<div class="semiton-wrapper" data-texto="¡Atención, muñecas del mundo! Swatch, aquella marca que en 2017 nos dejó "personalizar" relojes con figuritas prearmadas, ahora salta a la IA con AI-DADA. ¿El chiche nuevo? Crear diseños "totalmente únicos" desde la nada, con tu imaginación como única guía. Cada reloj, claro, viene con un glorioso "1/1", como si no hubiera otros millones de nosotros con la misma "imaginación". ¡Pero ojo! Solo tenés tres tiros al día para no agotar la energía del centro de datos o, quizás, evitar que diseñes tu propio Swatch de la "Cumbia de los Trapos". El CEO, un adelantado, confesó que sus primeras pruebas eran "sexo, drogas y rock ‘n’ roll", pero la máquina le dijo NO. ¡Qué se le va a hacer! La IA también tiene su moralita, aunque saben que el público, con su ingenio inigualable, siempre buscará el resquicio para esa obra maestra que Swatch no querría ver. Un arte, dirán.">
El año 2017, una era casi prehistórica antes del advenimiento masivo de inteligencias artificiales y videollamadas, fue testigo del lanzamiento de Swatch x You. Esta plataforma, tildada entonces de "elegante", ofrecía al consumidor la posibilidad de "personalizar" su reloj Swatch, lo que en los hechos se traducía en una suerte de assemblage de diseños preestablecidos sobre el clásico modelo New Gent de 41 mm. Se permitía mover, ampliar y girar gráficos, añadir chips NFC e incluso grabar un mensaje efímero de hasta 15 caracteres en el reverso, una personalización más bien nominal, como una "marca personal" en el colectivo.
Si bien la propuesta de entonces era entretenida, distaba de rozar la verdadera personalización. Ahora, el mismo fabricante del popular MoonSwatch, consciente de los vientos de cambio tecnológicos, redobla la apuesta y anuncia una reinvención total de su concepto Swatch x You, esta vez de la mano de la inteligencia artificial.
AI-DADA: La promesa de la singularidad algorítmica
Bajo la denominación de AI-DADA, Swatch promete una herramienta de diseño con inteligencia artificial que permitiría la creación de relojes "totalmente únicos", partiendo de un lienzo en blanco y con la "imaginación como única guía" para el resultado final. Tras un simple inicio de sesión, el usuario introduce su concepto y, "en menos de dos minutos", un "diseño de reloj único cobra vida". Para certificar esta exclusividad, cada pieza AI-DADA ostentará con orgullo el signo "1/1" en el fondo de su caja, un sello que, irónicamente, busca diferenciarse en un mundo donde la singularidad digital es tan elocuente como un "feliz cumpleaños" en un grupo de WhatsApp.
La plataforma mantiene opciones de personalización adicionales, como la elección de índices o el color del mecanismo. Sin embargo, en un movimiento que Swatch describe como un "reto creativo que hace que cada intento sea especial", y que oficialmente busca "ahorrar energía del centro de datos", AI-DADA restringe al usuario a solo tres "preguntas" o prompts de diseño por día. Una limitación que, seguramente, llevará a más de uno a ponderar seriamente si el deseo de un reloj con motivos de empanadas es tan urgente como el de uno con el rostro de su gato.
En esencia, AI-DADA representa una evolución de Swatch x You, enriquecida con un software de generación de imágenes provisto por OpenAI. Esta integración habilita al público a "pimpear" –término de la jerga que denota embellecer o personalizar– sus relojes con prácticamente cualquier gráfico concebible, imprimiéndolos en el lienzo de la muñeca.
Los límites de la creatividad y la ética algorítmica
La implementación de una herramienta de esta magnitud no está exenta de desafíos, particularmente en lo que respecta a la moderación de contenido. Roberto Amico, director global del área digital de Swatch, fue consultado sobre las salvaguardias para prevenir la creación de diseños inapropiados o controvertidos, citando ejemplos desde "su propio Swatch de Jeffrey Epstein" hasta logotipos de marcas competidoras como Rolex.
Amico afirmó que Swatch ha establecido "límites", sobre todo en relación con los logotipos, que se suman a las restricciones inherentes de OpenAI. Sin embargo, en un giro revelador, Nick Hayek Jr., CEO del Grupo Swatch, admitió haber "luchado" con OpenAI para flexibilizar ciertos filtros, buscando una versión de AI-DADA "más liberal, más Swatch". Hayek incluso reveló que sus "primeras indicaciones" en la plataforma giraron en torno a "sexo, drogas y rock ‘n’ roll", solo para ser rechazadas por el propio modelo, evidenciando que incluso los directivos con acceso privilegiado encuentran barreras algorítmicas.
No obstante, la historia nos enseña que el ingenio del público, especialmente cuando se trata de eludir restricciones explícitas –como la proscripción de desnudos o iconografía religiosa–, rara vez debe ser subestimado. Será el tiempo, ese juez implacable, el que determine la verdadera "prueba de balas" de este modelo frente a la creatividad (y picardía) colectiva.
El ADN de AI-DADA: entre archivos y la vasta red
Pese a que el modelo de generación de imágenes de Swatch se apoya en la infraestructura de OpenAI, su funcionamiento por defecto privilegia un vasto conjunto de datos propio, acumulado durante más de cuarenta años. Este archivo incluye desde relojes y productos hasta diseños, arte y street art propios de la marca. Así, si el usuario anhela la estética de una esfera o correa ochentosa de Swatch, o una colaboración con figuras icónicas como Keith Haring, Vivienne Westwood o el mismísimo Phil Collins, AI-DADA la encontrará en casa.
Solo cuando la solicitud excede los confines de este acervo histórico y apela a inspiraciones externas, "solo entonces", según Amico, la inteligencia artificial "irá más allá del conjunto de datos interno y explotará los datos de OpenAI". Una suerte de "salida a la cancha" de la IA global, solo cuando la biblioteca hogareña ya no alcanza para satisfacer los caprichos del diseño.
La reconocida marca Swatch, precursora en la personalización de relojes con su plataforma Swatch x You en 2017, presenta ahora AI-DADA. Esta innovadora herramienta, potenciada por inteligencia artificial, promete la creación de diseños totalmente únicos a partir de la imaginación del usuario, con cada pieza identificada como '1/1'. La iniciativa genera expectativas sobre la capacidad de la IA para democratizar el diseño, al tiempo que plantea interrogantes sobre los filtros de contenido y la procedencia de los datos en la era digital.
Resumen generado automáticamente por inteligencia artificial
<div class="semiton-wrapper" data-texto="¡Atención, muñecas del mundo! Swatch, aquella marca que en 2017 nos dejó "personalizar" relojes con figuritas prearmadas, ahora salta a la IA con AI-DADA. ¿El chiche nuevo? Crear diseños "totalmente únicos" desde la nada, con tu imaginación como única guía. Cada reloj, claro, viene con un glorioso "1/1", como si no hubiera otros millones de nosotros con la misma "imaginación". ¡Pero ojo! Solo tenés tres tiros al día para no agotar la energía del centro de datos o, quizás, evitar que diseñes tu propio Swatch de la "Cumbia de los Trapos". El CEO, un adelantado, confesó que sus primeras pruebas eran "sexo, drogas y rock ‘n’ roll", pero la máquina le dijo NO. ¡Qué se le va a hacer! La IA también tiene su moralita, aunque saben que el público, con su ingenio inigualable, siempre buscará el resquicio para esa obra maestra que Swatch no querría ver. Un arte, dirán.">
El año 2017, una era casi prehistórica antes del advenimiento masivo de inteligencias artificiales y videollamadas, fue testigo del lanzamiento de Swatch x You. Esta plataforma, tildada entonces de "elegante", ofrecía al consumidor la posibilidad de "personalizar" su reloj Swatch, lo que en los hechos se traducía en una suerte de assemblage de diseños preestablecidos sobre el clásico modelo New Gent de 41 mm. Se permitía mover, ampliar y girar gráficos, añadir chips NFC e incluso grabar un mensaje efímero de hasta 15 caracteres en el reverso, una personalización más bien nominal, como una "marca personal" en el colectivo.
Si bien la propuesta de entonces era entretenida, distaba de rozar la verdadera personalización. Ahora, el mismo fabricante del popular MoonSwatch, consciente de los vientos de cambio tecnológicos, redobla la apuesta y anuncia una reinvención total de su concepto Swatch x You, esta vez de la mano de la inteligencia artificial.
AI-DADA: La promesa de la singularidad algorítmica
Bajo la denominación de AI-DADA, Swatch promete una herramienta de diseño con inteligencia artificial que permitiría la creación de relojes "totalmente únicos", partiendo de un lienzo en blanco y con la "imaginación como única guía" para el resultado final. Tras un simple inicio de sesión, el usuario introduce su concepto y, "en menos de dos minutos", un "diseño de reloj único cobra vida". Para certificar esta exclusividad, cada pieza AI-DADA ostentará con orgullo el signo "1/1" en el fondo de su caja, un sello que, irónicamente, busca diferenciarse en un mundo donde la singularidad digital es tan elocuente como un "feliz cumpleaños" en un grupo de WhatsApp.
La plataforma mantiene opciones de personalización adicionales, como la elección de índices o el color del mecanismo. Sin embargo, en un movimiento que Swatch describe como un "reto creativo que hace que cada intento sea especial", y que oficialmente busca "ahorrar energía del centro de datos", AI-DADA restringe al usuario a solo tres "preguntas" o prompts de diseño por día. Una limitación que, seguramente, llevará a más de uno a ponderar seriamente si el deseo de un reloj con motivos de empanadas es tan urgente como el de uno con el rostro de su gato.
En esencia, AI-DADA representa una evolución de Swatch x You, enriquecida con un software de generación de imágenes provisto por OpenAI. Esta integración habilita al público a "pimpear" –término de la jerga que denota embellecer o personalizar– sus relojes con prácticamente cualquier gráfico concebible, imprimiéndolos en el lienzo de la muñeca.
Los límites de la creatividad y la ética algorítmica
La implementación de una herramienta de esta magnitud no está exenta de desafíos, particularmente en lo que respecta a la moderación de contenido. Roberto Amico, director global del área digital de Swatch, fue consultado sobre las salvaguardias para prevenir la creación de diseños inapropiados o controvertidos, citando ejemplos desde "su propio Swatch de Jeffrey Epstein" hasta logotipos de marcas competidoras como Rolex.
Amico afirmó que Swatch ha establecido "límites", sobre todo en relación con los logotipos, que se suman a las restricciones inherentes de OpenAI. Sin embargo, en un giro revelador, Nick Hayek Jr., CEO del Grupo Swatch, admitió haber "luchado" con OpenAI para flexibilizar ciertos filtros, buscando una versión de AI-DADA "más liberal, más Swatch". Hayek incluso reveló que sus "primeras indicaciones" en la plataforma giraron en torno a "sexo, drogas y rock ‘n’ roll", solo para ser rechazadas por el propio modelo, evidenciando que incluso los directivos con acceso privilegiado encuentran barreras algorítmicas.
No obstante, la historia nos enseña que el ingenio del público, especialmente cuando se trata de eludir restricciones explícitas –como la proscripción de desnudos o iconografía religiosa–, rara vez debe ser subestimado. Será el tiempo, ese juez implacable, el que determine la verdadera "prueba de balas" de este modelo frente a la creatividad (y picardía) colectiva.
El ADN de AI-DADA: entre archivos y la vasta red
Pese a que el modelo de generación de imágenes de Swatch se apoya en la infraestructura de OpenAI, su funcionamiento por defecto privilegia un vasto conjunto de datos propio, acumulado durante más de cuarenta años. Este archivo incluye desde relojes y productos hasta diseños, arte y street art propios de la marca. Así, si el usuario anhela la estética de una esfera o correa ochentosa de Swatch, o una colaboración con figuras icónicas como Keith Haring, Vivienne Westwood o el mismísimo Phil Collins, AI-DADA la encontrará en casa.
Solo cuando la solicitud excede los confines de este acervo histórico y apela a inspiraciones externas, "solo entonces", según Amico, la inteligencia artificial "irá más allá del conjunto de datos interno y explotará los datos de OpenAI". Una suerte de "salida a la cancha" de la IA global, solo cuando la biblioteca hogareña ya no alcanza para satisfacer los caprichos del diseño.