IA al rescate: Predicción de sismos y radiación médica a medida

Redacción Cuyo News
6 min
Cortito y conciso:

La inteligencia artificial está revolucionando el campo de la tecnología nuclear, desde la medicina hasta la predicción de terremotos. Investigadores de la UE están utilizando la IA para personalizar las dosis de radiación en los hospitales, mejorar el mantenimiento de las centrales nucleares y desarrollar sistemas de alerta temprana para sismos. Aunque existen desafíos, como la transparencia y los sesgos en los datos, el potencial de esta combinación es enorme y podría salvar vidas.

La inteligencia artificial se mete en el corazón de la energía atómica: ¿revolución o riesgo calculado?

Cuando uno piensa en energía nuclear, quizás le venga a la mente Chernóbil o Fukushima, pero la ciencia nuclear es mucho más que centrales y reactores. Lo que tal vez no sabías es que la inteligencia artificial (IA) se está infiltrando en este campo, abriendo un abanico de posibilidades, pero también generando preguntas inquietantes. ¿Estamos ante una nueva era o jugando con fuego?

Resulta que la IA está siendo utilizada para optimizar desde las dosis de radiación en pacientes hasta el mantenimiento de las centrales nucleares y la predicción de terremotos. Sí, leíste bien. Parece ciencia ficción, pero es ciencia a secas.

¿Radiación a la carta? la inteligencia artificial y la medicina nuclear

En el ámbito de la salud, la exposición a la radiación en pruebas de diagnóstico es un tema delicado. El profesor John Damilakis, capo en física médica de la Universidad de Creta, lo pone en blanco sobre negro: “Son miles de personas las que se exponen diariamente en la mayor parte de los hospitales”. La cuestión es cómo minimizar los riesgos sin sacrificar la calidad de las imágenes.

Acá es donde entra en juego la IA. La iniciativa SiNfONiA, financiada por la Unión Europea, está usando modelos complejos impulsados por IA para calcular la dosis mínima necesaria de radiación para cada paciente. Damilakis lo explica así: “En vez de trabajar con valores promedio, usamos modelos complejos. La IA determina la dosis mínima necesaria para cada paciente”. Si una mujer, por ejemplo, se sometió a una mastectomía, el modelo ajustará la dosis en consecuencia. Suena lógico, ¿no?

Pero, ¿es realmente seguro dejar que una máquina decida cuánta radiación recibimos? ¿No estaremos delegando demasiado en algoritmos que, al fin y al cabo, fueron programados por humanos? La pregunta queda picando.

Centrales nucleares: ¿la inteligencia artificial como garante de seguridad?

El mantenimiento de las centrales nucleares es otro terreno fértil para la IA. El equipo El-Peacetolero (¡qué nombre!), de la Universidad Sorbona de París, desarrolló un dispositivo portátil que usa IA para evaluar el estado de los polímeros utilizados en las centrales. Estos polímeros son clave para el sellado, el aislamiento y la protección, pero su inspección tradicional es lenta y costosa.

Alejandro Ribes Cortes, investigador de Électricité de France (EDF), lo resume sin anestesia: “Hay que perforar un orificio, tomar una muestra y enviarla a un laboratorio. A veces los resultados se demoran semanas”. Y en el mundo de la energía nuclear, el tiempo es oro (o mejor dicho, uranio).

El nuevo dispositivo, basado en optoelectrónica e IA, promete acelerar el proceso y reducir costos. Pero, ¿es suficiente para garantizar la seguridad? ¿Qué pasa si el algoritmo se equivoca? ¿Estamos poniendo demasiada fe en la tecnología y descuidando el factor humano?

Temblores bajo la lupa: la inteligencia artificial y la predicción sísmica

La predicción de terremotos es el santo grial de la sismología. Y acá también la IA está metiendo baza. El proyecto artEmis, liderado por Stéphane Labbé de la Universidad Sorbona, combina IA con tecnología nuclear para detectar señales tempranas de actividad sísmica.

La idea es que los terremotos liberan radón, un gas radiactivo, antes de que ocurra el temblor. Detectar esos picos de radón podría darnos semanas, incluso meses, de ventaja para prepararnos. Labbé lo plantea con ambición: “Nuestro sueño es predecir terremotos uno o dos meses antes de que ocurran. Cambiaría mucho las cosas. Salvaría muchísimas vidas”.

Suena prometedor, pero la IA no es infalible. Los algoritmos pueden tener sesgos, y los datos de entrenamiento pueden ser incompletos o erróneos. ¿Estamos preparados para confiar nuestras vidas a una máquina que, en última instancia, es tan buena como la información que se le da?

El debate está abierto

La incursión de la inteligencia artificial en la tecnología nuclear plantea preguntas incómodas y necesarias. ¿Estamos cruzando una línea? ¿Estamos cediendo demasiado control a las máquinas? ¿Estamos preparados para las consecuencias de un error algorítmico en un campo tan delicado?

Por supuesto, también hay un potencial enorme para mejorar la seguridad, la eficiencia y la precisión en la medicina, la energía y la prevención de desastres. Pero no podemos dejarnos llevar por el entusiasmo tecnológico y olvidarnos de los riesgos.

La inteligencia artificial es una herramienta poderosa, pero como toda herramienta, puede ser utilizada para el bien o para el mal. La clave está en la transparencia, la responsabilidad y el debate público. Y vos, ¿qué opinás? ¿Le darías el control de la energía atómica a una computadora?

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