Telegram, la plataforma conocida por su laxa moderación, se enfrenta a nuevos cuestionamientos tras la proliferación de bots que crean deepfakes explícitos. A pesar de las críticas y las leyes que buscan regular estas prácticas, la aplicación sigue siendo un refugio para la generación y distribución de contenido íntimo falso, dejando a las víctimas en una situación de desamparo y con pocas herramientas para defenderse.
Telegram en la mira: Deepfakes explícitos y la eterna deuda de la plataforma con la seguridad de sus usuarios
La polémica persigue a Telegram, esa tierra de nadie digital donde la libertad de expresión a veces se confunde con libertinaje. Ahora, la mira está puesta en la proliferación de bots capaces de generar deepfakes con contenido explícito, una práctica que plantea serias interrogantes sobre la responsabilidad de la plataforma y la protección de sus usuarios.
¿La comodidad de unos pocos justifica el daño a tantos? Expertos señalan que estas imágenes falsas pueden causar traumas psicológicos profundos en las víctimas, generando sentimientos de humillación, miedo y vergüenza. Y lo más grave es que, en muchos casos, los responsables quedan impunes.
El limbo legal y la inacción de las tecnológicas
Mientras que en Estados Unidos algunos estados han tomado cartas en el asunto aprobando leyes contra las falsificaciones no consentidas e incluso gigantes tecnológicos han reforzado algunas políticas, pareciera ser que en Telegram es todo mucho más confuso. La pregunta que nos hacemos es, ¿alcanza con las buenas intenciones o se necesita mayor celeridad?
Kate Ruane, directora del proyecto de libertad de expresión del Centro para la Democracia y la Tecnología, reconoce que la mayoría de las plataformas importantes tienen políticas que prohíben la difusión de imágenes íntimas no consentidas; sin embargo, pone en duda la efectividad de estas medidas en Telegram, cuyos términos de servicio son, cuanto menos, ambiguos.
Telegram: Entre la controversia y los cambios forzados
No es novedad que la plataforma fundada por Pavel Durov haya sido históricamente criticada por su permisividad con estafadores, grupos de extrema derecha y contenidos relacionados con el terrorismo. Tras ser detenido y acusado en Francia, Durov parece haber comenzado a tomar algunas medidas, como la modificación de los términos de servicio y la colaboración con las fuerzas de seguridad. La pregunta del millón es: ¿será suficiente para revertir la imagen de Telegram como un espacio sin ley?
A pesar de que algunos canales de deepfakes anunciaron la eliminación de sus bots a fines de septiembre del año pasado, la realidad es que estos siguen proliferando, demostrando la dificultad de rastrear y controlar este tipo de contenido en la plataforma. ¿Será que Telegram está jugando al gato y al ratón, eliminando algunos focos para evitar una explosión mayor?
Víctimas sin amparo: La responsabilidad que Telegram debe asumir
Elena Michael, cofundadora y directora de #NotYourPorn, advierte que Telegram ha sido "notoriamente difícil" para abordar cuestiones de seguridad. La carga de denunciar y combatir estos abusos no puede recaer únicamente en las víctimas. "La carga debería recaer en la empresa para poner algo en marcha que sea proactivo en lugar de reactivo", sentencia Michael.
La pelota está en la cancha de Telegram. La plataforma debe decidir si quiere seguir siendo vista como un refugio para la impunidad o si está dispuesta a asumir su responsabilidad y proteger a sus usuarios de los peligros del deepfake explícito. El debate está abierto, y las consecuencias de la inacción podrían ser devastadoras.