Nicolás Fonseca, ex-River, vive días complicados tras ser liberado luego de un secuestro exprés en México. Su padre reveló que el volante uruguayo ahora anda con custodia policial las 24 horas.
De Núñez a la pesadilla mexicana: Fonseca bajo custodia tras secuestro
El mundo del fútbol se conmocionó la semana pasada con la noticia del secuestro de Nicolás Fonseca, el ex-volante de River que ahora defiende los colores del León en México. Si bien el uruguayo fue liberado dos horas después del incidente, el susto fue grande y las consecuencias, palpables. Como si fuera un pase digno de Mostaza Merlo al Racing de Mostaza, Fonseca pasó de la tranquilidad del Monumental a vivir una situación digna de película de suspenso.
«Anda con policías armados las 24 horas»: la nueva realidad de Fonseca
Daniel Fonseca, padre del jugador, rompió el silencio y pintó un panorama que dista mucho de la postal idílica que muchos imaginan de un futbolista profesional. Lejos de las canchas y los flashes, Nicolás vive una realidad incómoda: custodia policial permanente. «A partir de esto anda con policías armados las 24 horas para todos lados», reveló el padre en una entrevista, confirmando que la seguridad del jugador es prioridad absoluta tras el traumático episodio. Imaginen al pobre Fonseca, sintiendo la presión de la marca personal como si fuera el Chapulín Colorado perseguido por el Tripa Seca.
Si bien la presencia policial brinda cierta tranquilidad, también representa una pérdida de libertad considerable. «Te da tranquilidad, pero es muy incómodo. Perdés la libertad totalmente», agregó Daniel, dejando en claro que la situación, aunque necesaria, es un verdadero dolor de cabeza para el joven futbolista. Es como si le hubieran puesto una doble marca, estilo Bilardo, pero con agentes en lugar de defensores.
El padre de Fonseca también se refirió al estado anímico de Nicolás. Si bien el jugador publicó en sus redes sociales que se encontraba «muy bien», Daniel admitió que la experiencia fue «shockeante» y que «no es fácil digerirlo». Sin embargo, destacó la fortaleza mental de su hijo: «Él tiene un poder y una fuerza mental absoluta”. Habrá que ver si esa fuerza mental le alcanza para gambetear esta situación y volver a enfocarse en el fútbol, que al final del día, es lo que mejor sabe hacer. Esperemos que no le pase lo mismo que a Eber Ludueña y termine jugando de arquero por culpa del estrés.
Por último, Daniel Fonseca agradeció el apoyo incondicional que recibió Nicolás por parte del club León. «No hubo entrenamiento ese día. Desde el presidente, los dirigentes, el cuerpo técnico, compañeros… fue un desfile su casa porque todos estaban muy preocupados». Al menos en ese sentido, Fonseca puede sentirse contenido y acompañado en este momento tan difícil. Queda por ver cómo repercute este episodio en su futuro futbolístico. ¿Podrá volver a la normalidad? ¿O este susto lo marcará para siempre? Solo el tiempo lo dirá.