Inversores, cual hinchas en clásico, apuestan a la IA sin ver la boleta. ¡Nvidia, Microsoft y compañía cotizan como Messi en sus años dorados! Pero ojo, que el mercado es como la Bombonera: la pasión no siempre paga las cuentas.
Un analista ya lo cantó: la IA debe generar más guita que dulce de leche en supermercado argentino para ser rentable. Y aunque hay billetes como para comprar toda la Patagonia, los beneficios reales son menos que pelo de pelado.
Google, Meta y los muchachos prometen el oro y el moro, pero aún faltan 500.000 millones de dólares para equilibrar la balanza. Así que, inversores, ¡cuidado! La burbuja de la IA puede explotar como petardo en Año Nuevo. ¡A poner los pies en la tierra y a esperar el próximo clásico!
El S&P 500 y la burbuja de la Inteligencia Artificial: ¿un espejismo tecnológico?
El análisis revela que las principales empresas del S&P 500, mayormente pertenecientes al sector tecnológico con fuertes inversiones en Inteligencia Artificial (IA), exhiben indicadores P/E considerablemente superiores a los registrados durante el auge de internet hace 25 años. Esta situación sugiere una apuesta agresiva por parte de los inversores en las propuestas vinculadas a la IA de compañías como Nvidia, Microsoft, Apple, Google, Amazon y Meta, lo que ha provocado un incremento desproporcionado en el valor de sus acciones. Dicha tendencia ha generado una creciente desconexión entre el precio especulativo y las utilidades reales generadas por estas empresas.
Un mercado impulsado por pocos
El riesgo latente reside en que el buen desempeño del S&P 500 se ha visto impulsado casi exclusivamente por este reducido grupo de compañías. Las restantes 490 empresas que integran el índice han mostrado escaso o nulo movimiento, dejando la estabilidad del mercado en manos de una minoría que aún enfrenta dificultades para generar beneficios tangibles. Como se dice en la tribuna, «un solo jugador no hace equipo».
David Cahn, analista del fondo de capital de riesgo Sequoia Capital, anticipó este escenario el año pasado. Según sus cálculos, para que la industria de la IA sea verdaderamente rentable, debería generar alrededor de 600.000 millones de dólares en ingresos anuales. En un informe, Cahn advirtió que, a pesar de que las grandes tecnológicas han recaudado recursos millonarios para desarrollar infraestructuras cada vez más sofisticadas, su capacidad de generar utilidades mediante soluciones inteligentes no ha crecido al mismo ritmo, comprometiendo así la viabilidad del negocio. “Supongo generosamente que Google, Microsoft, Apple y Meta podrían generar individualmente 10.000 millones de dólares anuales en ingresos derivados de la IA. Estimo que compañías como Oracle, ByteDance, Alibaba, Tencent, X y Tesla tendrían capacidad para generar 5.000 millones cada una. Aún en ese escenario optimista, habría un déficit de más de 500,000 millones de dólares”, subrayó Cahn.
Desafíos y perspectivas
Durante 2024, el mercado global de la IA fue valorado en 638.230 millones de dólares. Las proyecciones de GlobeNewswire indican que podría alcanzar casi los 4 billones de dólares para 2034. Sin embargo, expertos coinciden en que los inversores que han impulsado este crecimiento acelerado albergan expectativas excesivamente optimistas respecto a los beneficios futuros de la tecnología, sin considerar que aún enfrenta numerosos desafíos regulatorios, problemas técnicos, altos costos energéticos y barreras para su adopción masiva. «Es como comprar un departamento en pozo con fecha de entrega incierta», comentó un analista off the record.
Cahn advierte que tanto empresas como inversores deben actuar con mayor cautela. En su estado actual, la tecnología no garantiza beneficios inmediatos ni sustanciales. Gran parte del capital se está destinando a soluciones aún en desarrollo, con promesas de ganancias a futuro. El analista concluye que, si no se moderan las expectativas, la burbuja financiera que se está formando alrededor de la IA podría estallar en cualquier momento. Como diría el tango, «la última curda siempre se paga».