Franco Armani, el Pulpo del Monumental, volvió a ser la figura de River al evitar la derrota ante Riestra con una atajada monumental en el último minuto. El campeón del mundo sigue demostrando que está en un nivel superlativo, con números que asustan: solo tres goles recibidos y nueve vallas invictas en lo que va del año. ¿Será este el mejor Armani de la historia?
Armani, el cerrojo de River: otra atajada clave y números de otro planeta
Franco Armani es sinónimo de seguridad en el arco de River. Ante Deportivo Riestra, en la cancha de ese gigante que es el Guillermo Laza, el Pulpo volvió a demostrar por qué es considerado uno de los mejores arqueros del fútbol argentino. Una tapada providencial en el minuto final, con el partido 0 a 0, evitó la caída del Millonario y dejó a todos con la boca abierta. Fue un centro al área chica, un entrevero digno de la Copa Libertadores, y apareció la pierna salvadora de Armani para despejar el peligro. Casi como el gol del Diego a los ingleses, pero al revés.
Si bien durante el partido casi no tuvo trabajo, como un Golazo de Ludueña esperando el centro perfecto, Armani mantuvo la concentración los 90 minutos. Y cuando lo llamaron, respondió como los grandes. «Le llegan poco, pero cada vez que lo necesitan está y salva a su equipo», diría el Bambino Veira.
De un error a la imbatibilidad: el renacer del Pulpo
El año no arrancó de la mejor manera para el campeón del mundo. En la primera fecha, un error insólito ante Platense – se le escapó una pelota como si fuera jabón- terminó en gol del Calamar. Un gol que seguramente lo hizo replantearse algunas cosas, como cuando Mostaza Merlo cambiaba el esquema táctico en el entretiempo.
La gran atajada de Franco Armani para evitar el gol de Riestra ante River
Pero a partir de ese momento, Armani se puso el equipo al hombro y se transformó en una muralla. Ocho vallas invictas y solo tres goles recibidos en el torneo lo avalan. Ni hablar de la Supercopa Internacional ante Talleres, donde no solo mantuvo el arco en cero durante los 120 minutos, sino que también atajó dos penales en la definición. Una actuación digna de Goycochea en Italia 90. Lamentablemente, el fútbol es así, y a veces ni el mejor arquero puede evitar una derrota.
River tiene en Armani a un arquero que trasciende. Un ganador nato, con una mentalidad de acero y atajadas que ya son marca registrada. Un jugador que parece salido de un cuento de Fontanarrosa, pero que es bien real y defiende el arco del Millonario cada fin de semana.
