Rodrigo Villagra, el refuerzo millonario de River que no rindió lo esperado, está a un paso del CSKA de Moscú tras una novela de idas, vueltas, lesiones y promesas incumplidas. ¿Será este el final de su ciclo en Núñez sin pena ni gloria?
La novela de Villagra en River: ¿Un final anunciado?
El último año de Rodrigo Villagra en River se podría resumir en una palabra: turbulencia. Lejos de las gambetas y los pases filtrados, el volante se vio envuelto en un torbellino de polémicas, lesiones y decepciones que lo alejaron del campo de juego y lo acercaron a la puerta de salida. Un panorama que ni el más pesimista de los hinchas hubiera imaginado cuando el club desembolsó una fortuna por él, una cifra que, dicho sea de paso, hizo ruido hasta en la mesa de Mirtha Legrand.
Recordemos que Villagra llegó a Núñez con el cartel de crack, titular indiscutido en Vélez y con un futuro prometedor. «Vamos camino a una salida», había declarado su representante meses antes de su llegada a River, palabras que hoy retumban con una ironía digna de un sketch de Capusotto. La inversión de 7 millones de dólares, una cifra que alcanzaría para comprar varios departamentos en Puerto Madero, parecía justificada. Sin embargo, el rendimiento del jugador estuvo lejos de las expectativas. Como diría el Bambino Veira, «el fútbol es dinámico» y Villagra quedó atrapado en un laberinto sin salida.
Lesiones, promesas incumplidas y un futuro incierto
La llegada de Martín Demichelis, sumado a la lesión en el isquiotibial izquierdo, complicó aún más el panorama para Villagra. Como si fuera poco, la promesa del grupo Gillett Foster de pagar su cláusula de rescisión para facilitar su salida a otro club se desvaneció como un penal mal pateado por Palermo en la final de la Copa América.
Villagra, con la ilusión de un pibe que va a comprar figuritas, se despidió del plantel y hasta presentó una carta con la intención de compra del grupo. Pero el final de la historia ya lo conocemos: Gillett Foster nunca apareció con la plata y el jugador terminó entrenando solo, más perdido que el Kun Agüero en un partido de ajedrez. Se cayó la posibilidad del Santos de Neymar, y ahora, la única opción viable parece ser el CSKA de Moscú, que ofreció 6 millones de dólares por el pase. River, con la astucia de un zorro en el mercado de pases, pretende que ese monto sea por el 80% del pase.
¿Un refuerzo que nunca fue?
La historia de Villagra en River es un reflejo de las apuestas fallidas en el fútbol. Un jugador que llegó con la chapa de figura y se va por la puerta de atrás, dejando más dudas que certezas. ¿Fue culpa del jugador, del cuerpo técnico, de la dirigencia? El debate está abierto. Lo cierto es que este caso nos recuerda que en el fútbol, como en la vida, no siempre las cosas salen como uno las planea. Y a veces, los refuerzos más caros terminan siendo los más olvidados. Al final, lo único que queda claro es que Villagra se va de River sin haber dejado una huella imborrable, más parecido a un suplente de Sacachispas que a un jugador que costó lo que un palco en el Bernabéu.
