IA y pensamiento crítico: ¿El precio de la productividad?

Redacción Cuyo News
5 min
Cortito y conciso:

Un reciente estudio revela que la dependencia excesiva de la IA generativa en el ámbito laboral podría estar deteriorando nuestra capacidad de pensamiento crítico. Los investigadores sugieren que, en lugar de combatir esta tendencia, deberíamos enfocarnos en capacitar a los profesionales en nuevas habilidades, como la verificación de información y la gestión de tareas. ¿Será que estamos entregando nuestro cerebro a las máquinas sin darnos cuenta?

# ¿Inteligencia Artificial o Artificialización de la Inteligencia? El Dilema del Siglo XXI

Parece que la panacea tecnológica que prometía liberarnos del tedio laboral podría tener un efecto secundario bastante indeseado: ¡estarnos volviendo más boludos! Al menos, eso es lo que sugiere un estudio reciente que pone el dedo en la llaga sobre nuestra creciente dependencia de la inteligencia artificial (IA).

## El Peligro de Delegar el Pensamiento

Según los investigadores, cuanto más confiamos en herramientas como ChatGPT o Copilot para ser más productivos, más se reduce nuestra capacidad de pensar críticamente. «Si se utilizan incorrectamente, las tecnologías pueden, y de hecho lo hacen, provocar el deterioro de facultades cognitivas que deberían preservarse», sentencian los autores del estudio.

Es decir, que al automatizar las tareas rutinarias, la IA nos priva de la oportunidad de ejercitar nuestro juicio y fortalecer nuestra «musculatura cognitiva». El resultado: una creciente «pereza intelectual» y una menor capacidad de resolución de problemas en situaciones excepcionales. ¿Será que estamos camino a convertirnos en simples digitadores de órdenes para las máquinas?

## De Expertos a «Copy/Pasters»: El Nuevo Perfil del Trabajador del Conocimiento

El estudio, realizado a partir de encuestas a más de 300 «trabajadores del conocimiento», revela que el 70% de los voluntarios admitió no utilizar su pensamiento crítico en tareas de conocimiento, comprensión, aplicación, análisis y síntesis. ¡Casi nada!

En otras palabras, el experto corre el riesgo de convertirse en un *copy/paster* profesional o, en el mejor de los casos, un verificador de datos. Como si los profesionales fueran empleados públicos revisando expedientes, que dicho sea de paso, algunos los hacen con más IA que otros. «Si bien la GenAI puede mejorar la eficiencia del trabajador, también puede inhibir el compromiso crítico con el trabajo y potencialmente conducir a una dependencia excesiva a largo plazo de la herramienta y a una disminución de la habilidad para la resolución independiente de problemas», advierten los investigadores.

## ¿Adaptación o Resignación? El Debate Está Abierto

Ante este panorama, los investigadores sugieren una estrategia pragmática (¿o resignada?): capacitar a los profesionales en las nuevas tareas donde la aportación humana aún es requerida, como «en el desarrollo de habilidades de verificación de información, integración de respuestas y gestión de tareas».

La pregunta que surge inevitablemente es: ¿estamos frente a una simple adaptación a los nuevos tiempos o a una renuncia tácita a nuestro potencial intelectual? ¿Será que la IA, en lugar de liberarnos, nos está condenando a una existencia laboral más mediocre y menos desafiante? El debate está abierto, y como siempre, será la realidad (y no los gurúes tecnológicos) quien tenga la última palabra. Mientras tanto, sigamos pensando, que pensar todavía no es delito (al menos, no del todo).

## ¿Qué dicen los popes del gobierno?

Y hablando de adaptarse, uno se pregunta si nuestros gobernantes también estarán tomando nota de estos cambios. Quizás el Presidente Milei, con su verborragia digital, ya esté usando alguna herramienta de IA para optimizar sus discursos… o quizás no, y todo salga de su inefable espontaneidad. En cualquier caso, es hora de que nuestros líderes políticos se pongan las pilas y entiendan el impacto real de la IA en el mundo laboral. No vaya a ser que, en nombre del progreso tecnológico, terminemos creando una sociedad de autómatas funcionales al sistema. Al menos, eso nos dejaría a los periodistas con material de sobra para seguir opinando, ¿no?

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