Thomas de Martis, goleador del Sudamericano Sub 17, intentó una picadita en el penal decisivo por el quinto puesto ante Paraguay, pero la mandó a la tribuna. Mauro Coronel, arquero guaraní, lo festejó como un gol de Messi en el Bernabéu.
De Martis quiso gambetear al destino y terminó como el Chavo del 8: sin torta y con la cara embarrada
Thomas de Martis, el pibe de Lanús que la rompió toda en el Sudamericano Sub 17, terminó con una actuación digna de Eber Ludueña en la definición por el quinto puesto contra Paraguay. Con seis goles en el torneo, el marplatense era la carta ganadora de la Selección Argentina dirigida por Diego Placente, que ya había asegurado su pasaje al Mundial. Pero en la tanda de penales, la suerte le jugó una mala pasada, como si fuera un centro de Yepes para el Beto Alonso.
El delantero fue designado para patear el quinto y último penal de la serie. Con la presión a flor de piel y un arquero guaraní que lo boludeaba más que el Bambino Veira a un árbitro, De Martis decidió jugársela a todo o nada: intentó una picadita a lo Panenka.
El arquero Mauro Coronel, que venía de atajar un penal con la nuca y otro con el tobillo -estilo Chilavert en sus épocas mozas-, se comió el amague como un principiante. Sin embargo, el remate de De Martis se fue por arriba del travesaño, más perdido que Tevez en un picado de barrio. El festejo paraguayo fue desmedido, como si hubieran ganado la final del mundo contra Brasil en el Maracaná. Coronel, ni lerdo ni perezoso, se hizo el héroe y liquidó la serie para la Albirroja.
El show debe continuar: De Martis en el Sudamericano Sub 17
A pesar del final amargo, De Martis se consagró como el goleador del torneo, dejando en claro que tiene un futuro prometedor. Su actuación a lo largo del campeonato fue destacable, con goles que recordaban a las mejores épocas del Pipita Higuaín.
De Martis la quiso picar y erró su penal en la definición entre Argentina y Paraguay
Lo mejor del pibe de Lanús
El gran Sudamericano Sub 17 de Thomas de Martis
El penal errado no opaca su gran performance. La pregunta que queda flotando en el aire es: ¿fue una decisión acertada intentar la picadita en un momento tan crucial? ¿O hubiese sido mejor patear a la segura, como lo hacía Palermo en sus mejores momentos? El debate está abierto.
