Ojo al piojo, che! Las redes sociales se llenan de «trucos tóxicos» para espiar a tu pareja, desde averiguar su ubicación hasta ver los mensajes borrados. Expertos advierten: esto no es un juego, puede dañar la relación y hasta terminar en cana. ¿La solución? Confianza, diálogo y, si la cosa se pone heavy, terapia. Y las redes, ¿se lavan las manos?
Las redes sociales, ese lodazal donde chapoteamos todos, se han convertido en el escenario perfecto para una nueva ola de «trucos tóxicos». Sí, leyó bien. Desde TikTok hasta Instagram, pasando por el omnipresente Facebook, proliferan videos que enseñan a rastrear la ubicación de tu media naranja, espiar sus conversaciones y hasta exhumar mensajes que creías borrados para siempre. ¿Inocente curiosidad o avance de la psicopatía digital?
«Hola, mis loquitas tóxicas, vengo con otro *tip* muy tóxico para ustedes», arranca una usuaria en TikTok, desatando una catarata de consejos sobre cómo violar la privacidad de tu pareja. Y claro, la polémica está servida.
### Del «Truquito» a la Violencia Psicológica: ¿Dónde Trazamos la Raya?
Pero ojo, que acá no hablamos de simples bromas. Según Laura Olmedilla Marcos, psicóloga clínica, «Controlar a tu pareja, revisar su teléfono, exigir sus contraseñas, seguirle los pasos o condicionar su libertad son formas de violencia psicológica». Fuerte, ¿no? La ONU Mujeres y algunas leyes sobre violencia de género ya metieron la vigilancia tecnológica en la misma bolsa que el maltrato psicológico.
Muchos justifican estas prácticas con el clásico «es que me fueron infiel» o «me hace dudar». Pero la psicóloga es clara: «Si necesitas espiar o controlar a tu pareja, no es amor. Es ansiedad, herida, y a veces, experiencias negativas no resueltas». En criollo: primero saná tus inseguridades, después vemos.
### El Algoritmo Premia el Drama: ¿Y las Redes, Bien Gracias?
¿Por qué estos videos se viralizan como reguero de pólvora? Elena Daprá, psicóloga sanitaria, lo explica clarito: «El algoritmo premia lo polémico, el drama amoroso vende, se romantiza el control, existe inseguridad en las relaciones, la audiencia es joven y hay una falta de educación emocional». Bingo.
Este diario se puso en contacto con TikTok y Meta, pero la respuesta fue tibia. TikTok aseguró que los videos «cumplen las normas de la comunidad», mientras que Meta prefirió el silencio stampa. Paloma Llaneza, abogada y articulista, dispara con munición gruesa: el uso de la palabra «trucos» banaliza una conducta que «es inaceptable». No son bromas, sino «estrategias de manipulación digital que pueden destruir la privacidad y la autonomía personal».
### El Espía Sale Caro: Consecuencias Legales del Chusmerío Digital
Pero la cosa no termina en un simple quiebre amoroso. Samuel Parra, abogado especializado en privacidad, advierte que espiar a tu pareja puede acarrear penas de prisión de hasta cinco años. «No son pocas las condenas que ya se han dictado en España por curiosear mensajes, correos electrónicos o chats de WhatsApp de la pareja», asegura. Y si zafás del penal, igual podés terminar pagando una buena indemnización por vulnerar la intimidad.
¿Y si la pareja «consiente» el espionaje? Llaneza es categórica: ese consentimiento puede estar viciado por dinámicas de poder, chantaje emocional o violencia psicológica. En resumen, un acuerdo para revisarse el teléfono mutuamente puede encubrir graves dinámicas de control.
### ¿Cómo Defenderse del Cyber-Chusma?
Josep Albors, experto en ciberseguridad, recomienda contraseñas alfanuméricas o sistemas biométricos para proteger el acceso a tus aplicaciones más íntimas. El Instituto Nacional de Ciberseguridad (INCIBE) aconseja revisar las aplicaciones instaladas y eliminar las sospechosas, y en casos extremos, restablecer el dispositivo a su configuración de fábrica.
Y si ya le diste permiso a tu pareja para husmear en tus redes, Albors te recomienda replantearte esa actitud: «Nunca sabemos con qué intenciones reales se requieren estas credenciales ni si esa será la pareja con la que pasaremos el resto de nuestra vida, por lo que es mejor prevenir para evitar posibles problemas».
En definitiva, la clave está en construir relaciones basadas en la confianza, el diálogo y el respeto a la privacidad del otro. Porque, como dice Llaneza, «nadie, bajo ninguna circunstancia, tiene derecho a violar la intimidad de otra persona». Y si necesitas espiar a tu pareja para sentirte seguro, quizás el problema no sea tu pareja, sino vos.