Ubisoft tiró toda la carne al asador con una ambientación que te deja con la boca abierta, pero se olvidó de algunos detalles como la optimización. Paisajes que te hacen querer sacar una katana y gritar ¡Banzai!, pero texturas dignas de un museo de la prehistoria.
Dos protagonistas para el precio de uno: Naoe, la ninja sigilosa con más flow que un reggaetonero, y Yasuke, el samurái africano que rompe con todos los esquemas (y algunos cráneos).
El sistema de combate te va a dejar satisfecho… a menos que te guste cancelar acciones. Acá el combate es más pausado que una partida de ajedrez con jubilados. Si te apuran, te matan de un toque: más vale que subas de nivel haciendo misiones secundarias hasta el hartazgo.
Y el sistema de menús… bueno, digamos que es más complicado que entender la economía argentina. Prepárense para animaciones eternas que no se pueden saltear: ideal para practicar la meditación zen mientras esperas a que cargue la tienda.
En resumen, Assassin’s Creed Shadows es una montaña rusa de emociones: te enamora con su belleza y te frustra con sus fallos. Una experiencia que te dejará con ganas de más… o de tirarle el joystick a la pantalla.
Assassin’s Creed Shadows: Una aventura en el Japón feudal con luces y sombras
Una historia de dos guerreros
El año es 1579. Japón se encuentra sumido en un profundo conflicto. En medio del caos, dos guerreros con destinos entrelazados se alzan para luchar por la unificación del país. Naoe, una hábil shinobi en busca de venganza por la muerte de su padre, y Yasuke, un samurái africano que busca su lugar en un mundo que lo considera un extraño. Juntos, deberán enfrentarse a un enemigo común que amenaza con sumir a Japón en la oscuridad.
Un mundo visualmente impactante, pero con fallas técnicas
Assassin’s Creed Shadows recrea el Japón feudal con una belleza impresionante. Los extensos paisajes, los detallados templos y las vibrantes ciudades te transportan a una época llena de historia y misterio. Sin embargo, la experiencia visual se ve empañada por problemas de optimización, texturas de baja calidad en algunos objetos y caídas abruptas en la tasa de fotogramas, especialmente en áreas con mucha actividad.
Jugabilidad variada, pero con algunas inconsistencias
El juego ofrece una amplia gama de actividades, desde el sigilo y el parkour característicos de la franquicia, hasta combates cuerpo a cuerpo intensos y la exploración de un vasto mundo abierto. Sin embargo, la experiencia de juego presenta algunas inconsistencias. El sistema de combate, aunque satisfactorio, puede volverse repetitivo y la falta de un minimapa en la interfaz obliga a consultar constantemente el mapa principal, interrumpiendo el flujo del juego. El sistema de menús, sobrecargado de opciones y animaciones innecesarias, también dificulta la navegación. A pesar de estas fallas, Assassin’s Creed Shadows ofrece una experiencia inmersiva en el Japón feudal, con una historia intrigante, una ambientación cautivadora y una banda sonora memorable.