En 1992, Diego Maradona, en medio de una visita a Tribunales y un tumulto con jubilados que protestaban contra el gobierno de Menem, dejó una frase para el recuerdo: «A muerte estoy con los jubilados. Lo que les hacen es una vergüenza». El Diez, siempre del lado del pueblo.
Maradona, los jubilados y una frase que quedó en la historia
El Diego, un personaje que siempre trascendió el rectángulo de juego. Su compromiso social, su origen humilde y su empatía con los más necesitados son tan recordados como sus gambetas. Y si hablamos de Diego y compromiso social, hay un episodio que resuena con especial fuerza: su defensa a los jubilados en plena era menemista.
Corrían los agitados días de octubre de 1992. Menem, en una jugada digna del mejor Bilardo (pero en la política), había vetado un artículo que destinaba fondos de la privatización de YPF a mejorar los haberes jubilatorios. Los jubilados, con la bronca lógica de un penal en contra en el minuto 90, salieron a la calle a protestar. Y en ese contexto, como un pase mágico que nadie esperaba, apareció Maradona.
El Diego en Tribunales: un cabezazo, una piña y una frase histórica
Maradona estaba en Buenos Aires por una visita del Sevilla (sí, jugó en el Sevilla, como el Bambino Veira en el Valladolid) y debía presentarse en Tribunales por una causa judicial. A la salida, se cruzó con la marcha de los jubilados. La situación se puso picante: le robaron una gorra, hubo un tumulto, un cabezazo de Diego a un «hincha» infiltrado (al mejor estilo Passarella vs. hincha de Platense), una piña de respuesta… En medio del quilombo, con los periodistas al acecho como defensores en un córner, Diego soltó la frase: «A muerte estoy con los jubilados. Lo que les hacen es una vergüenza«. Un golazo a la demagogia.
«A muerte estoy con los jubilados»: la histórica frase de Maradona
El Diego, Cavallo y un pronóstico que casi se cumple
Años después, Diego redobló la apuesta y le apuntó directamente a Cavallo, el ministro de Economía de Menem: «Cavallo tiene que ir preso con Menem«. Casi que le acierta, ¿no?
Ese mismo día, después del escándalo en Tribunales, el velorio de José María Muñoz y la defensa a ultranza de los jubilados, Maradona se puso la 10 (en realidad, la 10 del Sevilla y la de Boca) y jugó un amistoso en la Bombonera. Un día a pura adrenalina, digno de una película de Hollywood… o de una biopic del propio Diego. Un día en el que, más allá del show, Maradona dejó en claro que su corazón estaba con la gente. Y eso, como sus goles, es inolvidable.
