Raúl Cardozo, referente de Vélez, recuerda una anécdota con Carlos Bianchi donde el Virrey le pedía que le «den un par de patadas» a Guillermo Barros Schelotto, hoy flamante DT del Fortín. Polémica en Liniers.
El Pacha Cardozo, un caudillo de aquellos que dejaron el alma por la V azulada en la gesta libertadora del 94, soltó una bomba que retumbó en Liniers. Con la llegada del Mellizo Barros Schelotto a la dirección técnica del Fortín, el histórico lateral izquierdo, con una voz que todavía transmite la garra de mil batallas, revivió una anécdota picante que involucra nada menos que al Virrey Bianchi y al nuevo entrenador.
¿Pacto de Caballeros o invitación al baile?
«Sabemos que este pibe defenestró a Vélez, tanto como club como a los jugadores. Hasta a Carlos Bianchi», arrancó el Pacha, con la frontalidad de un defensor que no le esquivaba a ninguna dividida. Y ahí, nomás, tiró la que nadie esperaba: «Un día Carlos, después de una charla técnica, me dijo ‘venga Raúl, no me importa que lo echen pero a este muchacho, si pueden, denle un par de patadas por mí'». Palabras más, palabras menos, el Virrey pedía que le hicieran sentir el rigor a Guillermo, como si fuera un partido aparte, un clásico con historia. La declaración, ante la cuenta partidaria Gigi Fortinera, dejó a más de uno con la boca abierta. ¿Era un chiste del Bianchi? ¿Un pedido en serio, al estilo Bilardo con aquel famoso «pisalo, pisalo»?
Vélez –
El Pacha Cardozo despedazó al Melli Barros Schelotto
El lateral campeón del mundo 1994 con el Fortín recordó una anécdota de Bianchi contra Guillermo, futuro DT de Vélez. Fuente: Gigi Fortinera.
De las patadas a los abrazos
Claro que los tiempos cambian. El fútbol, como la vida, da vueltas. Aquellos cruces picantes entre Gimnasia y Vélez, con Trotta y Chilavert como protagonistas estelares de una trifulca memorable en el Bosque, quedaron en el pasado. El mismo Bianchi, años después, terminaría dirigiendo a Guillermo en Boca, convirtiéndolo en figura clave de su segundo ciclo dorado en el Xeneize. ¿Se habrá arrepentido el Virrey de aquel pedido? ¿Habrán hablado del tema alguna vez? Son preguntas que, por ahora, quedan flotando en el aire. Lo cierto es que Berlanga, el presi del Fortín, ya borró un tuit viejo donde le pegaba al Melli. Borrón y cuenta nueva, parece.
¿Y ahora?
El Mellizo llega a Liniers con la misión de reconstruir un equipo golpeado, con la presión de una hinchada exigente y con el fantasma de aquel pasado turbulento que ahora reflota el Pacha Cardozo. ¿Podrá Guillermo ganarse el cariño del hincha? ¿Logrará revertir la situación y hacer olvidar viejas rencillas? Solo el tiempo lo dirá. Por lo pronto, la llegada del Mellizo ya generó un cimbronazo en Liniers. Un terremoto futbolero que, como diría el Bambino Veira, «tiene para rato».