El Cholo Guiñazú, con una trayectoria envidiable, se enfrenta a River como DT, el club de sus sueños que nunca pudo integrar como jugador. Una historia de casi fichajes y el destino que lo pone ahora en el banquillo rival.
El Cholo Guiñazú, del sueño frustrado a la batalla táctica contra el Muñeco
Pablo Guiñazú, un nombre que resuena en las canchas de América y el mundo. Con una carrera plagada de partidos, títulos y camisetas prestigiosas como la de Inter de Porto Alegre, donde levantó la Libertadores, y hasta la Albiceleste, dirigida por maestros como Bielsa y Pekerman. Un currículum que ya quisieran muchos, ¿vio? Casi como el palmarés de Bochini, pero sin las Copas del Mundo, obvio. Sin embargo, en el medio de tanta gloria, queda un sueño incumplido: vestir la Banda Roja. Como si Messi nunca hubiera jugado en el Barcelona, una locura.
Una historia de casi fichajes
El destino, o mejor dicho, el mercado de pases, le jugó una mala pasada al Cholo en varias ocasiones. Estuvo a punto de llegar a Núñez en 2008, con Simeone en el banco Millonario, pero la negociación se pinchó en el último minuto. ¿Se imaginan al Cholo en ese mediocampo aguerrido del Cholo? Hubiera sido un equipo para alquilar balcones. Después, con Gallardo ya como DT, la posibilidad volvió a asomar, pero otra vez la transferencia se frustró. Parecía que el Monumental le era esquivo, como un penal mal pateado en una final.
Ahora, como DT, enfrentará al equipo de sus amores
Hoy, Guiñazú, desde el banco de suplentes, se enfrenta al equipo que siempre admiró. Una paradoja del fútbol, como ver a Maradona dirigiendo a River. Un desafío enorme, pero también la oportunidad de demostrar su capacidad como estratega frente a uno de los mejores técnicos del continente. ¿Será capaz de amargarle la fiesta al Muñeco? El partido se presenta como un choque de estilos, la garra y experiencia del Cholo contra la furia y el talento del equipo de Gallardo. Veremos si el Cholo, como buen estratega, planta un equipo a lo Bilardo, todo cerrado atrás y esperando la contra. O si sale a jugar de igual a igual, como hacía el Tolo Gallego en sus épocas doradas. Lo que es seguro es que este encuentro tendrá un sabor especial para Guiñazú, un capítulo aparte en su historia con River, el club que siempre llevó en el corazón, pero nunca pudo defender en la cancha.
