Orlando Gill, el arquero paraguayo de San Lorenzo que llegó sin hacer mucho ruido y se adueñó del arco, habló sobre su presente, la clasificación a octavos y hasta se animó a compararse con Courtois. Un fenómeno.
De Paraguay a Boedo: La historia de Orlando Gill, el cerrojo azulgrana
El año pasado, Orlando Gill llegó a San Lorenzo como quien llega a un asado sin ser invitado. Un desconocido, un tapado, un arquero que se sumó a la Reserva del Ciclón proveniente de la Segunda de Paraguay y pasó seis meses entrenando sin siquiera oler el pasto de la cancha principal. Casi como un Palermo en Estudiantes, esperando su momento. Pero como dice el dicho, "el que la sigue la consigue".
“Fue todo muy rápido de fin de año hasta acá: llegué desde un club de la Segunda de Paraguay… Ni bien se liberó el cupo, me tocó jugar y pude afianzarme en Reserva, fueron 10 partidos en los que llegamos a la final. Eso me dio confianza”, declaró el propio Gill en TNT Sports. Ya lo decía Mostaza Merlo, "paso a paso".
La confianza de Russo y la consolidación en el arco
La oportunidad le llegó en la última fecha del torneo pasado, en una derrota contra Tigre. Y como si fuera poco, con la lesión de Altamirano y la ausencia de Chila Gómez, Rubén Darío Insúa le dio la titularidad y la confianza que necesitaba. "Antes de darme la oportunidad, Russo me decía que siga entrenando porque me iba a tener en cuenta. Siempre estuve atento porque sabía que iba a llegar la chance”, contó el uno. “Me habla constantemente, me dice que esté tranquilo”, agregó Gill, dejando en claro la buena relación con el entrenador.
Un cerrojo en el arco: ¿El nuevo Courtois?
De 14 partidos con la camiseta azulgrana, en ocho mantuvo la valla invicta. Una muralla, un candado, un perro cuidando un hueso. "Me afiancé en los primeros tres partidos, ahí pudimos sacar buenos resultados y evolucioné”, analizó el arquero guaraní. Con la clasificación a octavos de final asegurada tras el triunfo ante Atlético Tucumán, Gill mantiene los pies sobre la tierra: “No tenemos que relajarnos, hay que seguir arriba y después vendrán otros partidos muy complicados porque todos los equipos son difíciles”. ¿Será que este San Lorenzo nos da la alegría que tanto esperamos, como la Selección en Qatar?
Y como si fuera poco, el arquero de 24 años se animó a bromear sobre su habilidad para los tiros libres: “Me tengo fe, muchas veces me quedo pateando con los arqueros… Pero no va a ser fácil sacarle la pelota a Iker, je”. Además, confesó su admiración por arqueros de la talla de Van Der Sar, Ter Stegen y Courtois, y la razón de su apodo: “Miró mucho fútbol europeo y siempre hubo grandes arqueros… ¿El apodo? Está bien, la verdad que mucha diferencia entre nosotros no hay, je”. Humilde, pero con confianza. Casi un Bertoni declarando antes de la final del 78′.
Por [Nombre del periodista], para [Nombre del medio].
