El medio tiempo del Super Bowl, una oda al joystick de PlayStation
El espectáculo brindado por Kendrick Lamar en el medio tiempo del Super Bowl se caracterizó por una puesta en escena singular: un escenario que emulaba los controles de la PlayStation, en un claro guiño a la infancia del rapero y a la cultura gamer.
La directora de arte del show, Shelley Rodgers, confirmó que los íconos en las esquinas del escenario, instalado en el Caesars Superdome de Nueva Orleans, eran una referencia directa a los botones del icónico mando de la consola de Sony. La decisión de este concepto, según Rodgers, fue del propio Lamar, quien buscaba representar su vida como un videojuego.
El concepto: la vida como videojuego
«“Creo que [el tema del videojuego] era simbólico, su manera de llegar a los jóvenes. Mucho de esto muestra su viaje, su viaje a través del sueño americano”, comentó Rodgers.» La estética minimalista en tonos monocromáticos de hormigón, elegida por Lamar y su equipo creativo, permitió que el motivo del videojuego se destacara a través de la iluminación, la coreografía y el diálogo, tal como explicó el director creativo Mike Carson.
El broche de oro a esta performance gamer llegó al final del concierto, cuando Lamar, al apagarse las luces, pronunció las palabras «Game Over», sellando la metáfora lúdica que envolvió toda su presentación. La innovadora propuesta de Lamar no solo ofreció un espectáculo musical de alto nivel, sino que también se convirtió en un hito visual que resonó con la cultura gamer y con las nuevas generaciones.