Rodrigo Insua, lateral de Barracas Central, habló sobre la particularidad de ser dirigido por su padre, Rubén Darío Insua. Confesó que inicialmente no quería que su papá asumiera el cargo, pero que luego lo convencieron de ganarse su lugar por mérito propio. Además, se repasaron los números del Gallego Insua al mando del Guapo.
Tras la agónica victoria de Barracas Central sobre Estudiantes por 2-1, con un cabezazo de Bruera que se clavó en el ángulo en el minuto 43 del segundo tiempo, Rodrigo Insua, hijo del entrenador Rubén Darío Insua, enfrentó los micrófonos. El partido, válido por la fecha 11 del Torneo Apertura, dejó al Guapo en una posición expectante en la Zona B. Pero más allá del resultado, la atención se centró en la particular dinámica familiar que se vive en el vestuario barraqueño.
Insua, bajo la lupa paterna
El lateral izquierdo, con la sinceridad de un Ruggeri post-Maradona, reconoció la complejidad de ser dirigido por su padre: «Al principio, cuando mi viejo iba a venir, no quería que lo agarré. Le dije que no». Una declaración que pinta de cuerpo entero la presión que puede sentir un jugador en semejante situación. ¿Favoritismo? ¿Exigencias desmedidas? Fantasmas que Insua hijo se encargó de espantar.
«Me terminaron convenciendo, desde el club, de que yo me gane un lugar por el mérito propio y sigo trabajando como siempre lo hice». Palabras que denotan la convicción de un jugador que, a pesar del apellido, busca labrarse su propio camino, a puro pulmón y sacrificio, como el Cholo Simeone en sus épocas de jugador. Y agregó: «Si me toca jugar y hacer las cosas bien, bienvenido sea. Sé que es algo particular dentro del fútbol, pero trato de llevarlo con la mayor naturalidad posible».
El Gallego Insua: ¿Un técnico para Barracas?
Desde su llegada al club en septiembre de 2024, tras su paso por San Lorenzo, Rubén Darío Insua ha dirigido 25 partidos al frente de Barracas Central. Con un saldo de siete victorias, siete derrotas y once empates, los números del Gallego son, cuanto menos, debatibles. Como diría el Bambino Veira «el fútbol es dinámica de lo impensado» y en Barracas, la incógnita sigue latente.
Actualmente, el equipo se ubica en la séptima posición de la Zona B, a seis puntos del líder, Boca Juniors. Con cinco fechas por delante para el cierre de la primera fase, el panorama se presenta complejo, pero no imposible. ¿Logrará Insua padre meter al Guapo en los playoffs? Solo el tiempo lo dirá. Lo que es seguro es que cada partido será una prueba de fuego, no solo para el equipo, sino también para la relación padre-hijo que se desarrolla dentro del campo de juego.
El agónico triunfo: Un envión anímico
Estudiantes de La Plata –