La AEPD le metió un sopapo de un millón de euros a LaLiga por el uso y abuso de datos biométricos de los hinchas en los accesos a los estadios. ¿La razón? Parece que el tratamiento de estos datos no cumplía con las garantías del Reglamento General de Protección de Datos (RGPD). Además de la multa, le ordenaron suspender estos sistemas hasta que se pongan las pilas con las regulaciones.
La Agencia Española de Protección de Datos (AEPD) le pintó la cara a LaLiga con una multa que duele: un millón de euros. ¿El motivo? El uso que le estaban dando a los datos biométricos de los espectadores en la entrada a los estadios. Según la AEPD, el problema no es tener la tecnología, sino cómo la usás.
La cosa es que, al parecer, el organismo considera que el tratamiento de estos datos, recogidos mediante sistemas de reconocimiento biométrico, no cumplía con las garantías exigidas por el famoso Reglamento General de Protección de Datos (RGPD).
### ¿Es realmente necesario tanto control?
La AEPD sostiene que usar una tecnología como el reconocimiento facial tiene que estar justificado por el «principio de proporcionalidad». O sea, el riesgo de guardar un dato personal tan sensible como la cara de un tipo tiene que estar compensado por el peligro que se pretende evitar. Y, según la Agencia, usar esos datos para detectar barras bravas o gente con prohibición de entrar a la cancha, erosiona la privacidad de miles de personas.
LaLiga, por su parte, argumenta que el uso de datos biométricos es para mantener a los violentos alejados de los estadios, esos que tienen prohibido entrar pero igual se las ingenian para ir a ver los partidos.
El quilombo empezó con denuncias en 2022 y 2023 contra el uso de reconocimiento facial y lectores de huellas dactilares en las gradas. Los datos se recogían al comprar el abono, se guardaban, y se usaban cada vez que el hincha quería entrar. Si no coincidían, lo dejaban afuera.
### La decisión de la AEPD y el futuro de la seguridad en los estadios
Además de la multa, la AEPD ordenó suspender el uso de estos sistemas automáticos hasta que se garantice el cumplimiento del RGPD. ¿Será este el fin de la seguridad biométrica en las canchas? ¿O LaLiga encontrará la forma de adaptarse a las regulaciones sin renunciar a la tecnología? El debate está abierto, y la polémica recién empieza. «El procedimiento sancionador se inició a partir de denuncias presentadas en 2022 y 2023 contra el uso de sistemas de reconocimiento facial y de lectores de huellas dactilares para entrar a las gradas de animación. Esos datos biométricos se recogían en el momento en el que el aficionado compraba el abono. Quedaban almacenados y se usaban cada vez que el interesado quería acceder al estadio: se comparaba su rostro o huella digital con los registros, y si no coincidían, se le denegaba el acceso.».
