IA en la administración pública: ¿ahorro o riesgo para los datos?

Redacción Cuyo News
5 min
Cortito y conciso:

La inteligencia artificial (IA) se está abriendo paso en la administración pública española, prometiendo agilizar trámites y ahorrar tiempo. Sin embargo, este avance tecnológico genera un debate encendido sobre la falta de regulación, la seguridad de los datos ciudadanos y la capacitación de los funcionarios. ¿Estamos ante una revolución administrativa o ante una caja de Pandora digital?

¿Revolución o riesgo? La inteligencia artificial invade la administración pública y desata la polémica

La administración pública española se encuentra en un punto de inflexión. La inteligencia artificial (IA) ha llegado para quedarse, prometiendo eficiencia y agilidad en trámites que antes parecían laberintos burocráticos. Pero, ¿estamos realmente preparados para esta transformación? ¿O corremos el riesgo de entregar nuestra información personal a algoritmos sin control?

"La IA nos ha permitido ahorrarnos el 20% del tiempo en la redacción de informes", asegura Marcos Gallart, vicesecretario del área de urbanismo del Ayuntamiento de Bétera (Valencia). Una declaración que suena prometedora, pero que abre interrogantes sobre el futuro del empleo público y la calidad de los servicios.

El Ministerio de Función Pública anunció recientemente la integración de una "plataforma soberana de IA" para agilizar trámites y ayudas a pymes. Una "revolución" según el ministro Óscar López. Pero no todos comparten este optimismo.

¿Chatbots sin control? El peligro de la IA a mansalva

Pablo Sáez, abogado especialista en derechos digitales, advierte: "En algunas administraciones se están usando chatbots de IA a mansalva, sin ningún tipo de control". La falta de una normativa clara deja a los funcionarios sin guía sobre cómo utilizar herramientas como ChatGPT o Gemini de manera responsable.

El problema no es menor. Gabriele Vestri, presidente del Observatorio Sector Público e Inteligencia Artificial, denuncia que "conocemos algunas oficinas locales donde los empleados cargan a ChatGPT expedientes con datos personales de los ciudadanos sin anonimizar la información". Un escenario que plantea serias dudas sobre la protección de la privacidad y la seguridad de nuestros datos.

La doctora en derecho y experta en IA en el sector público, Concepción Campos, es tajante: "La mayoría [de trabajadores públicos] usan la IA al margen de una estrategia dirigida por su entidad". ¿Estamos ante una fiebre por la tecnología o ante una implementación responsable y planificada?

La batalla por los datos: ¿soberanía o cesión a las grandes tecnológicas?

En medio de esta transformación digital, las grandes tecnológicas como Open AI y Google libran una batalla por captar datos para entrenar sus modelos de lenguaje. Santiago Martín Caravaca, abogado experto en tecnología, advierte: "Las compañías necesitan seguir encontrando datos reales, porque con los sintéticos se rebaja la fiabilidad del resultado final. Y los datos de los ciudadanos son esa oportunidad para seguir alimentando a los grandes modelos de lenguaje".

Pero, ¿a qué precio? ¿Estamos cediendo nuestra soberanía al entregar la "materia prima del siglo XXI" a empresas privadas? La pregunta es crucial, especialmente cuando algunos municipios están instalando asistentes virtuales potenciados con IA que podrían esconder modelos de origen dudoso.

Moisés Barrio, abogado experto en derecho digital, recuerda que la Administración no puede utilizar modelos de lenguaje que no hayan sido certificados y que no cumplan con la normativa vigente. Sin embargo, la falta de control y transparencia podría derivar en decisiones sesgadas y discriminatorias en la prestación de servicios públicos, según advierte Concepción Campos.

Formación y estrategia: las claves para una IA al servicio del ciudadano

La urgencia de formación y la necesidad de una estrategia clara son los puntos clave para aprovechar el potencial de la IA en la administración pública. "Suena fashion tener un chatbot de IA en tu administración, pero si no tienes una estrategia clara y formación interna, corres muchos riesgos", resume Campos.

Algunas administraciones, como las de Cataluña, Andalucía y Galicia, han comenzado a construir un marco normativo para el uso de la IA. Un paso adelante, pero que necesita ser replicado y ampliado a nivel nacional.

La IA puede ser una herramienta poderosa para transformar la administración, convirtiéndola en un modelo "proactivo, que ahorre tiempo a los funcionarios y a los ciudadanos", según Campos. Pero para ello, es fundamental dejar de "picar datos" y empezar a pensar en cómo innovar y mejorar la atención al ciudadano. La pelota está en la cancha.

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