Luis Advíncula, con un zurdazo digno de la Libertadores, adelantó a Boca contra Aldosivi. Pero la alegría duró poco: Tiago Serrago, un pibe a préstamo de River, clavó un golazo para el empate del Tiburón.
Advíncula la clavó de zurda, pero un pibe de River lo amargó
El peruano Luis Advíncula, en una jugada que nos recordó sus mejores noches coperas, sacó un zapatazo con la zurda que se colgó en el ángulo del arquero de Aldosivi. Un gol que hizo vibrar La Bombonera y que, por un momento, pareció sentenciar el partido para Boca. La jugada del lateral tuvo reminiscencias a aquel gol que le hizo al Deportivo Pereira en La Bombonera en la fase de grupos de la Libertadores, gambeteando para adentro y sacudiendo de zurda, una imagen que por momentos parecía repetida. Un tanto que justificaba la apuesta por el juego ofensivo, una especie de «siga, siga» para Almirón que desde el banco veía como su equipo se ponía en ventaja.
Un golazo que despertó fantasmas… ¿y el karma?
Pero el fútbol, como la vida misma, está lleno de sorpresas. Y en la primera que tocó, Tiago Serrago, un joven surgido en las inferiores de River y actualmente a préstamo en Aldosivi, la agarró de afuera del área y la mandó a guardar con una precisión quirúrgica. Un golazo que silenció La Bombonera y desató la locura del Tiburón. El festejo de Serrago, desaforado y con dedicatoria incluida, hizo recordar a algunos hinchas xeneizes el famoso «Topo Gigio» de Palermo. ¿Habrá sido karma?
¿Advíncula, solución o problema?
El partido dejó un sabor agridulce para Boca. Si bien Advíncula volvió a demostrar su capacidad para desequilibrar, el empate final y la aparición de Serrago dejaron en evidencia las falencias defensivas del Xeneize. ¿Será suficiente la garra charrúa para clasificar a la próxima Libertadores o Boca deberá replantear su estrategia? La respuesta, como siempre, la tiene la pelota.
