¿Te imaginás charlar con tu abuela después de que estire la pata? Google Deepmind y la Universidad de Colorado Boulder están cocinando los «fantasmas generativos», IA que revive a los muertos. Empresas ya venden «reencarnaciones digitales» y, aunque suena a ciencia ficción, los riesgos son más reales que billete de 3 pesos. ¿Consuelo o pesadilla? El debate está servido.
¿El futuro llegó? Crean «fantasmas generativos» con inteligencia artificial y la polémica está que arde
Imagine este fulano escenario: un padre, devastado por la pérdida, decide resucitar a su hijo a través de la inteligencia artificial (IA). Este «fantasma» digital, limitado a la edad que tenía al morir, conservaría su voz, manías y hasta su nivel de madurez. Pero, ¿qué pasaría si esta réplica evolucionara, si creciera y se transformara en un adolescente o un adulto virtual?
Este dilema es apenas la punta del iceberg de lo que podrían significar los «fantasmas generativos», un término acuñado por Meredith Ringel Morris, de Google Deepmind, y Jed Brubaker, de la Universidad de Colorado Boulder. Estos investigadores se animaron a plantear la pregunta del millón: ¿estamos cerca de usar la IA para crear vida artificial después de la muerte?
«Las probabilidades son altas, sobre todo ahora que la IA es cada vez más potente, accesible y común», larga Brubaker, sin pelos en la lengua. «Ya hay personas que usan la IA para conservar voces o imitar a seres queridos fallecidos. Los memoriales *online* también se han vuelto algo habitual, los fantasmas generativos podrían ser lo siguiente, especialmente como parte de la conmemoración, la planificación del final de la vida y la historia».
Lo que comenzó como una idea futurista ya tiene sabor a negocio. Empresas como Re;memory y HereAfter AI ofrecen crear versiones virtuales interactivas de personas fallecidas. A través de entrevistas y grabaciones, estos servicios construyen chatbots que simulan ser el difunto, compartiendo recuerdos, fotos y hasta la voz original. ¿Un consuelo tecnológico o una macabra imitación?
En países asiáticos, donde la relación con la muerte es diferente, estas prácticas ya no sorprenden tanto. «Parece que países de Asia oriental como China y Corea del Sur van por delante, en parte porque sus tradiciones culturales ven normal seguir teniendo una relación con los antepasados. En los países occidentales, en cambio, la adopción depende más de cómo cada persona vea la tecnología, la muerte y el duelo», explica Brubaker.
¿Charlar del mundial con un finado?
Pero los fantasmas generativos podrían ser mucho más que un simple chatbot. En un futuro no muy lejano, podríamos ver familias que encuentran consuelo al «comentarle» al abuelo fallecido el último partido de Boca o el casamiento de un nieto. La IA podría incluso crear «agentes» post-mortem, capaces de gestionar herencias o resolver conflictos familiares.
«Estos *fantasmas* también podrían ayudar a los familiares dando consejos sobre cosas que solían hacer en vida (como cocinar su plato favorito o arreglar el grifo de la cocina). En algunos casos, incluso podrían generar ingresos si participan de alguna forma en la economía, y así ayudar económicamente a la familia», señala el estudio.
Ni se te ocurra descartar la idea de un profesor muerto dando clases o un músico fallecido creando canciones nuevas. «Suena un poco futurista, pero no es tan loco si pensamos en lo rápido que está avanzando la IA», advierte Brubaker.
El perfil de quienes recurren a estas tecnologías es variado, pero Brubaker señala que se trata de «gente con cierto dominio de la tecnología, preocupada por dejar un legado o que está enfrentando enfermedades graves. Sus motivaciones suelen estar relacionadas con necesidades emocionales y de conexión con los demás».
¿De qué nos tenemos que cuidar? Los riesgos de la resurrección digital
Pero no todo es color de rosas. Los peligros de los fantasmas generativos son muchos y variados. «No es que haya necesariamente más riesgos, pero sí que son más complejos y muchas veces no tan evidentes», aclara Brubaker. «Los beneficios, como el consuelo o dejar un legado, se entienden fácil. Pero los riesgos necesitan más explicación para poder preverlos y evitarlos».
La dependencia emocional de una máquina que simula ser un ser querido es uno de los riesgos más evidentes. Aunque se hable de «reencarnación», Brubaker insiste en que es «sobre todo una metáfora». Pero, ¿qué pasa si el «fantasma» revela secretos oscuros, opiniones racistas o incluso un pasado amoroso desconocido?
También existe la posibilidad de que los fantasmas generativos sean utilizados para acosar o *trollear* a personas desde el más allá. «Además de los fantasmas que podrían usarse para acosar o trolear a los vivos después de la muerte, también podrían crearse versiones malintencionadas que hagan actividades ilegales para generar ingresos para la herencia del fallecido o para apoyar ciertas causas, incluso algunas que podrían ser criminales», dispara el artículo.
¿Futuro prometedor o distopía tecnológica?
Los fantasmas generativos abren un debate profundo sobre los límites de la tecnología y su impacto en nuestra relación con la vida, la muerte y el duelo. ¿Estamos preparados para esta nueva realidad? ¿Quién controlará estos «fantasmas»? ¿Y cuáles serán las consecuencias para nuestra sociedad? Las preguntas son muchas y las respuestas, por ahora, escasean. Lo cierto es que la polémica está servida.