El pase de Villagra al exterior se complica más que un penal de Higuaín en una final. Gillett no paga, el jugador está que explota y Gallardo se plantea si lo reincorpora al plantel. ¿Terminará jugando de 9?

¿Villagra de vuelta en Núñez? La novela del pase que nadie entiende
La transferencia de Rodrigo Villagra al misterioso Foster Gillett entró en un terreno pantanoso digno de las mejores (o peores) épocas de Passarella. La plata brilla por su ausencia, la paciencia del jugador se agotó y en River empiezan a barajar posibilidades que van desde lo lógico hasta lo descabellado.
El volante, que se entrena en soledad con más ganas que Mascherano en un picado de amigos, ya expresó su descontento con la situación. «Ya estoy hinchado los huevos», declaró el cordobés, dejando en claro que si el fin de semana no hay novedades, considera roto el preacuerdo con el Millonario y pide volver.
El tiempo corre y las opciones se achican
Con el cierre del libro de pases en Europa a la vuelta de la esquina (el domingo 23 de febrero, para ser más precisos), las chances de encontrarle un nuevo destino a Villagra se reducen más que el presupuesto de Independiente. Si bien hubo un interés tímido desde el Santos de Brasil, la opción más probable es que el ex-Talleres termine regresando a Núñez, dejando a River con un agujero en el bolsillo de casi 11.7 millones de dólares (el monto prometido por Gillett que, a esta altura, parece más una leyenda urbana que una realidad).
El ultimátum de Villagra a Foster Gillett
¿Y ahora qué hacemos con este muchacho? El dilema de Gallardo
La situación pone a Gallardo en una encrucijada digna de un capítulo de Los Simuladores. Villagra nunca fue prioridad para el Muñeco, que lo tenía relegado al banco con más frecuencia que a un suplente en la época de Bianchi. Si bien terminó el año como titular, nunca logró convencer al DT, quien ya no lo tiene en sus planes.
Si Villagra regresa a River, la idea es que tenga una charla con Gallardo para definir su futuro, aunque se prevé que la conversación sea tan amena como una reunión de consorcio. El final de esta historia aún es incierto, pero promete ser tan memorable como el descenso de River… para los hinchas de Boca, claro está.