Gigantes de la IA como OpenAI y Google están comprando videos inéditos a creadores, pagando hasta 4 dólares por minuto, para entrenar sus modelos de lenguaje. Este material ofrece una alternativa a las bibliotecas de contenido ya existentes, siendo valioso por su exclusividad y novedad.
La inteligencia artificial, esa bestia hambrienta de datos, ahora tiene un nuevo apetito: los videos que nunca vieron la luz. Parece que los gigantes tecnológicos, esos que nos prometen un futuro al estilo de Los Supersónicos, están dispuestos a tirar la casa por la ventana, o al menos unos cuantos dólares, por material exclusivo de creadores e influencers. La idea es simple, pero astuta: comprar esos videítos que quedaron en el limbo, para «adiestrar» a sus modelos de lenguaje, esos que están detrás de las IA que usamos a diario, como Gemini y ChatGPT.
El tesoro oculto de la web
Claro, si uno se pone a pensar, es lógico que las grandes compañías no quieran depender solo de las bibliotecas de contenido ya existentes. Es como si el gobierno de turno les dijera «usa estos datos que te doy, no vas a ir a buscarlos por ahí». Estos datos muchas veces son hasta cuestionables, por no decir de dudosa procedencia. Acá la cosa cambia, estamos hablando de videos que nadie más vio, ni siquiera esos «expertos» que siempre saben todo. Los clips privados, los que quedaron en el disco duro sin editar, se convirtieron en el Santo Grial para estos magos de la IA. Y el precio, por supuesto, está a la altura de la situación, hasta 4 dólares el minuto si el material es de alta calidad.
La demanda es tal que, según comentan algunos gurúes del mundillo, esto parece una carrera armamentística. Todos quieren el mejor material y no les importa gastar unos buenos pesos. Es que acá, el entrenamiento es la clave. Por más que algunos ya estén probando con material «sintético», lo real sigue siendo lo que marca la diferencia. Los videos de carne y hueso, los que reflejan el día a día, esos son los que realmente hacen la diferencia. Esto nos recuerda a esos políticos que dicen «yo estoy en la calle, en el barro», bueno acá sería algo similar, la IA necesita ese barro para funcionar.
¿Este negocio tiene fecha de vencimiento?
Sin embargo, como todo lo que sube, algún día tiene que bajar. Algunos especialistas comentan que esto de comprar videos inéditos no va a durar mucho, a lo mucho un par de años, según Dan Levitt, vicepresidente de una agencia dedicada a derechos de creadores. Quizás la IA, así como evoluciona en cada momento, encuentre otras formas de nutrirse. Quizás en un futuro, las computadoras decidan si entrenarse o no. Por el momento, los creadores tienen una oportunidad de generar algunos ingresos extras, aunque esta «fiebre del oro» podría ser pasajera. Los que hoy son «youtubers» o «influencers» podrían pasar a ser proveedores de contenido IA, algo que nadie se imaginaba hace un par de años. ¿Será esta la nueva normalidad? Solo el tiempo lo dirá. Lo que sí sabemos es que la IA llegó para quedarse y cada vez nos sorprende con algo nuevo.
