Sebastián Domínguez y Vélez ganaron por penales ante Midland en la Copa Argentina. El DT habló de la victoria, del caso Valentín Gómez y del flojo presente del Fortín, reconociendo errores propios pero también destacando la labor de algunos jugadores.
Domínguez y un triunfo que vale oro en la Copa Argentina
Vélez, último campeón del fútbol argentino, pasó a los 32avos de final de la Copa Argentina luego de vencer por penales a Midland. Un partido sufrido, con más sombras que luces, pero que terminó con el abrazo de Braian Romero a Sebastián Domínguez tras convertir el penal decisivo. Un abrazo que bien podría traducirse como un «aguante Seba» en medio de la tormenta. Un triunfo a lo Palermo en la Libertadores ’99, con más garra que fútbol champagne.
El DT, que venía con la soga al cuello como el Bambino Veira en el ’86, respiró aliviado tras el pitazo final. La clasificación, aunque ajustada como resultado de VAR, le da un poco de aire en el banco fortinero.
El caso Valentín Gómez y la autocrítica de Domínguez
Post partido, Domínguez habló con la prensa y tocó todos los temas calientes. Sobre la situación de Valentín Gómez, el defensor que vio caerse su pase por tercera vez, Domínguez manifestó: “La situación de Valentín es la misma que hablamos hace unos días. Estamos esperando y tengo entendido que tiene que regresar. (…) Le mandé un mensaje hace un día y por lo que se, por su entorno, está golpeado por toda la situación. Estoy para apoyarlo y tratar que todo se encamine para él y para Vélez”. Una situación que, como diría Mostaza Merlo, «es más difícil que hacerle un gol a Chilavert de tiro libre».
En cuanto al partido, el DT fue autocrítico pero sin caer en el dramatismo de Caruso Lombardi: “La Copa Argentina siempre da sorpresas. (…) Me gustó el partido de Imanol Machuca. Creo que lo hizo muy bien (…) Afuera sentí la misma preocupación que todos veían: que el rival generaba errores nuestros. No podíamos elegir cuando jugar corto, cuando jugar largo. (…) Yo creo que hoy nos complicamos solos. (…) No tuvimos situaciones de calidad como si tuvimos en los partidos de local”.
Pensando en lo que viene: «Tenemos que apuntar al octavo puesto»
Domínguez reconoció el nerviosismo del equipo, producto del mal momento: “Hay un nerviosismo por el momento que venimos pasando, que se transmite al jugador y que a veces hace que nos compliquemos más de la cuenta.” Sin embargo, el foco ya está puesto en el futuro y en la necesidad de sumar de a tres en la liga: «Sigo en la búsqueda de que el equipo juegue mejor más allá del resultado. Hoy hubo un triunfo necesario. En la liga vemos que con ocho clasificados, tenemos que conseguir el primer triunfo. Tenemos que apuntar al octavo puesto”.
Un Domínguez que, como el Burrito Ortega en sus mejores épocas, busca gambetear la crisis y llevar a Vélez a buen puerto. ¿Lo logrará? Solo el tiempo lo dirá.