Tea, la app de citas solo para mujeres, jaqueada y expuesta: ¿qué pasó?

Redacción Cuyo News
9 min
Cortito y conciso:

La app de citas Tea, diseñada exclusivamente para mujeres y promocionada como una plataforma para citas más seguras gracias a su sistema de reseñas anónimas y verificación de antecedentes, experimentó un crecimiento explosivo en usuarios. Sin embargo, este éxito atrajo la atención de foros misóginos como 4chan, resultando en un ataque que comprometió datos de usuarias. El incidente plantea interrogantes cruciales sobre la seguridad de los datos personales en internet y los riesgos inherentes a la vigilancia masiva.

## Tea, la app de citas para mujeres que desató la polémica y un hackeo masivo

«Me lo encontré en un club de corredores hace unos meses, no sabía su historial de ligues, pero si estuviera soltera lo hubiera intentado», escribe una usuaria de la app Tea sobre un tal Rae, un joven estadounidense. El comentario aparece en un video de TikTok donde la autora sentencia: «¡Ponen reviews de él! Esta app hace el trabajo del FBI, para nosotras, chicas, mucho más fácil». La pregunta que surge es: ¿realmente estamos ante una herramienta empoderadora o una bomba de tiempo?

Tea, esta nueva app que se presenta como una «plataforma para tener citas más seguras», solo para mujeres, permite confirmar si un pretendiente tiene antecedentes penales o usa fotos falsas, además de acceder a opiniones anónimas de otras usuarias. Algunas de estas funciones, claro está, requieren una suscripción mensual. Creada en 2023 y por ahora activa solo en Estados Unidos, su popularidad se disparó este mes, duplicando sus usuarias hasta superar los 4,6 millones. Este boom no pasó desapercibido para foros oscuros y la llamada «machosfera», como 4chan, que decidieron hackearla el pasado viernes.

### ¿Un hackeo o una falla de seguridad?

Según la compañía, el ataque resultó en la publicación de 13.000 selfies de usuarias. «¡Si le enviaste tu cara y tu carnet de conducir a la app Tea, te doxeó [revelar la identidad] públicamente!», escribió un usuario de 4chan junto al link a un documento que ya no está disponible. Más allá de la magnitud del incidente, lo que preocupa es la facilidad con la que se accedió a la información. ¿Un hackeo sofisticado o una negligencia en la seguridad de los datos? La respuesta podría ser más inquietante de lo que parece.

La historia de esta app, su éxito meteórico y su hackeo dejan al descubierto las ventajas y los riesgos de internet en la actualidad. ¿Estamos realmente preparados para confiar nuestros datos más personales a una app, por más seguras que nos prometan que son?

### El espejismo de la seguridad online

Internet facilitó la búsqueda de pareja, pero no todos tienen la misma experiencia. Un 57% de las mujeres cree que las apps no son un modo seguro de encontrar pareja, según un sondeo de Pew Research en EE UU. Sean Cook, el fundador de Tea, asegura que la idea surgió tras ver la «aterradora experiencia» de su madre con las citas online. La app, en teoría, viene a llenar un vacío: la necesidad de información sobre los pretendientes, algo que ya existe informalmente en grupos de Facebook como «¿Estamos saliendo con el mismo tío?».

Pero, ¿hasta qué punto esta búsqueda de seguridad no se convierte en una cacería de brujas digital? ¿Dónde está el límite entre la protección y la difamación?

### La misoginia en la era digital: un problema latente

La app exige un selfie para darse de alta, utilizando una combinación de IA y revisión humana para verificar la identidad. Este sistema, junto con publicidad en televisión, Cosmopolitan y redes sociales, impulsó su crecimiento. Pero el éxito también atrajo la atención de 4chan y su «ejército de hombres despechados».

Lo que se filtró no fue, técnicamente, un hackeo. Un desarrollador de la compañía había dejado una base de datos abierta en internet desde antes de febrero de 2024. Solo hacía falta conocer la dirección exacta para acceder. Si bien no se filtraron los datos de «todas las usuarias», como se viralizó en redes, el incidente expone una vulnerabilidad preocupante.

### El dilema de la identidad en internet

La compañía asegura que los selfies se borran inmediatamente después de la verificación. Sin embargo, las fotos filtradas son precisamente esos selfies. Entonces, ¿los conservaron? La respuesta oficial es que «estos datos fueron archivados originalmente en cumplimiento de los requisitos legales relacionados con la prevención del ciberacoso», una justificación, cuanto menos, dudosa.

Tea creó un mercado dudoso: hombres que pagan para saber qué se dice sobre ellos. ¿Hasta qué punto la necesidad de seguridad justifica la creación de un sistema de vigilancia masiva?

### La información quiere ser libre: ¿un mantra peligroso?

El debate sobre la identidad en internet es crucial. Millones de mujeres suben un selfie a una plataforma con un objetivo, pero esos selfies son seguros solo hasta que a alguien le interesa esa base de datos para otro fin. Un hacker, una empresa, un gobierno, la policía… El valor de una base de datos en internet es directamente proporcional al tiempo y dinero que alguien está dispuesto a invertir en vulnerar su seguridad.

Exigir selfies para proteger del acoso crea un objetivo tentador para foros misóginos como 4chan. ¿Cómo lograr una app para mujeres si no se puede certificar que realmente son mujeres? El mismo dilema surgirá pronto con la verificación de la mayoría de edad para usar determinados servicios.

Los servicios que requieran información adicional para navegar se exponen a la filtración de datos privados o del historial de navegación. «La información quiere ser libre» es un dicho común en círculos informáticos. Pero, ¿a qué costo? Desde el momento en que se crea una base de datos privada, habrá alguien interesado en que deje de serlo.

### La vigilancia masiva: una tentación peligrosa

El funcionamiento de Tea revela otra tentación de nuestra era: la vigilancia masiva. ¿Quién se resistiría a ver la valoración de vecinos, amigos, familiares? La app permitía votar si alguien era «red flag» (malo) o «green flag» (bueno) y comentar sobre ellos. Una periodista del Times con acceso a la app describió algunos comentarios: «¡Aléjate de este hombre! Tiene herpes en la boca y enfermedades de transmisión sexual. Miente para conseguir lo que quiere y luego te deja tirada sin decir nada». Otro: «Abusivo, mentiroso patológico, maniaco y con mentalidad de víctima. Le encanta el drama».

La app permite ver fotos de los hombres por zona y leer comentarios sobre ellos. Es fácil imaginar la vigilancia: una mujer casada buscando información sobre su marido, un jefe de recursos humanos rastreando candidatos. Las usuarias incluso pueden configurar alertas con el nombre de un hombre en particular o ver detalles privados como la dirección y el número de teléfono, prácticas de legalidad dudosa.

¿Estamos dispuestos a sacrificar nuestra privacidad en nombre de la seguridad? ¿Es Tea un avance en la búsqueda de relaciones seguras o un espejo de nuestra obsesión por la vigilancia y el control? El debate está abierto.

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