OpenAI, la mente maestra detrás de ChatGPT, le planta bandera a Microsoft y firma un contrato millonario con CoreWeave, un gigante de las GPU. ¿El objetivo? Reducir la dependencia del imperio de Redmond y asegurarse el combustible necesario para seguir innovando en la era de la inteligencia artificial. La movida sacude el tablero tecnológico y redefine la puja por el control del futuro digital. La empresa de Sam Altman, al parecer, ya no quiere dormir con el enemigo.
OpenAI le hace “fuck you” a Microsoft: ¿Emancipación tecnológica o jugada maestra?
Dicen que donde hubo fuego, cenizas quedan. Pero entre OpenAI y Microsoft, parece que las cenizas están más calientes que nunca. La empresa de Sam Altman, esa que nos voló la peluca con ChatGPT, firmó un acuerdo de esos que hacen temblar la city porteña: nada menos que 11,900 millones de dólares con CoreWeave, una firma que, hasta hace poco, era prácticamente una desconocida en el mundillo tecnológico. Pero ojo, que CoreWeave no es un kiosquito de diarios. Hablamos de una potencia en computación en la nube, con una obsesión: las GPU, esos procesadores gráficos que son el Santo Grial de la inteligencia artificial. Y sí, Nvidia, la que fabrica esos procesadores, ¡es inversora de CoreWeave!
Este movimiento, señores, no es casualidad. Los que saben de esto dicen que OpenAI busca desesperadamente sacudirse el yugo de Microsoft. Hasta ahora, los de Redmond eran los que ponían la mayor parte de la infraestructura para que ChatGPT y compañía pudieran funcionar. Una dependencia que, como diría mi abuela, «no es buena ni para el bazo». Imagínense que Microsoft se le ocurriera cambiar las reglas de juego o, peor aún, ¡que se quedara sin servidores! Adiós a la innovación de OpenAI.
Como frutilla del postre, el acuerdo incluye que OpenAI reciba acciones de CoreWeave por un valor de 350 millones de dólares cuando la empresa salga a bolsa. ¡Un negoción!
## ¿La que te jedi?
La cosa se pone más picante cuando nos enteramos de que Microsoft es, nada más y nada menos, que el principal cliente de CoreWeave. ¡Sí, señores! Los de Redmond generaron el 62% de los ingresos de la empresa en 2024. Unos ingresos que, dicho sea de paso, ¡se multiplicaron por diez en un año! ¿Estará Microsoft arrepentido de haberle dado alas a su competencia?
Las tensiones entre OpenAI y Microsoft no son nuevas. Desde que los de Redmond metieron más de 10,000 millones de dólares en OpenAI en 2023, la relación ha sido un sube y baja constante. Por un lado, Microsoft se garantizó el derecho de usar las tecnologías de OpenAI en sus servicios. Por otro, OpenAI se volvió cada vez más dependiente de Microsoft para seguir desarrollando sus inventos.
En enero, OpenAI ya había dado un primer paso para independizarse con el acuerdo Stargate. Hasta entonces, dependía completamente de Microsoft Azure para entrenar sus modelos de IA. Una movida que, sin dudas, no le cayó nada bien a Satya Nadella.
## Microsoft contraataca: ¿La venganza será terrible?
Pero tranquilos, que los de Microsoft no se quedaron de brazos cruzados. Si bien es cierto que OpenAI necesita la potencia de cálculo de Microsoft, también es verdad que Microsoft usa el modelo GPT-4 de OpenAI para impulsar su producto estrella: Microsoft 365 Copilot.
Por eso, los de Redmond están acelerando el desarrollo de sus propias tecnologías para competir con OpenAI. La contratación de Mustafa Suleyman, el ex cofundador de DeepMind y viejo rival de Altman, para que lidere la división de IA de Microsoft es una señal clarísima de que la guerra está declarada. El equipo de Suleyman ya está trabajando en sus propios modelos de IA, incluyendo la nueva serie «Mai», que busca igualar el rendimiento de los modelos de OpenAI y Anthropic.
## La GPU, el nuevo oro de la inteligencia artificial
Aquí es donde entra en juego CoreWeave. La empresa opera 32 centros de datos con más de 250,000 GPU Nvidia. Componentes que, como ya dijimos, son clave para entrenar y ejecutar modelos de inteligencia artificial. Recientemente, además, ampliaron su arsenal con las nuevas máquinas Nvidia Blackwell, diseñadas para sistemas de IA aún más avanzados.
Para OpenAI, el acuerdo con CoreWeave es estratégico. Las GPU se han convertido en el nuevo oro de la inteligencia artificial. Quien controle la mayor cantidad de ellas tendrá una ventaja competitiva enorme. Altman se quejaba hace poco en X (ese antro de libertad de expresión) de la escasez de GPU disponibles. Un problema existencial para su empresa. Con este acuerdo, OpenAI se asegura un acceso privilegiado a una de las mayores reservas mundiales de potencia de cálculo y se emancipa aún más de Microsoft. Y, como si fuera poco, ¡también puede influir en las decisiones estratégicas de CoreWeave!
¿Estamos ante el fin de una era o el comienzo de una nueva? El tiempo dirá. Lo que sí está claro es que la batalla por el control de la inteligencia artificial está más caliente que nunca. Y nosotros, simples mortales, seremos testigos privilegiados de esta apasionante contienda. ¿A quién le apostamos? ¡Hagan sus apuestas, señores!