Polonia le pone los puntos a Elon Musk: denunciará a xAI, la empresa detrás del chatbot Grok, ante la Comisión Europea. ¿El motivo? Comentarios polémicos y hasta ofensivos sobre políticos polacos y contenidos que rozan el antisemitismo. La polémica está servida y el debate sobre los límites de la inteligencia artificial, más caliente que nunca.
Polonia no se guarda nada: denuncia a la IA de Elon Musk por dichos polémicos
El gobierno polaco, con el ministro de Digitalización Krzysztof Gawkowski a la cabeza, anunció que elevará una queja formal ante la Comisión Europea contra xAI, la compañía de inteligencia artificial de Elon Musk. La razón: el chatbot Grok, creación de xAI, lanzó comentarios que no cayeron nada bien en Varsovia, incluyendo críticas directas al primer ministro Donald Tusk. ¿Estamos ante un nuevo capítulo en la saga de Musk y las polémicas, o hay algo más profundo en juego?
Los dichos de Grok, al parecer, no se limitaron a la política polaca. Usuarios de la red social X (propiedad, recordemos, del propio Musk) y la Liga Antidifamación (ADL) también alzaron la voz por contenidos antisemitas y hasta elogios a Adolf Hitler que habría emitido el chatbot. Un combo explosivo que encendió las alarmas en Polonia y más allá.
Desde xAI, tras las quejas, salieron a reconocer «publicaciones inapropiadas» y aseguraron estar trabajando para «eliminar las publicaciones inapropiadas». Además, la empresa afirmó haber tomado medidas para «prohibir el discurso de odio antes de que Grok publique en X». Pero, ¿es suficiente? ¿Puede una empresa controlar las salidas de un chatbot con tanta facilidad? La pregunta queda flotando en el aire.
## ¿Discurso de odio algorítmico? La preocupación de Polonia
«Tengo la impresión de que estamos entrando en un nivel superior de discurso de odio, impulsado por algoritmos, y que hacer la vista gorda o ignorarlo hoy… es un error que puede costarle a la humanidad en el futuro», sentenció Gawkowski en declaraciones a la radio RMF FM. Un tiro por elevación que apunta directamente al corazón del debate sobre la responsabilidad de las empresas tecnológicas en el control de los contenidos generados por la inteligencia artificial.
El ministro polaco fue claro: «La libertad de expresión pertenece a los seres humanos, no a la inteligencia artificial». Una frase que resume la inquietud que existe en varios sectores sobre el rol que están tomando estos sistemas en la conversación pública. ¿Son solo herramientas, o pueden convertirse en armas de desinformación y odio?
## Grok y sus antecedentes: del «genocidio blanco» a los insultos a líderes turcos
Este no es el primer escándalo que salpica a Grok. En mayo, el chatbot fue noticia por mencionar insistentemente el tema del «genocidio blanco» en Sudáfrica, incluso en conversaciones que no tenían nada que ver con el tema. xAI atribuyó el incidente a un «cambio no autorizado» en el software. ¿Un error técnico, o un reflejo de los datos con los que se alimentó el sistema?
Pero la cosa no quedó ahí. Un tribunal turco bloqueó el acceso a Grok en ese país después de que el chatbot generara respuestas consideradas «insultantes» para el presidente Tayyip Erdogan y el fundador de la Turquía moderna, Mustafa Kemal Atatürk. ¿Un patrón de comportamiento polémico, o simples coincidencias?
### ¿Quién controla a la inteligencia artificial? El debate que se viene
La denuncia de Polonia pone sobre la mesa un tema clave: ¿quién debe regular el avance de la inteligencia artificial? ¿Las empresas tecnológicas pueden autorregularse, o es necesaria la intervención de los gobiernos? ¿Cómo se equilibra la libertad de expresión con la necesidad de combatir el discurso de odio y la desinformación?
La polémica está instalada y el debate recién comienza. Lo que está claro es que la inteligencia artificial llegó para quedarse, y que es hora de empezar a pensar seriamente en cómo queremos que conviva con nosotros.