En lo que representa un nuevo hito para las telecomunicaciones globales, el Instituto Nacional de Tecnologías de la Información y Comunicaciones (NICT) de Japón logró transmitir 1,02 petabits por segundo utilizando una fibra óptica de 19 núcleos. La proeza se realizó manteniendo el diámetro exterior convencional de 125 µm, lo que la vuelve compatible con la infraestructura actual sin necesidad de obras colosales.
Velocidad récord y estabilidad comprobada
La innovación no se limita a la velocidad. El equipo logró sostener esta bestial tasa de transferencia durante 1.808 kilómetros, dejando atrás los típicos ensayos de laboratorio en distancias mínimas. Este avance demuestra que no se trata de una rareza técnica, sino de una solución potencialmente escalable para el futuro del tráfico de datos.
Aplicaciones con impacto global
Una conexión de esta magnitud podría transformar numerosos campos:
- Inteligencia artificial: permitiría entrenar modelos que hoy demandan semanas en cuestión de horas.
- Medicina: habilitaría cirugías remotas en resolución 8K y en tiempo real, con latencia nula.
- Infraestructura global: fortalecería redes satelitales y cables submarinos, evitando cuellos de botella en lanzamientos masivos de videojuegos o eventos en streaming.
Mientras Japón da estos pasos hacia el futuro, Argentina se encuentra muy lejos del horizonte petabit. El promedio de velocidad de bajada ronda los 70 Mbps, lo que representa una diferencia de más de 14 millones de veces respecto al nuevo récord japonés.
Por ahora, este desarrollo continúa en etapa de prototipo. Requiere componentes como láseres y amplificadores de alto costo, y los dispositivos actuales no están preparados para manejar semejante caudal. Sin embargo, los especialistas destacan que este tipo de avances marcan la hoja de ruta hacia un futuro en el que las velocidades de terabits por segundo al hogar sean la norma.
El mensaje es claro: la industria deberá adaptarse o quedar obsoleta. La conectividad del mañana no esperará a que se resuelvan disputas regulatorias ni a que los proveedores decidan actualizar el firmware de sus routers.