X (ex Twitter) se tambaleó este lunes con interrupciones generales. Elon Musk, ni lerdo ni perezoso, apuntó a un «ciberataque masivo» como el culpable. ¿Será un ataque coordinado o la mano negra de algún gobierno? Las apuestas están abiertas mientras investigan.
X (ex Twitter) en la mira: ¿Ciberataque o cortina de humo?
La red social X, esa que antes conocíamos como Twitter, anduvo con la presión baja durante buena parte del lunes. El mandamás, Elon Musk, no tardó en salir al ruedo con una declaración que sacudió el avispero: la plataforma habría sido víctima de un “ciberataque masivo”.
O sea, según Musk, no se trató de un simple error técnico o una falla interna, sino de algo mucho más grande y orquestado. «»Nos atacan cada día, pero esta vez ha sido con muchos recursos. O bien un grupo grande y coordinado o bien un país están relacionados. Investigando”», soltó el magnate en un mensaje que encendió las redes.
¿Quién está detrás del ataque a X?
La pregunta del millón es, obviamente, quién está detrás de este supuesto ciberataque. Musk, fiel a su estilo, dejó la puerta abierta a varias posibilidades: desde un grupo organizado hasta un actor estatal con intenciones poco claras. La investigación está en curso, y las teorías conspirativas ya empezaron a circular como pan caliente.
En respuesta a un usuario que insinuó un intento de silenciarlo a él y a su plataforma, Musk respondió con un escueto pero contundente «sí». ¿Paranoia justificada o simple victimización? El debate está servido.
Pero la cosa no termina ahí. El presunto ataque a X coincide con otros problemas para el imperio Musk. Tesla, otra de sus empresas, vio una caída en las ventas en Europa y sufrió ataques en algunos de sus concesionarios y vehículos en Estados Unidos. Musk no se guardó nada y acusó a grupos progresistas y a otros millonarios de estar detrás de estas acciones coordinadas.
Musk contra el mundo: ¿Persecución o realidad?
La sensación es que Musk está librando una batalla en múltiples frentes. Sus fuertes declaraciones y sus controvertidas decisiones lo han convertido en una figura polarizante. Algunos lo ven como un visionario que desafía el *statu quo*, mientras que otros lo consideran un megalómano peligroso.
No hay que olvidar su rol al mando del DOGE (Departamento de Eficiencia Gubernamental), esa creación de Trump para supposedly reducir el gasto público. Sus acciones, envueltas en polémica y objetivos poco claros, ya provocaron la renuncia de varios miembros. Acá entre nos, ¿alguien realmente entendió qué se suponía que hacía el DOGE?
La caída de X, además, resuena con más fuerza si recordamos los recortes masivos de personal que Musk implementó tras comprar Twitter en 2022. Muchos esperaban que la plataforma se desmoronara en cualquier momento, pero hasta ahora se había mantenido a flote. ¿Será que este «ciberataque» es la excusa perfecta para justificar problemas que ya se venían venir?
En fin, el culebrón Musk sigue sumando capítulos. ¿Ciberataque real? ¿Cortina de humo? ¿O una combinación de ambas? El tiempo dirá. Lo que sí es seguro es que el magnate no deja a nadie indiferente.
