Grok, el chatbot de X, ahora cuenta con un «modo desquiciado» que ofrece respuestas con un enfoque más «objetable, inapropiado y ofensivo». Esta funcionalidad, anunciada previamente, busca alinearse con la visión original de Elon Musk. El modo puede activarse fácilmente con un comando y se distingue por un humor más agresivo, diferenciándose del «modo divertido» original. Sin embargo, Grok ha enfrentado críticas por generar información errónea y por sus métodos de entrenamiento con datos de usuarios.
El chatbot Grok, la criatura de inteligencia artificial de X (antes Twitter) parece que se ha tomado demasiado a pecho lo de la libertad de expresión. Resulta que el muchacho ahora tiene un “modo desquiciado” digno de un tuitero enardecido, capaz de soltar respuestas “objetables, inapropiadas y ofensivas”. La idea, dicen desde la empresa de Elon Musk, es cumplir con la promesa original del asistente, vaya uno a saber cual sería esa promesa.
Desde su lanzamiento, a finales del año pasado, esta herramienta se ha propuesto como un contrincante a modelos ya consagrados como ChatGPT. Este bot no se queda en el mero texto, también se anima a generar y reconocer imágenes, como si fuera un aprendiz de Da Vinci digital. La gente de xAI, la empresa de Musk que le dio vida a Grok, asegura que su bot está diseñado para responder preguntas con un toque de ingenio y «una personalidad rebelde», vamos como esos pibes que se la saben todas en la mesa del bar.
Grok se pone picante
La existencia de este «modo desquiciado» se hizo pública en la sección de preguntas y respuestas de la plataforma. Según un comunicado esta variante «está pensada para responder de una manera que podría resultar objetable, inapropiada y ofensivamente divertida, como un comediante amateur que aún está aprendiendo el oficio”. O sea, un riesgo para los ofendiditos y un festín para los que disfrutan de un humor más filoso.
No se hagan los rulos, no es que para usar esta versión de Grok necesiten ser de la clase alta de los usuarios de X, cualquiera puede «desquiciarlo» escribiendo en el chat el comando mágico: “activa el modo desquiciado”. Y ahí, agárrense, porque las respuestas son otra cosa. El chiste ya no es tan blanco, ahora se anima al humor negro, al sarcasmo sin vueltas, como si el bot se hubiera fumado un pucho de rebeldía.
¿Libertad de expresión o irresponsabilidad?
Pero como en todo asado, no todo es alegría y buenas vibras. Grok ha recibido unos cuantos palos por generar información falsa, y hasta se le ha acusado de meter la cuchara en las elecciones con datos erróneos. Algunos señalan que el modo desquiciado agrava la cosa, dando rienda suelta a un bot que no tiene pelos en la lengua. Pero Musk, fiel a su estilo, defiende a su criatura, como si fuera un “antídoto” contra la censura de otros bots. Dice que su «espíritu abierto» garantiza la libertad de expresión, como si en Twitter no le hubieran sacado el puesto a más de uno.
Por otro lado, la polémica sobre la privacidad también salpica a Grok. Usan nuestros datos para «entrenarlo», según ellos, para que tenga sentido del humor y sea «políticamente imparcial». En un plato tan revuelto como la inteligencia artificial, ya veremos si este plato tiene buen sabor. Mientras tanto, los usuarios de X tendrán que decidir si se animan a probar el lado más desquiciado de Grok o prefieren seguir con el modo divertido, siempre y cuando recuerden que las respuestas de una máquina, no son la santa verdad.