Robots corren maratón en Pekín: ¿futuro o fracaso tecnológico?

Redacción Cuyo News
4 min
Cortito y conciso:

En Pekín, 21 robots humanoides participaron en un medio maratón junto a 12.000 atletas humanos. A pesar de las aspiraciones, los robots enfrentaron problemas de sobrecalentamiento y caídas, demostrando las limitaciones actuales de la robótica humanoide, aunque sirven como un termómetro del avance en este campo. El evento ha generado debate sobre la utilidad real de estas máquinas más allá de espectáculos llamativos.

Pekín se paralizó, pero no precisamente por el tráfico. El sábado, mientras 12.000 almas corrían el medio maratón, una veintena de robots humanoides se sumaban a la fiesta. Los organizadores lo vendieron como un hito, «la primera vez que humanos y robots bípedos corren en la misma carrera». Claro, por carriles separados, no vaya a ser que la tecnología nos deje en ridículo.

¿Robots fondistas o experimento marketinero?

La iniciativa, impulsada por varias ramas del gobierno municipal chino, levantó polvareda. ¿Acaso buscaban demostrar el progreso tecnológico del gigante asiático? ¿O simplemente era una movida de marketing para atraer miradas y dólares?

Seis de los 21 humanoides lograron completar el recorrido, pero con más pena que gloria. El «atleta» más veloz, Tiangong Ultra, llegó a la meta en 2 horas y 40 minutos gracias a la empresa china UBTech. Eso sí, con triple cambio de baterías y una caída digna de video viral. Apenas logró meterse dentro del tiempo límite establecido para los participantes humanos: 3 hs 10 minutos.

Alan Fern, profesor de robótica de la Universidad Estatal de Oregón, aportó algo de sensatez al asunto. Según el experto, el objetivo de estos robots no es batir récords de velocidad, sino «completar tareas y responder con eficacia en una amplia gama de entornos». Y remató: «Lo que sí demuestra la carrera es lo robusto que se ha vuelto el *hardware* humanoide».

El Hardware Humanoide: ¿Avance o espejismo?

Dicho sea de paso, las predicciones de Fern se cumplieron al pie de la letra. Sobrecalentamiento, caídas y cambios de robots fueron moneda corriente durante la jornada. Más allá del interés generado y el orgullo patrio, el evento dejó en evidencia las limitaciones de la industria china de robots humanoides.

«Aunque capacidades como bailar pueden ser divertidas y llamativas, en realidad no demuestran lo útiles que son los robots humanoides en situaciones del mundo real», sentenció Fern. ¿Será que los robots debieran buscar otros pasatiempos?

¿Qué le depara el futuro a la robótica humanoide?

Según Fern, el quid de la cuestión es que los robots sean capaces de «realizar diversas tareas en el mundo real sin instrucciones humanas paso a paso». En otras palabras, que dejen de bailar y hacer karate, y se pongan a laburar en serio.

¿Veremos a estos robots reemplazando a los obreros en las fábricas? ¿Cuidando a los ancianos en los geriátricos? ¿O simplemente seguirán siendo una curiosidad tecnológica digna de un meme? El tiempo dirá. Por lo pronto, la carrera de Pekín dejó más preguntas que respuestas, y una certeza: la robótica humanoide tiene un largo camino por recorrer.

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