River volvió a los entrenamientos después del triunfo ante Arsenal, con la mente puesta en el superclásico con Boca y con la posible vuelta de Borja y Enzo Díaz.
El Millonario, con la resaca del triunfo ante Arsenal todavía en el paladar, ya piensa en Boca. El plantel de Martín Demichelis volvió a los entrenamientos este miércoles en el River Camp, con la mira puesta en el superclásico del próximo domingo en el Monumental. Si bien Micho respira un poco más tranquilo después del 3-0 en Sarandí, sabe que el partido contra el Xeneize es una final anticipada, como decía Mostaza Merlo, “partido aparte”.
El Superclásico en la mira
La práctica de este miércoles tuvo un sabor especial. Se trabajó en la recuperación física para los que jugaron el domingo, mientras que el resto realizó ejercicios con pelota. La buena noticia es que Miguel Borja, que se había perdido el partido contra Arsenal por una molestia muscular, trabajó con normalidad y podría estar disponible para el domingo. ¿Se imaginan un cabezazo del Colibrí para ganar el superclásico? ¡Mamita querida!
Otro que se perfila para volver es Enzo Díaz. El lateral izquierdo, que sufrió un esguince de rodilla, evoluciona favorablemente y podría ser una opción para Demichelis. Con la vuelta de estos dos jugadores, el DT tendría un plantel casi completo para afrontar el partido más importante del semestre. Es como tener a Maradona y Caniggia en el ’90, ¡una dupla letal!
Demichelis y el rompecabezas del Superclásico
La duda de Demichelis pasa por el armado del mediocampo. Con la vuelta de Enzo Pérez, el técnico deberá decidir si mantiene a Nicolás De La Cruz en el equipo o si lo reemplaza por otro jugador. Son decisiones difíciles, como elegir entre un asado en lo de la vieja o un fernet con amigos. Lo que está claro es que River necesita ganar para seguir prendido arriba en la tabla y, por qué no, para mandarle un saludito al eterno rival.
El Monumental será una caldera el domingo. La gente está expectante, con la ilusión a flor de piel. Es un partido que se vive con una intensidad única, un clásico que paraliza al país. Como diría el Bambino Veira, “el que no salta, no quiere a River”. Esperemos que el equipo esté a la altura y nos regale una victoria para el recuerdo. Y sino, bueno… siempre nos quedará el recuerdo del Enzo Francescoli gambeteando a medio Boca en la final del ’96 para consolarnos.
