El Monumental fue una caldera: aplausos para Armani y Montiel, silbidos para Lanzini, Borja y Colidio tras la derrota en la Supercopa. Un hincha hasta tapó el nombre de Lanzini en su camiseta.
El Monumental, entre el aplauso y el murmullo: la noche post Supercopa en River
Tras el trago amargo de la Supercopa Internacional, donde Talleres les pintó la cara 2 a 0, River volvió al Monumental para enfrentar a Atlético Tucumán por el Torneo de la Liga. Y como era de esperarse, la hinchada, con la térmica a full, no se guardó nada. El recibimiento a los jugadores fue un termómetro del ánimo riverplatense: una mezcla de aliento para algunos y reproches para otros, condimentado con ese humor ácido tan característico del fútbol argentino.
Armani, el Pulpo que se ganó la ovación
Franco Armani, atajador y héroe a medias tras atajar dos penales en la definición (que, seamos sinceros, terminaron siendo para la estadística), fue el más aplaudido. El «Pulpo, Pulpo» bajó desde las tribunas con la fuerza del Niágara, reconociendo su esfuerzo, como si fuera el Dibu Martínez después de la final contra Francia. Gonzalo Montiel, que erró el primer penal de su carrera (sí, leyeron bien, el primero), también recibió apoyo. Un mimo para el Cachete, que seguro sintió el peso de la responsabilidad como si le hubieran puesto a patear con una pelota de bowling. El pibe Mastantuono, joya del club, categoría Eber Ludueña, completó el podio de los ovacionados.
Lanzini, el blanco de la bronca monumental
En la vereda de enfrente, el clima fue otro. Silbidos para Acuña, Meza, Colidio (que pateó el penal como si estuviera jugando al tejo) y Borja. Pero el que se llevó la peor parte fue Manuel Lanzini. El ex West Ham, que erró otro penal clave, fue el centro de las críticas. Un hincha, con una creatividad digna de un capítulo de Peter Capusotto, tapó el nombre de Lanzini en su camiseta con cinta adhesiva, dejando solo el número 10 a la vista. Una imagen que resume el descontento general y se candidatea al meme del año.
Los silbidos del Monumental a varios jugadores de River
El Muñeco, la esperanza que aún no se apaga
Marcelo Gallardo, como siempre, fue recibido con el clásico «Muñeco, Muñeco». El DT salió a saludar a los hinchas, buscando calmar las aguas y transmitir confianza. Ahora, River tiene que levantar cabeza y demostrar que la derrota en la Supercopa fue solo un tropezón. El camino es largo, pero como diría Mostaza Merlo, paso a paso. Y el próximo paso es Atlético Tucumán. ¿Podrá el Millonario cambiar el chip y volver a la senda del triunfo? Habrá que esperar. Lo que es seguro es que la hinchada, como buen hincha argentino, seguirá opinando, alentando y, por qué no, haciendo algún que otro chiste con cinta adhesiva de por medio.
