El sueño de la modernización del fútbol argentino a través de la inversión extranjera se convirtió en una pesadilla. El caso de Estudiantes de La Plata y el grupo inversor Gillett deja más dudas que certezas, con promesas incumplidas y operaciones sospechosas que perjudican a jugadores y clubes.
La «modernización» del fútbol argentino, ¿un gol en contra?
El intento de abrir las puertas del fútbol argentino a los capitales privados arrancó con el pie izquierdo, diría el Bambino Veira. La idea de que los clubes se transformen en Sociedades Anónimas Deportivas, con la inyección de fondos de magnates extranjeros, parecía el camino a la gloria. Pero la realidad, como un centro pasado de Palermo en un partido clave, se estrelló contra el travesaño.
### ¿Se busca inversor serio? Estudiantes y el caso Gillett
El caso de Estudiantes de La Plata y el grupo inversor estadounidense Foster Gillett es el ejemplo perfecto de cómo no se deben hacer las cosas. Sebastián Verón, ídolo y presidente del club, lo planteó como un punto de inflexión, una bisagra hacia la modernización. La promesa era clara: plata fresca sin perder el control del club. Sin embargo, el resultado fue un verdadero papelón, digno del peor equipo de la D.
Las desprolijidades se acumularon como tarjetas amarillas para un equipo indisciplinado. El pago enrevesado de la cláusula de Cristian Medina para traerlo de Boca, las negociaciones fallidas por Driussi, Valentín Gómez y Ezequiel Piovi, y la novela de Villagra, que parecía ir a parar a cualquier lado menos a un club de fútbol. Un verdadero cambalache, como diría Discépolo.
### Jugadores varados y clubes en la lona
El sueño de la inversión se transformó en una pesadilla para muchos. Jugadores sin club, entrenando en soledad, esperando un llamado que nunca llega. Clubes que se quedaron esperando los depósitos prometidos, como un hincha esperando el colectivo un domingo a la noche. Y Verón, con la angustia de un arquero que ve venir un penal en el último minuto, temiendo que todo este proyecto «lo lleve puesto».
Un llamado de atención para el fútbol argentino
Si esta era la forma de convencer a los hinchas de que la llegada de inversores era la solución a todos los males del fútbol argentino, el tiro salió por la culata. La experiencia del grupo Gillett en Estudiantes dejó un sabor amargo, como una derrota en un clásico. Un llamado de atención para que, a la hora de buscar la modernización, no se pierda de vista lo más importante: la transparencia, el respeto por las instituciones y, por sobre todas las cosas, el amor por la pelota.