo su alrededor está diseñado aquí por nosotros: la electrónica de los flashes, el diseño electrónico, la programación de los microcontroladores, la comunicación de la máquina con el ordenador, el software que procesa las imágenes, el sistema de información geográfica con el que las visualizamos…», explica Carlos Bayod, director de proyectos en Factum Arte, la empresa detrás de esta maravilla tecnológica.
¿El resultado? Una topografía invisible para las técnicas fotográficas convencionales, capaz de revelar secretos que han permanecido ocultos durante siglos. Un claro ejemplo es el descubrimiento de unas incisiones en los márgenes de un manuscrito medieval del siglo VIII, donde se escondía el nombre en inglés antiguo de una mujer: Eadburg. Marcas de apenas «15 y 20 micras de profundidad», que pasaron desapercibidas durante más de doce siglos, salieron a la luz gracias a la precisión de Selene. Un hallazgo que dio origen al proyecto «Mujeres en los márgenes», liderado por Jessica Hodgkinson, quien preparaba su doctorado sobre mujeres y cultura medieval.
Este descubrimiento plantea una pregunta inevitable: ¿cuántos secretos más aguardan en las profundidades de bibliotecas y archivos de todo el mundo, esperando ser revelados por la tecnología?
Más allá de los secretos: la conservación como prioridad
Pero Selene no solo sirve para desenterrar historias olvidadas. Su capacidad para digitalizar obras con una precisión milimétrica la convierte en una herramienta invaluable para la conservación del patrimonio. La Biblioteca Boldeian no está sola en esta cruzada tecnológica. El Museo Británico ha instalado un modelo para digitalizar su colección de 130.000 tablillas cuneiformes, mientras que las universidades de Princeton y Manchester también han adquirido el sistema. En España, el Instituto Valencia de Don Juan ha apostado por Selene para digitalizar su colección, que incluye «unos 8.000 objetos entre textiles, cerámicas, monedas, medallas, azabaches, marfiles tallados, armas, joyas y un archivo de más de 50.000 manuscritos y documentos».
Santiago del Bosque, analista técnico de arte, lo resume a la perfección: «Cuando un investigador se acerca a una obra de arte necesita dos cosas: tiempo y paciencia. Y con el objeto directamente no se tienen. Nuestra labor tecnológica ayuda a conseguirlo: acercarla, tender ese puente, crear esa conexión». ¿Será este el futuro de la investigación y el acceso al patrimonio cultural?
El Museo Getty y la seguridad antisísmica: un caso de estudio
En el otro lado del Atlántico, el Museo Getty de Los Ángeles enfrenta un desafío único: su ubicación en una zona sísmica activa. Para proteger las obras de arte que recibe en préstamo de museos de todo el mundo, el Getty ha recurrido al escaneo 3D para crear soportes invisibles y a prueba de terremotos. «En los últimos años, nos hemos vuelto muy buenos escaneando y ahora también imprimimos algunos soportes, especialmente si son montajes internos, si podemos ir dentro de la obra de arte. Por ejemplo, una estatua de bronce hueca, escaneamos el interior e imprimimos soportes que se ajustan con mucha precisión y son invisibles para el público. El objetivo es siempre la menor manipulación», explica JB Farret, montador senior del área de Conservación de Artes Decorativas y Escultura del Getty.
Esta estrategia no solo garantiza la seguridad de las obras, sino que también minimiza su manipulación, un factor clave para su preservación a largo plazo. ¿Podríamos estar presenciando el nacimiento de una nueva era en la museología, donde la tecnología y la conservación van de la mano?
¿Un futuro digital para el arte?
El Museo Reina Sofía también se ha sumado a la tendencia del escaneo 3D, lanzando un proyecto europeo para digitalizar 300 obras, incluyendo el icónico «Guernica». «Escaneamos cuando tenemos que trabajar sobre alguna obra que tiene algún problema, no lo hacemos sistemáticamente con todas», aclara Jorge García Gómez-Tejedor, jefe de conservación-restauración del museo. El objetivo final es crear gemelos digitales accesibles al público a través de una plataforma web.
Esta iniciativa plantea interrogantes fascinantes sobre el futuro del arte y su accesibilidad. ¿Podremos algún día visitar museos enteros desde la comodidad de nuestros hogares, explorando obras maestras en tres dimensiones y con un nivel de detalle sin precedentes? ¿Serán los gemelos digitales la clave para preservar el patrimonio cultural para las generaciones futuras? «Es bastante importante hacer este tipo de estudios porque es una forma de preservar la obra», concluye el conservador, «el objeto digital siempre nos puede permitir volver a reconstruirla».
La tecnología de escaneo 3D, con Selene a la vanguardia, parece estar abriendo un nuevo capítulo en la historia del arte y la conservación. Un capítulo donde la precisión milimétrica y la innovación se unen para proteger nuestro legado cultural, revelando secretos ocultos y garantizando que las obras maestras del pasado sigan inspirando al futuro. Pero, ¿estamos preparados para la democratización del arte que esto implica? ¿Cómo afectará a la experiencia del espectador la posibilidad de interactuar con obras maestras en un entorno virtual?