Villamayor se opone a macrocentro de datos: la «aldea gala» aragonesa

Redacción Cuyo News
10 min
Cortito y conciso:

El gobierno de Aragón anunció la construcción de un centro de datos por parte del fondo Azora en Villamayor de Gállego sin consultar al gobierno municipal, generando un fuerte rechazo. El municipio, ya lidiando con otros grandes proyectos, incluido uno de Microsoft, argumenta que el nuevo centro afectaría negativamente sus recursos (energía y agua) y no representa un beneficio real para sus habitantes. Pese a la insistencia autonómica, el ayuntamiento está dispuesto a recurrir legalmente la decisión.

Aragón, esa tierra de contrastes que se desvive por atraer la tecnología del futuro, se topó de frente con la realidad de un pequeño pueblo llamado Villamayor de Gállego. Y la cosa, claro, se puso picante. Resulta que el honorable presidente, Jorge Azcón, anunció a bombo y platillo que el fondo Azora levantaría un mega centro de datos en 80 hectáreas de suelo agrícola. ¡Ojo! ¿La novedad? La concejala encargada de estos líos, Marysol Ruberte, se enteró por la tele. Sí, así como lo lee: por la tele.

«Llamé inmediatamente al alcalde para pedirle explicaciones. Me dijo que, justo antes de la comparecencia de Azcón, le telefoneó Octavio López [consejero de Fomento, Vivienda, Movilidad y Logística] para avisarle», recuerda Ruberte, con ese tono de quien todavía no sale de su asombro. Y lo más llamativo es que para cuando lograron sentarse a dialogar con los representantes autonómicos, ya estaba publicada en el Boletín Oficial de Aragón una Declaración de Interés General (DIGA), ese atajo burocrático que el gobierno utiliza para «bendecir las inversiones consideradas estratégicas» y, de paso, eximir de impuestos municipales. La vieja confiable para acelerar papeleo.

Claro, con este mismo mecanismo ya se viene tramitando la expansión de los tres centros de datos de Amazon y los cuatro que Microsoft planea. La fiebre por convertirse en la «Virginia europea», como Azcón ambiciona, parece pasar por encima de la cortesía mínima con los habitantes y, más importante aún, con las autoridades locales que, se supone, representan a ese mismo pueblo.

El municipio respondió, y no se anduvo con chiquitas. El alcalde, José Luis Montero Lostao, fue contundente: «No estamos de acuerdo ni con las formas ni con el fondo. Creemos que hipoteca el crecimiento del municipio». Y así se lo hicieron saber a la delegación del Gobierno de Aragón, quienes, curiosamente, prefirieron guardar silencio ante la prensa. Algo debe tener ese mutismo que genera suspicacia.

El encuentro, nos cuentan, fue tenso. Los enviados de Azcón no se explicaban la negativa y, en un curioso giro argumental, le reprocharon al alcalde no haber dicho antes lo que pensaban, ¡cuando no les habían consultado! El alcalde, con razón, replicó que lo habría hecho si la consulta hubiera existido. La respuesta oficial de los autonómicos fue que la empresa, Azora, aseguraba que «todo estaba hablado con el Ayuntamiento». Montero, por su parte, lo desmiente categóricamente y afirma que solo hubo dos reuniones, en las que no se concretó nada y se les informó que Villamayor de Gállego no tenía interés en otro centro de datos.

### ¿Un exceso de ‘intereses generales’?

Villamayor de Gállego ya tiene lo suyo. Uno de los cuatro centros de Microsoft, aún sin PIGA, ocupará 90 hectáreas de suelo industrial. Terrenos que, a diferencia de los propuestos por Azora, estaban previstos para ese uso. Además, la comunicación con Microsoft, según el Consistorio, ha sido fluida. ¡Vaya contraste! Microsoft, al parecer, entiende que dialogar es parte del proceso. Azora, en cambio, parece más inclinada a la sorpresa.

Fuentes de Azora, en un intento por limar asperezas, confían en convencer al Ayuntamiento y manifiestan su intención de seguir dialogando. Algo que, después de la publicación de un DIGA sin previo aviso, suena un poco a poner el carro antes que el caballo.

### El encanto (y las preocupaciones) de Villamayor

Si uno se para junto a la ermita de Nuestra Señora del Pueyo, el paisaje es idílico. Pero Villamayor no es solo postal. Su ubicación estratégica, cercana a la autopista A2 y a Zaragoza, su acceso al río Gállego y, sobre todo, la presencia de una de las mayores subestaciones eléctricas de Aragón, la de Peñaflor, lo convierten en un caramelo para proyectos intensivos en energía y agua. Máquina Solar, la filial de Azora, lo sabe bien, por eso quieren estar justo al lado de esas instalaciones.

Pero los siete ediles del gobierno municipal (Chunta Aragonesista y PSOE) tienen sus reparos. Ya presentaron alegaciones al DIGA y se aferran a la esperanza de que el Gobierno de Aragón recapacite y decida buscar otro destino para el centro de datos de Azora.

El alcalde, Montero, no escatima en preocupaciones. Le intranquiliza la «hipoteca energética». «¿Y si dentro de unos años quiere venir otra empresa que necesita energía? ¿Y si el propio crecimiento urbanístico de Villamayor exige más electricidad para las viviendas?», se pregunta con lógica aplastante.

Y qué decir del agua. Ese recurso cada vez más preciado que los centros de datos consumen en cantidades industriales para refrigeración. Mientras el proyecto de Microsoft se aceptó bajo la premisa de mantener la dotación hídrica del municipio, el de Azora pretende usar la red de suministro urbana. «¿Qué pasará cuando haya sequía? ¿Adónde irán los recursos?», cuestiona Montero. La desconfianza aumenta al ver que Amazon, en proyectos cercanos, ya ha solicitado un aumento del 48% en la disponibilidad de agua. La «previa experiencia» con otros PIGA, como reza en las alegaciones del Ayuntamiento, genera serias dudas sobre las necesidades hídricas reales de la propuesta de Azora.

Además, el Ayuntamiento se siente desbordado प्रशासनिक रूप से. Gestionar dos PIGA ya reduce a la mitad los plazos burocráticos sin personal adicional. Un tercero, según la concejala de Economía, María Teresa Berges, «nos puede acabar de hundir».

Pero quizás el argumento de mayor peso para Villamayor es simple y contundente: no lo necesitan. Son un pueblo próspero, con bajo desempleo, y las promesas de empleo asociadas a estos centros, que suelen requerir poca mano de obra local, no les seducen. Sin olvidar la desconfianza hacia Azora, un fondo cuya intención es alquilar el centro de datos a terceros. Una figura legítima, sí, pero que en este contexto de falta de transparencia, según el Consistorio, «casa mal con los sacrificios que se le exigen al ayuntamiento de Villamayor».

### De villas romanas a centros de datos: la historia se repite

Paradójicamente, mucho antes de que Google o Microsoft pusieran sus ojos en la zona, los romanos ya veían potencial aquí. Y no precisamente con centros de datos. El arqueólogo José Luis Ona, vecino de Villamayor, ha identificado restos de villas agrícolas romanas en los mismos terrenos donde Azora planea construir. Fragmentos de ánforas y cerámica, testigos silenciosos de una historia milenaria, se encuentran dispersos a simple vista.

Pese a la importancia histórica, Ona cree que la coexistencia es posible. «Al final se trata de no tocar media hectárea de 90. Siempre se puede hacer coincidir con una rotonda». Un poco de ingenio, un poco de respeto por el pasado y, quizás, un poco menos de apuro por parte del gobierno autonómico.

La «aldea gala» de Villamayor de Gállego está plantando bandera. Están dispuestos «a todo», como afirma Montero, si el gobierno autonómico ignora sus peticiones y aprueba el PIGA. El choque está servido. Y pone sobre la mesa un debate fundamental: ¿hasta qué punto el «interés general» justifica pasar por encima de las preocupaciones y el deseo de un municipio? La respuesta, sin duda, generará comentarios. Y eso, en estos tiempos que corren, ya es algo.

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