Emiliano Vecchio tiró una bomba al revelar que la barra brava de Rosario Central manejaba el club y lo obligó a irse. ¡Tremendo!
Vecchio y una salida de Central que huele a pólvora
Emiliano Vecchio, actual jugador de Defensores de Belgrano, destapó la olla y contó detalles explosivos sobre su conflictiva salida de Rosario Central. El volante, con una sinceridad que haría sonrojar al mismísimo Eber Ludueña, no se guardó nada y acusó a la barra brava del Canalla de manejar el club a su antojo.
«Tenías que firmar con la barra, no tenías opción»: las confesiones de Vecchio
Vecchio, que llegó al club de la mano del Kily González, aseguró que en su primer ciclo en Central, «la barra manejaba a todos los jugadores». «Tenías que firmar con la barra, no tenías opción», afirmó el volante, dejando entrever un panorama oscuro en Arroyito. Según su relato, el regreso al club en 2020 lo protegió momentáneamente del accionar del grupo liderado por el fallecido Pillín Bracamonte. Sin embargo, tras la salida del Kily González, la situación se tornó insostenible. Vecchio denunció amenazas a su familia y presiones a los entrenadores para que lo marginaran del plantel.
Somoza en la mira: «Duró 10 fechas, como le dije»
«Me dijeron que me tenía que ir», confesó Vecchio, recordando el episodio en el vestuario donde la barra brava le comunicó su decisión de forma intimidante. «Amenazaron a mi familia, un montón de cosas”, agregó. El ex capitán del Canalla también apuntó contra Leandro Somoza, quien asumió la dirección técnica tras la partida del Kily. Vecchio aseguró que le advirtió a Somoza sobre la influencia de la barra: «‘Vas a durar poco en Central’, le dije». Y como si fuera una premonición a lo Nostradamus, Somoza duró apenas 10 fechas. Finalmente, Vecchio relató su desgarradora salida del club: «No me dejaron entrar, agarré mis cosas en una bolsa de residuos y me fui». Una imagen que, sin dudas, resonará en la memoria de los hinchas Canallas. ¿Será que Arroyito se parece más a la Bombonera de los ’90 que a un club de fútbol? El debate está abierto.
«Cuando el Kily se va ahí me tocó a mí, me golpearon la puerta. Fueron al vestuario, se metieron, eran un montón y adelante de todos los compañeros me dijeron que me tenía que ir».
