ChatGPT-4, que parecía magia hace un año, ya se siente anticuado. OpenAI lanzó «Deep Research», transformando a ChatGPT en un agente autónomo para búsquedas complejas. Los LLM como asistentes de conversación pasivos están quedando atrás, con Google y otros experimentando con agentes similares. Se espera que los agentes realicen tareas como investigación compleja, automatización de decisiones y creatividad asistida, redefiniendo nuestra relación con la información y el trabajo.
En el universo de la inteligencia artificial, la velocidad es la nueva moneda. Lo que hace un año nos dejaba boquiabiertos, hoy empieza a oler a naftalina. Hablamos de ChatGPT-4, aquel prodigio que parecía un mago digital capaz de redactar ensayos, escribir código y hasta darnos consejos financieros con una soltura pasmosa. Pero, ¡ay!, parece que el tiempo vuela más rápido que un tuit polémico.
OpenAI acaba de sacar de la galera "Deep Research", una movida que transforma a ChatGPT en un verdadero detective digital. Ahora, el bot no solo responde preguntas, sino que también planea, ejecuta y evalúa sus propias búsquedas. ¿Se acuerdan cuando teníamos que andar probando y retocando las instrucciones para obtener resultados decentes? Bueno, eso es cosa del pasado.
¿Evolución o extinción?
Esta no es una simple actualización, amigos. Es una señal de que los LLM (Large Language Model), esos asistentes de conversación que conocíamos, están empezando a quedar relegados al museo de la nostalgia tecnológica.
Pero no nos engañemos, esta movida no es exclusiva de OpenAI. Los muchachos de Google, DeepMind y Anthropic también están cocinando sus propios "agentes". Google, de hecho, presentó su prototipo "Project Mariner" hace unos meses, siguiendo una línea similar a la de OpenAI.
Lo que realmente sorprende es la velocidad con la que todo esto está sucediendo. Los modelos de hace dos años nos parecen reliquias de otra era. ¿Cómo veremos a los LLM actuales en seis meses? Apuesto unas medialunas a que nos parecerán herramientas dignas de un cavernícola.
Si este es el año en que los grandes modelos de lenguaje tal como los conocemos se vuelven obsoletos, es porque dejarán de ser el centro de la experiencia de la IA. En su lugar, los agentes tomarán el control, ejecutando tareas de manera autónoma y delegando trabajo sin intervención humana.
El futuro ya llegó: ¿Quién necesita humanos?
¿Qué tareas quedarán en manos de estos agentes todoterreno?
-
Investigación compleja: Olvídense de pasar horas buceando en Google para analizar tendencias de mercado o revisar documentos legales. Los agentes se encargarán de leer e interpretar la información por nosotros.
-
Automatización de decisiones: Programar citas, gestionar inversiones… Los agentes podrán optimizar procesos sin que tengamos que mover un dedo (bueno, casi).
- Creatividad asistida: Si antes los LLM generaban texto e imágenes, ahora podrán planificar estrategias de marketing completas e incluso diseñar productos enteros. El input humano inicial será clave para que los agentes cumplan las expectativas, pero gran parte de la ejecución creativa se irá delegando en estas máquinas.
Imaginen un mundo donde cualquiera pueda tener un equipo de asistentes digitales trabajando en segundo plano, como si fueran empleados virtuales. Suena a ciencia ficción, pero estamos cada vez más cerca.
Esta evolución plantea preguntas picantes: ¿Qué pasará con nuestra relación con la información cuando ya no necesitemos buscarla? ¿Cómo redefiniremos el trabajo cuando una parte significativa de nuestras tareas pueda ser delegada a una máquina? ¿Nos adaptaremos más rápido de lo que creemos?
Si algo hemos aprendido en los últimos años, es que la inteligencia artificial no se detiene a esperar que nos pongamos al día. La verdadera pregunta no es si los LLM quedarán obsoletos, sino qué tan rápido nos daremos cuenta de que ya lo están. Y ustedes, ¿ya se sienten obsoletos? ¡Los leo en los comentarios! Que no se escape la tortuga.