Tras la goleada 3-0 sufrida ante Barcelona de Guayaquil por la Libertadores, la barra brava de Corinthians le dio un ultimátum a Ramón Díaz: o cambia la cosa, o se va. Le recordaron la «vergonzosa» actuación y un antecedente similar con Racing.
Se le acaba la paciencia al Timao con Ramón
Corinthians está con la soga al cuello luego de la paliza que le propinó Barcelona de Guayaquil en Ecuador, un 3-0 que lo deja con un pie afuera de la fase de grupos de la Copa Libertadores 2025. Y como era de esperarse, la hinchada, o mejor dicho, la barra brava, no se quedó callada. Gaviões da Fiel, la facción más pesada del Timao, salió con los tapones de punta a criticar a Ramón Díaz y a exigir un cambio radical.
«Basta de chamuyo, Ramón»
En un comunicado que se viralizó más rápido que un gol de Messi en el Camp Nou, la barra le cantó las cuarenta al riojano: "Entrenador, basta de pruebas y disculpas. La temporada comenzó y, en estos tres meses, todavía no corrigió los problemas recurrentes y no presentó un plan táctico para el equipo". Le reconocieron el laburo para zafar del descenso en 2024, pero le aclararon que "el pasado no gana partidos", como quien dice, "con la historia no se come". Para rematar, calificaron la actuación del equipo como "vergonzosa", "perdida y sin alma", palabras que seguro cayeron como un baldazo de agua fría en el cuerpo técnico.
¿Se acuerdan del apriete en Avellaneda?
La barra también le recordó a Ramón un episodio similar, pero con sabor argentino. Después de perder con Racing en la semifinal de la Sudamericana (la que después ganó el equipo de Costas, para dolor de los corinthianos), los barras fueron al hotel del equipo en Buenos Aires a pedir la cabeza del DT. Hubo gritos, insultos y un claro mensaje para el presidente: "Rajen a Ramón". No llegó a mayores, pero quedó el antecedente.
El apriete de la barra de Corinthians
Ramón, entre la espada y la pared
El Pelado, con la tranquilidad que lo caracteriza (o al menos eso intenta transmitir), dijo que sabe que la hinchada está caliente y se hizo cargo de la derrota. Pero tiró la excusa del cansancio: "Barcelona fue superior y muchos jugadores estaban desgastados porque venimos de una secuencia de juegos muy importantes, donde no hay descanso". Ahora, para seguir en la Libertadores, Corinthians necesita un milagro: ganar por cuatro goles de diferencia en la vuelta. Y antes de eso, tiene que jugar la semi del Paulista contra el Santos de Neymar. ¿Aguantará Ramón la presión o terminará como el Chacho Coudet en el Inter? El miércoles se sabrá.