Vélez, del cielo al infierno: Godoy Cruz lo hundió aún más. ¿Qué le pasa?

¿Se acuerdan cuando gritábamos campeón? Sí, ese Vélez que parecía imbatible… Hoy, señoras y señores, es una sombra. Un equipo que, aunque parezca mentira, ostenta el parche de campeón pero juega como si estuviera peleando el descenso. Anoche, en el mismísimo Amalfitani, Godoy Cruz, que venía más golpeado que Eber Ludueña después de un clásico, se despachó con una victoria que dolió, y mucho, en Liniers.

Y acá va un dato que te va a hacer caer de espaldas: ¡Vélez es el primer campeón vigente en 136 años que no metió un mísero gol en las primeras seis fechas! ¡Una vergüenza! Si no levantan cabeza contra Lanús, igualarán la peor racha sin triunfos de un campeón, una mancha que hoy ostenta Newell’s. Pero ojo, que Domínguez, el técnico, banca el proceso: «Estoy con fuerzas para seguir, vine para trabajar a largo plazo», declaró, según nos cuentan los colegas en la conferencia de prensa. ¿Será que tiene la fórmula secreta o estamos ante otro verso futbolero?

Este Vélez es un caso para el «Dr. Milagro». No solo no juega a nada, sino que la suerte le esquiva como a Dybala los defensores. Anoche, para colmo, le anularon un gol a Romero por un offside más fino que el bigote de Mostaza Merlo, y Pizzini, para completar la faena, metió un cabezazo en contra que abrió el camino para el Tomba.

En el segundo tiempo, aparecieron algunos fantasmas del Vélez campeón, esos movimientos que nos recordaban al equipo de Quinteros. Pero la realidad es que no se ve una idea clara, un libreto que Domínguez pueda imprimirle al equipo. Más ganas que fútbol, algunos destellos de los experimentados y la entrega de los pibes como Pellegrini y Montoro, pero nada que haga ilusionar al hincha de verdad.

Ojo, tampoco nos vamos a engañar: Godoy Cruz no es el Barcelona de Guardiola. Pero ante la victoria, se metió atrás y defendió el resultado con uñas y dientes. Vélez tuvo mala suerte (dos tiros en los palos y otro gol anulado a Santos), pero también es cierto que el Tomba, con un Rassmusen impecable en la defensa y un Petroli seguro en el arco, le cerró todos los caminos.

La pregunta que nos hacemos todos: ¿qué carajo le pasa a Vélez? En poco más de dos meses, pasó de ser el mejor a ser, por lejos, uno de los peores. De ser el equipo más goleador de la Liga 2024 a ser el más goleado en este torneo. ¡De no creer! Pero ojo, que mientras tanto, sigue mostrando orgulloso el parche de campeón. Cosas del fútbol argentino, señores.

Según pudimos saber gracias a la cobertura de diferentes medios, Sebastián Domínguez, en conferencia de prensa, bancó el proceso y pidió paciencia. «Estoy con fuerzas para seguir, vine para trabajar a largo plazo», aseguró. Palabras que suenan lindas, pero que necesitan resultados. ¿Tendrá el DT el respaldo de la dirigencia si la cosa sigue así? ¿O veremos otro cambio de técnico antes de que termine el campeonato? El tiempo dirá. Por ahora, los hinchas de Vélez, esos que hace poco gritaban campeón, solo pueden agarrarse de la frase más repetida en el fútbol argentino: «La esperanza es lo último que se pierde». Aunque, a veces, parezca que ya se perdió hace rato.